Aurora.
Estoy que me muero de nervios.
—Aurora.
Mire a Malena a través del espejo.
—¿Sí?
—Te puedo asegurar que Mail, siente algo por ti.
Esas palabras lograron que mi corazón empezará a latir desenfrenadamente.
—¿Estás segura?
—Sí… Déjame decirte que te has ganado puntos extras al hacer la locura que hiciste por él.
Sonreí.
—Estoy loca.
—Sí, que sí. Aurora. Pero como dicen, cada loco con su loca.
Me coloqué sobre mis pies y me acerqué a Malena.
—¿Crees que Mail este realmente enamorado de mí?
—Claro que sí. Solo es que tiene miedo de mostrarse como verdaderamente es. -hice una mueca. —Mail se refugia en mostrarse como un depravado, que no le importa nada, para no mostrar el hermoso corazón que tiene.
—Tengo miedo.
—No debes tener miedo de enamorarte de Mail, porque estoy segura de que él no te lastimara… bueno, si él te rompe el corazón, le romperé todas las costillas.
Malena me brindo una gran sonrisa.
—Estoy segura de que volverás loco a mi hermano. Porque ese vestido está de muerte. Quién te iba a infartar, será el infartado. Ja, ja, ja. Muero por ver a Mail perder el habla.
—Ni que fuera para tanto.
—Aurora… no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Negué.
—Vamos a infartar a Mail y a todo el que se coloque al frente de ti.
—Ni que fuera para tanto.
Malena negó para después tomar de mi brazo entre los de ella.
—¿Te gustaría tener hijos?
—Sí.
Los ojos de Malena grillaron con gran intensidad.
—Espero que el tonto de Mail te haga un par de pecadores… total, ya están casados. Tiren la ropa al suelo y hagan un par de diablitos.
—Malena, por el amor de Dios.
—Deja el drama, y ve a chuparle…
—¡Malena…!
La hermana del pecador soltó una gran carcajada, para después golpear levemente mi espalda.
—Me gustaría ver tu cara cuando veas a Mail encueros y dispuesto a clavarte la espada galáctica.
Desvíe mis ojos hacia la ventana de la habitación, porque no soportaría observar a Malena a los ojos.
No después de hacer realidad en mi mente las palabras que ella había dicho.
Mail desnudo y dispuesto a clavarme el ganso.
—Ese sonrojo, solo significa una cosa y es que te imaginaste al tonto de mi hermano como mi madrecita santa lo trajo al mundo.
—Deberías implementar tener filtro. Porque no haces más que avergonzarme.
—Hija de pecador, pecadora nivel mil será…
Es mejor que no gaste mi saliva con ella porque Malena no cambiará.
Me apresure a caminar hacia la puerta y justo antes de que saliéramos, Gabriela se colocó al frente de nosotros.
—Malena, ve a ver si puso la marrana.
—Como usted mande, madrecita santa.
Gabriela hizo una mueca.
—Gabriela.
—Gracias por llegar a nuestra vida, hija. Gracias por salvar a mi hija de las garras de esa mujer.
—Usted ha de saber porque lo hice.
—Sí, lo sé. Y eso es lo que más me alegra. Así que no tengas miedo, entrégale tu corazón al Mail y veras que él se remitirá ante ti.
Le di una pequeña sonrisa, y ella me la devolvió.
—Vienen días felices, Aurora. Pero también días tristes, pero no debes temer. Porque la suerte está de tu lado. El día de volver a tu castillo está próximo a llegar. Reinaras como la Reina que eres…
Fruncí mi entrecejo.
—¿De qué habla?
—Ellos te están buscando, y no descansaran hasta tenerte entre sus brazos. -entrecerré mis ojos. Mientras las dudas iban en constante aumento en mí. —El día está marcado, hija. El día de regresar a casa está marcado.
Abrí mi boca para preguntar a que se refería, pero como es costumbre alguien nos interrumpió.
¿Por qué siempre que quiero preguntarle acerca de mi vida, algo se interpone?
¿Será que es el destino mismo quien no desea que sepa más de mis raíces?
—Aurora. Si no bajas en este instante Mail vendrá por ti de mala manera, así que te recomiendo que des la cara. -Dylan sonrió con burla. —Por tu bien te lo sigo.
—La paciencia nunca fue la aliada de él. En vez de Mail debí colocarle desesperación, porque él es la desesperación andante. -Gabriela se mofo y eso causo una pequeña carcajada en Dylan.
—Tengo otra sugerencia un nombre que debiste colocarle. -Dylan soltó una estruendosa carcajada antes de decir el nombre. —Debiste de colocarle Vasectomía, porque él es la prueba viviente que se puede desafiar la ciencia.
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Editado: 27.03.2025