El jardín del caballero

Capitulo 1-Peones

En un reino lejano con el lustre sol saliendo por el lado desde donde el sol sale habitaba un caballero, peón de un rey protector de los pueblerinos, que montaba a un caballo intrépido y raudo de pelaje blanquecino por nombre centella. 
Ambos, el caballero y su caballo vivían increíbles aventuras en aquel reino atormentado por un mal de colosal peligro, era tal el miedo de los pueblerinos que le confiaban todo a los caballeros del rey aunque el rey mismo solo los usaba cual peones en partida de ajedrez, a sabiendas que morirían los fieles caballeros de el reino, no dudaban en enfrentar los inminentes peligros que aquel reino enfrentaba. 
Pero había un caballero que destacaba de todos Brillante de ojos, pelo cobrizo, musculatura mayor al promedio y por supuesto su caballo centella los dos eran en especial, los favoritos del rey a aquel caballero siempre se le encomendaban las tareas más difíciles de efectuar tales como sacar a pasear al tenebroso dragón que el reino guardaba como mascota, el caballero se aseguraba de que el caballo hiciera sus necesidades y sobre todo que no destruyera los cultivos del reino, aquel temible dragón era apaciguado por pollo y vegetales, estos últimos de vez en cuando pues el dragón no era de comer vegetales. 
Claro que había más misiones y más cosas que hacer en el reino pero el caballero recuerda una con tanto temor como con un cariño increíble el día en que abandono el reino sin nada que perder y con todo por ganar a pesar de que  la reina insistio que no era momento el caballero se retiro un día, el futuro que le deparaba era incierto y denso cual niebla en paramo de un bosque y sin embargo el miedo a lo desconocido aunque en vela al caballero tenía también estaba entusiasmado pero para llegar al final hay que ir al principio. 
Los peones del rey eran pocos y los de la reina igual, el rey comandada un reino enorme y recibía dinero de donativos por ello, la reina ayudaba a los peones y de vez en cuando el rey también. 
Los peones del rey se encargaban de tareas difíciles, limpiar las chimeneas, ayudar al rey a comandar el reino, cuidar a los bebés desamparados, ayudar a los ancianos del reino, y podar los pastos y malas hierbas que alrededor del reino crecían. 
Los días no eran difíciles al menos no al inicio, el caballero recuerda con una esbozante sonrisa aquellos días que carreras de caballos hacía con los pueblerinos, o esas veces que jugaba al dragón inflado con los mismos. 
Pero el tiempo, el tiempo es oxidante y los problemas con el mismo paso lento pero aturdecedor empezaron a pasar. 
Un día tristemente y en un fatídico accidente el rey que en su fiel corcel montaba sufriría un cruel y horrible accidente, cayó de un risco pues su caballo no pudo detenerse le hacía falta fuerza y por el risco el rey cayó muriendo en el siniestro, ahora la reina debía hacerse cargo del reino, comandar a los peones u soportar la muerte de su amado. 
El funeral se llevó a cabo tan solo 1 día después, el cadáver de el sabio rey no pudo ser recuperado pues el accidente había sido deslumbrante, el cajón de un cuerpo inexistente fue enterrado en el cementerio de un pueblo aledaño, la reina triste solo se dedico a comandar el reino cual mejor pudo. 
 



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En el texto hay: castillos, muerte, dragones

Editado: 11.03.2024

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