El Hilo Del Destino

Capítulo 18

Un día pasó desde que Midori se fue a su casa, y allí me encontraba, a oscuras en mi habitación tratando de reconciliar el sueño, pero se me estaba volviendo imposible, no podía parar de pensar en Kazuo, en todo lo que ocurrió desde que había pedido aquel deseo, y en cada uno de nuestros encuentros.

Recuerdo perfectamente como me sentía al comienzo, era una gran oportunidad poder ver el hilo del destino, y todo era hermoso. Pero luego con el tiempo, todo comenzó a tornarse bastante misterioso, y me di cuenta que todo lo que había pasado era una gran consecuencia de mi deseo.

No sé el por qué de que se me haya dado otra oportunidad, pero sin duda lo agradecía. Ahora tenía la oportunidad de arreglar mis errores, y estoy seguro que Kazuo también hará lo mismo, si es que se acuerda de mí…

Esa idea me perturba, no me gustaría que Kazuo se olvide de mí, quiero que me recuerde, que me mantenga en sus pensamientos, como yo lo tengo a él en los míos.

Midori no irá a esa fiesta, se quedará en la casa de unas amigas, tal y como ella recordaba antes. Tal vez eso es lo que pasó, cada vez que una persona se olvidaba de algo, y sus recuerdos se remplazaban por otros, eran recuerdos de este transcurso de la historia, el cual debería de haber sido así desde un principio.

Intento volver a dormir de nuevo pero se me vuelve un tanto imposible, sí, estoy cansado, pero tengo miedo de que al cerrar los ojos una luz roja aparezca, tengo miedo de que todo vuelva a ocurrir otra vez.

Cierro los ojos suspirando, tengo que enfrentar mis miedos, y logro dormirme al pasar de los minutos, logrando adentrarme otra vez en el mismo sueño de antes.

Las personas se encuentran mirando cada uno de los cuadros con bastante admiración, yo sin embargo solo camino de nuevo por la multitud, tratando de no chocarme con alguien de nuevo.

Midori se fue en busca de su amiga, y vaya que le deseo suerte, hay demasiadas personas en este lugar. Camino buscando algún rostro familiar pero nada.

A lo lejos, veo algunos chicos del instituto, los reconozco porque trabajo en la cafetería de al lado algunas veces a la semana.

Suspiro, son demasiadas personas en un solo lugar, necesito respirar… busco alguna salida y allí veo la terraza, intento caminar entre las personas pero a veces se vuelve difícil.

Llego allí y suspiro mirando la luna que se ve en el cielo. Es de noche, pero no podía ver el hilo, hace tiempo que lo había dejado de ver.

Siento unos pasos detrás de mí pero no me doy vuelta para ver de quién se trata, solamente me dispongo a observar la luz de la luna.

Cuando siento que a mi izquierda, del otro lado de la terraza, me observan giro mi cabeza encontrándome con su mirada.

Mi corazón late bastante rápido, siento la necesidad de tocarlo solamente para comprobar si es real, si la persona que está delante de mis ojos se encuentra realmente allí.

Hola, Takeshi —Dice con una sonrisa en su rostro, también le sonrío.

Despierto abriendo los ojos a la par, mi corazón se encuentra realmente acelerado, y gotas de sudor caen por mi frente. ¿Qué fue ese sueño? ¿Realmente era él? Últimamente estoy teniendo demasiados sueños de aquella exposición de pintura. Mismo cuando soñé que me comunicaba con Kazuo lo hacía también allí.

Decido levantarme al mismo tiempo de que la alarma de mi celular comenzó a sonar, tengo trabajo en la cafetería, y tal vez me encuentre a Natsuki e Hiroshi allí, tal y como había pasado la anterior vez.

Me encamino a la ducha luego de agarrar mi uniforme de trabajo. Siento el agua recorrer mi cuerpo y suspiro, hace días que no me tomaba una ducha tan tranquila, porque a decir verdad ahora me encuentro sin ningún problema en mi mente, solamente con un objetivo, arreglar mis errores.

Me pregunto si el amigo de Natsuki también se habrá sentido mal ayer, o si el no haber ido Midori a aquella fiesta habrá cambiado en algo aquello… a decir verdad nunca conocí al mejor amigo de Natsuki, oí hablar de él, pero nunca se me dijo ni siquiera su nombre.

Salgo del apartamento luego de ducharme y camino por el pasillo hacia el ascensor, al llegar allí aprieto el botón hacia el primer piso. Las puertas se cierran y el ascensor se pone en marcha.

Al bajar, observo las personas de Tokio, el sol se encuentra reluciente, dios, necesitaba esto, tanta nieve ya me había sacado de mis casillas. Camino por la multitud mientras observo cada uno de los rostros, buscando uno en particular, pero este nunca aparece, muero de ganas de ver a Kazuo, necesito hacerlo.

Suspiro mientras camino hacia el metro, espero un rato hasta que el tren pasa y me subo a él. Me siento en uno de los asientos que se encontraban vacíos, y aún continúo buscando el rostro de Kazuo, pero como era de esperarse este nunca aparece, dios, es tan estresante pensar tanto en una persona, desear verla pero dicha persona no aparezca.

Salgo del tren cuando llego a mi destino, camino hacia la cafetería llegando temprano a diferencia de la anterior vez. Entro al lugar saludando a mi compañera de trabajo, no hay casi nadie allí, y el rostro de Natsuki o Hiroshi no se encontraba por ningún lugar.



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En el texto hay: amor gay, romance, hilo rojo

Editado: 02.08.2018

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