Él intruso

Capítulo II

Creo que me estoy volviendo loca porque no creo que el lobezno me acabe de hablar.

–señorita se encuentra bien– sí, acaba de hablar y yo deseguro estoy más loca que Alicia –no debe tener miedo señorita –. Claro porque escuchar a un lobo hablar es algo muy normal en estos días

–¿De dónde vienes?

–no lo recuerdo. Me puedo quedar contigo –musito

–no, mi madre odia a los animales

–por favor seré un buen lobo –rogó poniendo ojitos de cachorro indefenso ¿cómo le podías decir que no a esa hermosa criatura?

–esta bien, vamos a casa

Al parecer al lobezno le gustó la idea de vivir conmigo aunque aún no sé de dónde proviene y ese es un problema más.

                             [•••]

A mamá no le gustó la idea de tener una mascota y menos que este sea un lobo en cambio a Norman; mi hermano menor, le encantó la idea. Él y yo somos muy diferentes aunque seamos hermanos no tenemos ni el más mínimo parecido físico o psicólogo;  Norman nació con una extraña enfermedad " El Síndrome de Tourette";que provocaba repentinos tics en el cuerpo, estos aumentaban si él se sentía fatigado por lo tanto evitaba molestarlo. Al comienzo me asustaba que de un momento a otro comenzará a realizar movimientos extraños con el cuerpo mayormente estos movimientos eran: parpadear, frunciar la nariz, torcer el cuello, muecas faciales y tensión abdominal.

Con el paso del tiempo me acostumbre.

Después de unas horas de ruegos constantes mamá accedió a dejar que el pequeño lobezno se quedara con nosotros. A cambio debía ir con ella al pueblo y ayudarla a comprar comida para toda la semana, accedí sin reclamos y nos fuimos junto con el lobezno, Norman se quedó solo en casa.

                            [•••]

Llegamos al anocher.

–¡Norman! ¡Mamá y yo ya llegamos! ¡Sal de dónde estés! –. Nadie respondió hubo un silencio incómodo y perturbador, corrí escaleras arriba y abrí la puerta de nuestra habitación.

–ellos no existen, él no es real, no son reales –murmuraba agitado, parecía un lunático, abrazaba sus piernas en posición fetal con lágrimas en los ojos.

–¡Norman! ¿Qué te sucede? ¿Qué pasó Norman? –me acerqué a él y lo sujete con fuerza de los hombres, su mirada estaba perdida, no dejaba de murmurar cosas sin sentido y todo su cuerpo temblaba– ¡Nor responde qué pasó! –no podía estar más frustrada lo sacudía con fuerza para que reaccionara pero él seguía igual, comenzó a tener un ataque de tics –¡Mamá!

–¿Qué suce –se quedó tiesa mirando el terrible espectáculo –Lara suelta a tú hermano y ve a mi cuarto, no salgas de ahí

–pero –me aferré a él con fuerza

–¡Ve a mi cuarto ahora mismo!

Me retiré a su habitación y solloze. Su rostro estaba lleno de terror, no tenía aquel brillo que lo caracterizaba, estaba muerto ¿Qué había pasado? No lo sabía pero había algo en mi que me decía que aquel intruso tenía algo que ver.

–señorita –el pequeño lobo entró con cuidado –¿Se encuentra bien señorita? – . Me había olvidado por completo de el

–Mi hermano, lobo, algo le pasó cuando se quedó solo – contesté agobiada –tú puedes ayudarme

–no, ni siquiera sé de dónde provengo lo mejor es que duermas, yo me quedaré para cuidarte

Hora 3:30 p.m.

Oscuridad, una perfecta oscuridad me rodeaba y el silencio invadía cada rincón de mi habitación.

Tock tock

Tres veces tocaron la puerta, alguien la abrió, se acercó con sutileza, evitando hacer el más mínimo ruido. Mis labios comenzaron a temblar, él había vuelto. No podía verlo pero sentía su presencia.

Empezó con su rutina. Acariciando mi rostro, jugando con mi cabello y terminó con un suave roce de sus labios sobre mi mejilla. No obstante esta vez no iba ser igual que la anterior, me cargó. Tengo miedo, debebía abrir los ojos, gritar, intentar escapar, pero no, preferí quedarme y dejar que el me llevará, la poca valentía que tenía se esfumó. El frío viento chocó contra mi rostro, sabía dónde estábamos y lo peligroso que es dejar que un desconocido te lleve. Tengo que ser fuerte no debo dejar que llevé, me repetía a mi misma.

Abrí los ojos.

                            [•••]

La saliva de cierto individuo me despertó.

–hey pequeño tranquilo –sonreí

–Lara –me llamó mi hermano, seco. No era él pero me conformé con verlo mejor ya no temblaba pero seguía con esa mirada, fría sin sentimiento alguno

–Ya bajo a desayunar

¿Cómo había llegado a mi habitación?
Lo último que recuerdo es haber estado afuera, tal vez lo soñé.

La tarde pasó y necesitaba preguntarle qué había pasado, él solo me evitaba como si supiera lo que tramaba.

Me senté en la mesa en dirección al bosque se veía todo a la perfección. Norman se encuentra afuera mirando en bosque salí a buscarlo cuando ya me encontraba a su lado él se fue y me dejó parada lo seguí.

–¡Norman detente! Quiero hablar contigo

–No me molestes

–Dime ¿Qué pasó ayer?

–no es tu problema – siguió caminando sin tomar importancia a mis palabras

Dejé de molestarlo no tenía caso que siguiera insistiendo.

Decidí averiguar quien era el responsable de todo este problema, Black me iba ayudar, es el único amigo que tengo hasta ahora aparte de Rose aunque ella solo me busca para copiar la tarea y pedirme prestado dinero "tenemos una gran amistad".

–señorita ¿Qué vamos hacer?

–Primero deja de llamarme señorita mi nombre es Lara Green y tú te vas a llamar Black

–esta bien

–ahora hay que ir a la biblioteca tal vez encontramos algunos libros de la fundación del pueblo

–Pero tu madre no nos dejará ir

–nos escaparemos, !esto es emocionante! es la primera vez que voy a ir al pueblo sin mi madre, a la hora que yo quiera y sin su permiso ¿Crees qué estaría mal si me pongo a bailar?

–creo que sí

–no importa voy a bailar

Comenzé a moverme como un fideo; sí, no se bailar parezco un pez fuera del agua.




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