El Hilo de la Vida

II

Después del episodio con mi madre, necesitaba ver a alguien, solo me tomé dos tragos en un bar cercano. Fui a buscar a Leo a su casa, sus padres estaban de viaje. Toco, ansiosa, en espera de un buen abrigo. Pero la que abre es Bonnie, bastante tomada, más que yo. Está semidesnuda.

 

-¿Cómo estás Tess? ¿Qué te trae por acá?

-Vengo a ver a Leo, ¿está?

 

Leo se acerca. Se sorprende.

 

-Tessa, no esperaba que vinieras.

-Solo necesitaba venir, creo que no estaba en mis cabales...

-pero pasa Tess, no te quedes ahí. Me dice Leo

 

Paso. Me adentro en ese lugar que huele a sexo, mucho licor y cigarrillo.

 

-¿Quieres tomar algo Tess? Me sugiere Bonnie

-No gracias. Así estoy bien.

-Pues no lo parece amiga.

 

La maldita de Bonnie tiene una habilidad para sacarte de quicio, con su aire manso y fingido.

 

-Si los interrumpo, puedo irme...

-¡No, no, no! Como crees Tess, de hecho estaba ayudando a Bonnie con algo de letras francesas, pero no sé como terminamos bebiendo un poco.

-Tú sabes lo que haces Leo.

 

Irremediablemente siento celos, pero no debería sentirlos, en teoría los dos somos libres. Además yo frecuento a Renato.

 

--No estábamos haciendo gran cosa y además los dos somos libres Tessa.

-La verdad es que no pedí tu opinión Bonnie.

-Siempre has actuado de una forma tan extraña...

-Siempre fuiste la puta preferida de la escuela.

 

Me volteo en falso, no sé por qué hago ese movimiento. El doctor me sugirió no darles la espalda a enfermos. Bonnie me toma del cabello, por la espalda claro. Tiene unas rabietas imposibles.

 

-¡Bonnie, déjala! Exclama Leo

 

Yo lo que hago es voltearme y zarandearla. Me desprendo de ella y lo que hago es tirarla al suelo y soltarle dos golpes en la cara. Sale despavoridamente todo lo pasivo-agrasiva que soy. No se inmuta en levantarse, he ganado la batalla.

 

-¡Tessa, espera! Dice Leo

 

Pero no sale detrás de mí, se queda con la malherida Bonnie, la mujer indefensa, pero ella atacó primero, debía defenderme. Mi único pretexto es que tenía dos tragos encima. Ahora me siento doblemente mal. Me quedo sola en mi habitación. Renato me habla, sobre algún tema de la expo. Lo invito a pasar la noche conmigo, además nuestras relaciones son realmente placenteras.

 

                                                                                   III

 

Invito a mamá a un café, asiste. Pensé que no lo haría, que me odia reconcentradamente. Tiene mejor semblante. Toma asiento.

 

-¡Hola Tessa1 Perdón por llegar tarde, el tráfico estaba de nervios.

-No te preocupes Consuelo, todo está bien.

-Me dices que Nico te mando uns carta...

-Así es, quiere verte y a mí también, se va a casar con Suzanne.

-Es una guapura esa mujer, los europeos tienen una genética...

-Si mamá, por eso te busqué principalmente. Vendrá en un mes, me ha mandado otro correo. Donde me pide que me haga cargo de la recepción y pienso que tú podrías ayudarme.

-¡Claro Tessa1 Es mi hijo, yo tendré listo todo en un mes. Las invitaciones, el salón, el número de invitados, yo que sé...

-Quiere algo discreto Consuelo.

-Dejalo todo en mis manos. Argumenta satisfecha

 

Veo en su rostro y manera de hablar una renovación. Como si tuviera algo nuevo e inusitado en que ocuparse. Me contento por ella. No es que no quiera a mi madre, es solo que el odio ha hecho merma en mi corazón.

 

-Hoy pude hablar con Consuelo, como dos personas normales. Se veía tan lozana y peripuesta.

-Supongo que saber de su hijo, la ha movido de su asiento y tu presencia. Casi no la visitas.

-No me vengas con esas cosas ahora Renato.

-Tómalo como quieras, solo te digo que alguien como yo, que tuvo padres muy poco tiempo y tuvo que vivir solo en institutos privados. Tuve que aprender a sobrevivir, sin el amparo de dos seres tan elementales. Queda uno hueco, aunque aprenda a hacerlo bien.

-Gracias, por retroalimentarme siempre Renato, eres un amigo, un mentor, un amante perfecto.

-Y tú representante, ¿cómo vamos con esas fotos?

-Mejor de lo que crees... no abandono mi trabajo por nada del mundo.

 

Renato me aproxima mi café que había estado preparando para él y para mí.

 

-Gracias Renato.

-Recuerda que debe quedar lista en dos semanas. Utilizaremos la galería de Aguayo.

-Es la más precisa.

-Oye y cambiando de tema un poco. ¿Qué te hace sentir volver a tener contacto con tu hermano? Se que eran muy próximos en su niñez.

-Es una calamidad, lo quiero mucho. En el concentro todo el amor que no repartí a Consuelo y Máximo. Pero me enoja que no me haya llamado en tres años y ahora me venga con esta noticia de que se va a casar y quiera que yo prepare todo. Así como así.

-¿Crees que es egoísta?

-No me lo había planteado así, pero tienes razón, me reune con mi madre intempestivamente y sugiere que vuelva a tener tratos con Máximo. Sabes que eso es insufrible.

-Creo que eres valiente y tu padre va tener que voltear a ver a la hija que perdío, a la que tachó de lo peor y observar que has podido salir sola adelante. Y que esa enferma como te llamo, como tú me lo comentaste, es una brava. Y ahora el que tendrá que arrepentirse es él. 

 

 

 




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