CAPITULO CUATRO
Pov* Brisa
-¿A dónde vamos?- dije-
-Conoces el lugar mejor que nadie- dijo sonriendo Ernesto-
-¿Lo hago?- dije y el asintió-
-a donde me llevas…- dije y el me interrumpió-
-Brisa Vela no diré a donde vamos hasta que lleguemos así que no insistas-
- Ya me acorde porque me caías mal- dije y él sonrió-
-cierra los ojos- dijo Ernesto-
-Oh, Claro que no-dije y el me bajo el asiento-
-Dije abajo, es sorpresa no seas tramposa- dijo e iba a decir algo cuando él se adelantó- así como hacías trampa en las competencias de natación- dijo sabiendo que me enojaría-
-Bien, Bien, no mirare- dije cerrando mis ojos y acostándome en el asiento-
Se escuchó como él bajo del carro y abrió mi puerta
-¿A dónde me llevas Ernesto Bell?- dije y el solo no respondió- Responde que sino no voy- dije-
-Confía Brisa Vela, te hará bien- dijo solamente- cuidado, escalón- decía cada que había un escalón en mis pies, por alguna extraña razón se me hacía conocido este trayecto de escaleras pero no sabía de donde, el abrió una puerta de madera que se escuchó crujir y abrí los ojos de golpe por el sonido-
-esta… esta es…- dije pero no podía hablar-
-La casa de tus padres, aquí venias todas las vacaciones, tu infancia, este lugar es parte de tu vida- dijo Ernesto y yo sentía mis piernas temblar-
No había ido a ese lugar desde que llegue y no por que se me olvidara sino porque lo evitaba a toda costa, hasta cuando fui a la casa de los Bell le pedía Regel que no pasara por esta calle, yo empecé a recordar a mis padres como si muchos flashbacks regresaran a mí, camine de a poco al lado de Ernesto y él no me soltaba el brazo aunque en varias ocasiones me detenía y caía al suelo cuando no lograba recuperar mi aire, él estuvo ahí ayudándome y dándome su hombro cada que lo ocupaba, me hizo gracia cuando el saco de entre su suéter una caja de pañuelos y seguí recorriendo la casa, hasta que paré en seco cuando llegue a la sala porque de toda la oscura casa alumbraba un lindo pino verde de navidad con muchos regalos debajo, lleno de luces y bastones de caramelo, voltee inmediatamente a Ernesto y me hizo un gesto de ver al frente-
-SORPRESAAAA- gritaron toda la familia Bell saliendo de detrás del árbol y se los sillones-
- Bienvenida a casa- dijo el señor Bell-
-Hagamos la cuenta regresiva juntos- dijo Regel tomando de la mano a Brisa—
-en… 10- dijo Ernesto tomando la otra mano de Brisa-
-9- dijeron todos al mismo tiempo-
-8- siguieron-
-7- siguieron-
-6- seguimos y voltee a una foto de mis padres y después a la familia Bell-
-5- seguimos-
-4- seguimos-
-3-seguimos-
-2-seguimos-
-1-seguimos-
-FELIZ NAVIDAD- gritamos todos y todos nos abrazamos juntos, a lo lejos podía deslumbrar a mi madre y mi padre viéndome, ante tal hecho una lagrima salió de mi ojo pero sonreí, ellos asintieron con la cabeza y yo cerré mis ojos cuando desaparecieron de mi vista-
-Bienvenida a casa Brisa Vela- dijo Regel viéndome a los ojos muestras me abrazaba y por primera vez en 5 años volví a sonreír por el amor de la navidad, el dolor seguía ahí, pero continuare viviendo, por mis padres, por los Bell y lo más importante por mí-
-Abramos los regalos- dijo Dayane y yo me senté viéndolos con una sonrisa en mi rostro- Estos son tuyos Brisa- dijo dándome los 5 regalos que el señor Bell había sacado en su casa-
-¿Qué?- dije en sorpresa-
-Durante los 5 años siempre te compramos un regalo, Feliz navidad Brisa- dijo Dayane dándome un abrazo, el primer regalo fue una bufanda, el segundo unas botas para el invierno, el tercero un gorro, el cuarto un vestido y el quinto unos patines, ese hecho me hizo sonreír porque sabía que me había regalado cada quien en distintos años-
-Feliz navidad- dijo Regel- mañana a las 5 de la mañana a patinar - dijo susurrándome en el oído y asentí-
-feliz navidad Regel- dije y él sonrió y se marchó por la puerta –
Esa noche Dayane Bell se quedó a mi lado no dejándome sola en mi primera noche de vuelta en casa
Y al día siguiente como prometido Regel estaba en mi puerta a las 5:00 de la mañana con sus patines en mano
-¿Nos vamos?- dijo y yo asentí-
-Vamos- dije-
Emprendimos la pequeña caminata al rio y patinamos por horas hasta que el hielo empezó a derretirse a las 9 de la mañana ambos caímos al agua y mientras sonreíamos volvimos a la superficie riéndonos entre los dos-
-se siente bien ese baño de agua helada- dije, él sonrió y nadamos al pasto y solo nos sentamos ahí temblando de frio-
-¿nos vamos mi Idola?- dijo dándome la mano-
-Vámonos a casa mi fanático favorito- dije dándole la mano-
-Auch- dijo dramático- ¿hay más aparte de mí?- dijo y asentí-
-Muchísimos- dije sarcástica riéndome-
-Lo bueno que no te creo- dijo y yo le di un pequeño golpe en el brazo-
-Vamos a casa- dije y asintió con una sonrisa en su rostro que yo devolví-
-Feliz navidad en una y millones más Brisa Vela- dijo sonriéndome-
-Feliz navidad en una y millones más Regel Bell- dije devolviéndole la sonrisa-
FIN