El heredero del pecado. [6 De La Saga Heredero]

Mail Salvatierra: Mía, solo mía.

Mail.

Esa condenada novicia me tiene al borde del colapso.

Primero fue verla encuerarse frente a la cama. Sé que la muy desgraciada lo hizo a propósito porque se enteró de que tengo una cámara en su baño.

Puede que eso sea perturbador, pero que más quieren que haga.

El espectáculo que ella hizo fue suficiente para que mi preciado ganso se alzara de una forma impresionante.

—Esa mujer la pervierto yo, a como de lugar. -murmuré mientras observaba la pantalla de mi portátil, en la cual se mostraba el video de cámara de seguridad de la habitación de la novicia del mal. —Te convertiré en mi puta.

Susurré para después llevarme una copa de vodka a los labios.

Saboreé el delicioso sabor den vodka, mientras me deleitaba con el gran espectáculo casi pornográfico que me está brindando la mujer del mal.

—Te haré pecar. Te haré venir. Te haré tantas cosas que cuando termine contigo serás tan puta como las demás.

Ese es el destino que deseo para ella.

Una puta, la reina de mis putas.

Esa desgraciada tiene el poder de excitarme en segundo.

Cuando la vi quitarse los calzones de abuelita que llevaba, perdí todo el raciocinio.

Mi mente se nubló y solo existía una cosa en ella.

Y era follar a esa provocadora mujer.

La palabra follar se repetía con demasía en mi mente, así que sucumbí ante los deseos carnales de mi cuerpo.

Con el deseo recorriendo todo mi cuerpo me dirigí a la habitación de ella, entré y sin detenerme caminé hacia el baño.

Mis ojos al verla, la recorrieron por completo y disfruté verla en vivo.

Esa condenada mujer está más buena que todas las mujeres con la que he copulado en mi vida.

Sé que no debería ser así, pero lo es. La novicia del mal está follable follable.

Y por eso la quiero para mí.

La quiero en cuatro en mi habitación, gritando por más.

Quiero que su cuerpo sea solo mío.

Anhelo ser el primer hombre en su vida.

No pensé en algo más que no fuera clavarle el ganso hasta lo más profundo de su ser, pero como últimamente no pegó una Malena ingreso a la habitación y se encargó de darme un bajón de calentura de su puta madre.

Si no hubiera sido por mi botella de brandy carisma, de que me follaba ese coño, me lo follaba.

Salí de l habitación de la novicia con las prendas de mi ropa tapándome lo más importante, que es el ganso. Y me dirigí a mi habitación a paso rápido.

Cuando estaba por llegar a mi habitación mi santa y adorada madre se colocó al frente de mí. Y no dudo en brindarme una de sus tantas miradas recriminatorias.

—Madre… deja el drama porque bien sabes lo que quiero de ella.

—Según me informó la hermana Sor Caridad, ella envió a Aurora para que me ayude a sobrepasar mi “enfermedad terminal” -hice una mueca y la mujer que me dio la vida me dio una mirada fulminante. —¡¿Sé puede saber por qué coños dijiste que estaba al borde de la muerte?!

Cuando mi madre se pone en plan drama Queen no hay nadie que se salve.

—Usted me excusara querida reina de las dos tierras, pero algo tenía que inventar para que esas mujeres dejaran que la novicia del mal viniera a casa.

—Tenías que decirle que deseabas desvirgar a Aurora, porque te obsesionaste con ella desde que la viste por primera vez. ¡Pero no…! Le dijiste que tenía una enfermedad mortal. Gracias hijo, gracias por casi enviarme al mundo de los muertos. Solo falta me muera de verdad para que se cumpla tu mentira.

Estoy consciente de que en esta ocasión me pase de la raya, pero que dejé de una buena vez por todas el drama. Porque lo que está hecho, está hecho, y por nada del mundo permitiré que esa condenada mujer se marche de esta casa hasta que haya saciado el hambre carnal que tengo por ella.

Aurora sin ser follada no se marchará de esta casa.

—Sé que lo hice mal madre, pero las fachadas que me encuentro no son para nada cómodas, porque el frío se me está metiendo por el trasero.

—Tu ganso debería congelarse. Para que de alguna manera se te quite lo golfo, hijo.

—Madre…

—Ahora mismo estoy enojada contigo, que llámame Gabriela.

Sin drama, no existiría mi querida madre.

—Madre… te compraré todo lo que desees.

—Eso no basta para aplacar mi deseo.

—¿Entonces qué quieres?

—Un nieto.

No eso ni muerto.

—Quiero cinco o más chiquillos corriendo por toda la casa y llamándome abuela.

—Tú y yo hablamos sobre el tema.

—Lo hicimos, pero ya es momento de que te centres en algo más que no sea follar por follar. Quiero que te cases y que formes tu propia familia porque yo no estaré eternamente contigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.