El heredero del pecado. [6 De La Saga Heredero]

Capítulo 10: Deficiencia eréctil.

Aurora.

La tarde había caído y con esta, también las ideas para salir de este lugar de una vez por todas.

—¿Estás segura de que esas gotas funcionan?

—Claro que sí, Aurora.

Entrecerré mis ojos observándola y ante eso Malena rodó sus ojos.

—Cuando Mail me hace enojar le pongo varias gotas en su agua, y al cabo de algunas horas regresa cabreado porque su amigo no le ayudó en el plan de clavarle el ganso alguna ingenua. Si te cuento el sin número de veces en la que Mail ha visitado a los médicos por su problema, te quedarías asombrada.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Técnicamente mes estás haciendo la pregunta, pero nada desembucha.

—¿Por qué te portas como una rebelde cuando no eres así?

—Hago todo para hacer enojar al tonto de mi hermana porque este piensa que soy el golfo de México y que todos los masculinos han colocado sus manos en mí. Cuando la verdad prácticamente no he dado mi primer beso.

Malena desvió sus ojos. —Me duele que él piense que soy una golfa que va por la vida abriéndole las piernas a cuanto hombre se le cruce por el lado. Me duele que él no confíe en mí.

Hice una mueca y un sentir de protección se instaló en mí.

—En mí puedes encontrar una amiga, Malena.

—No quiero ilusionarme porque sé que te marcharás en cuanto él logré colocar sus manos sobre tu cuerpo. Lo escuché mientras se lo confesaba a algún amigo.

Así que eso son tus planes pecador.

—Aunque este lejos podemos hablar por teléfono.

—No quiero ilusionarme.

Antes de poder contestar la puerta de la habitación de Malena se abrió y ambas colocamos nuestros ojos en un enojado príncipe de las tinieblas.

—¿Se puede saber por qué entras a mi habitación sin tocar?

—¿SE PUEDE SABER EN QUÉ GASTASTE TRES MILLONES DE DÓLARES? ¡HABLA…!

—Sé los prestes a un amigo drogadicto para qué equipará su casa de drogas. ¿En qué más iba a gastar esa cantidad?

Esas palabras fueron el detonante que el pecador necesitaba para explotar de una vez por todas.

El señor Mal se acercó peligrosamente a él, y cuando estaba por golpearla me coloque al frente de Malena.

Los ojos de él se encontraban totalmente dilatados y con una chispa de dolor.

—Apártate.

—Para golpearla tendrás que pasar por encima de mí.

El pecador me dio una mirada para después girar sobre sus pies.

Y marcharse a toda prisa de la habitación.

—Malena…

—Pensé que podría recuperarlo antes de que él se enterará, pero no.

La hermana del pecado se deslizó hacia el suelo y se llevó sus rodillas al pecho.

—Nunca seré suficiente para él. Siempre seré la niña mimada y descerebrada, para Mail siempre seré una inútil a la que tiene que guiar como a una niña de dos años. Quizás es cierto que soy la vergüenza de la familia.

Me deslicé hacia el suelo y me permití abrazarla.

—Deberías hablar largó y tendido con él.

—Mail nunca tiene tiempo para mí, se la pasa entre sus negocios y las piernas de las mujeres. Él nunca ha demostrado quererme, nunca se ha preocupado por mí. Aurora quizás lo mejor es que me largué de esta casa de una vez por todas.

—Lo mejor es hablar con tu hermano porque sé que él te ama y estoy segura de que odiaría verte triste.

—Si tanto dices que él odiaría verme triste, ¿por qué se porta como un vil desalmado conmigo? ¿Por qué cuestiona lo que hago todo el tiempo? ¿Por qué dice que soy la vergüenza de la familia? Si él me amará de verdad como dices, me demostrará su amor abrazando y diciéndome todo el tiempo que me quieres.

Hice una mueca para después abrazarla.

—Eso tres millones los doné para la caridad. -esa confección logró que mi corazón latiera con frenesí. Malena Salvatierra no es más que una jovencita carente de amor, pero con un gran corazón. El señor Mal está más que equivocado con el concepto en el que ve a su hermana y si sigue por el sendero en que va la perderá para siempre. —Mis amigos y yo visitamos un orfanato de niños y cada uno de nosotros donó algo de dinero para salvar el lugar porque este se estaban cayendo encima de los niños. Lo hice por todos los niños que vi en ese lugar, lo hice porque es algo de lo que mi padre estaría orgulloso… pero al parecer mi hermano solo busca ver cosas negativas en mí, cuando todo lo que hago es para agradarlo.

—¿Hiciste eso para que me sintiera orgulloso de tí?

Malena se tensó luego de escuchar la voz del príncipe de las tinieblas.

—Dime Malena. ¿Hiciste eso para que me sintiera orgulloso de ti?

Ante el silencio de la joven, Mail se apresuró a caminar hacia ella.

—Mírame reinita, mírame.

Malena colocó sus ojos en él y estos estaban llorosos.




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