El jardín del caballero

Capitulo 12-El último saqueo

Arturo devastado, sabía que todo esto había sido culpa del negocio en el que se había metido, el odio de Luna inicio desde que las gemelas le hablaron, más no era culpa de ellas , era culpa de Arturo era su culpa, pues el y solo el había aceptado trabajar con ellas, el y solo el quería monedas para conseguir un ramo de rosas y regalárselo a su amada en una hermosa propuesta de amor, el y solo el lo había arruinado todo. 
Así que perfectamente sabia lo que debía hacer, abandonar el negocio no sin antes terminarlo, pues bien el rey le dijo 
“Si algo haz de iniciar, lo debes terminar, o es seguro que ese algo que haz dejado a la mitad, te perseguirá y ten por seguro, tenlo muy bien por seguro que te alcanzará y cuando te alcance, el impacto será mayor” 
Y así lo hizo, con valentía encaro a las gemelas y con apacibles palabras a las mismas les dijo 
-E decidido dejar este negocio, pero quiero que no me persigan, que no me molesten más cuando lo haga, así que haré un último trabajo, uno únicamente por mi cuenta, de modo que ganarán más monedas ustedes, de hecho no quiero paga por este último trabajo más sin embargo a de ser el último. 
-Las gemelas aunque consternadas lo miraron y ambas con la cabeza asintieron además de darle el encargo, el enemigo a vencer- 
Muy bien, Arturo tu último encargo en esta empresa será, un leproso que vive en una calle marginada, la calle Marea, es una calle peligrosa pero el sujeto que ahí habita es fácil de tratar, pidió un préstamo pequeño a inicios de este negocio, pero a escalado mucho su deuda y bueno, los intereses ahora son más que el mismo préstamo. 
Arturo así se dirigió a la casa del leproso hombre, era una casa horrible casi a punto de caerse, una casa por la que se llegaba desde una calle de adoquín mal colocado, leprosos y zombies en cada esquina y los verdes habitaban en cualquier suelo, sus hermanos cercanos de los verdes los peludos, estaban en todas las paredes, peludos verdes, amarillos y extrañamente negros no había peludos de ese color en ningún bosque que el caballero antes hubiera visitado, era claro el extenso humo y la extrema humedad eran el ambiente adecuado para peludos de ese color, había dragones y dragones bebés rondando por todos lados, de cualquier color, con las alas recortadas, mal alimentados e incluso muertos, era una calle deplorable y sin embargo en esa calle vivía la deuda más grande. 
Arturo toco a la puerta y de ella salió el leproso, ojos rojos, piel blanquecina, no por albines si no por palidez, era claro que era un leproso hacia varios años atrás, sus huesos se remarcaron en la playera y aún así no paraba de consumir todo tipo de sustancias. 
Arturo con voz amable y intimidante a la vez le habló al leproso 
-¿Sabe que tiene una deuda enorme con AA? ¿o no se a enterado? 
Estoy seguro que así es, y necesito que pague ahora, en este momento o de lo contrario por supuesto que habrá problemas.- El leproso lo miro con cara de odio y asco y respondió con indiferencia  
-Búa, esta bien, veré si hay algo en la casa-cerro la puerta en la cara de Arturo con un estruendoso azotón y poco después se escucho un ruido seco, Arturo sabia de que era, era una bofetada, había propinado varias a los deudores, y poco después de la bofetada un chillido, de niña pequeña cuando a perdido algo, de joven adulto cuando está frustrado y de bebé cuando hace una pataleta; El leproso hombre salió y le entregó un collar extrañamente familiar a Arturo, para decirle- Ahí tienes, repugnante ser- Escupió al suelo y cerro la puerta con un nuevo estruendo detrás 
Arturo miro el collar, y rápidamente se dio cuenta era tan familiar por que antes, antes lo había tenido en sus manos, era el collar de Luna, su preciado collar de oro generacional, entregado por saldar una deuda de su leproso padre, Arturo aún tenía bondad en su corazón e inmediatamente supo lo que debía hacer, golpeó estruendosamente la puerta de aquel hombre y cuando enfurecido este salió, Arturo desenvaino su espada y la  coloco directamente en la frente del hombre. 
-¡¿Dónde esta luna?!- pregunto furioso y gritando así mismo con ese mismo sentimiento continuo- ¡Maldito, no sabes lo que esto significa para Luna! ¡Seres como tu, no deberían ser padres, Luna jamás me contó, nunca me dijo que tenia a una mierda de padre como tu , si hubiera sabido te hubiera venido a matar, eres basura, llama a Luna, Ahora! 
-El leproso llamó a Luna con temor y Luna quien aun lloraba se acercó a la puerta solo para ver a Arturo con una espada directo en la frente de su padre-¿Q…u…e? ¿Qué? ¿H…a…c…e…s? ¿haces?- Pregunto Luna asustada  
-La basura de tu padre me a entregado tu collar para saldar una deuda que ni siquiera es tuya, sal de aquí vamos ahora, te llevare a otro lado y yo mismo saldré la deuda, si permito que sigas viviendo aquí no me lo perdonaría-Arturo dijo eufórico a Luna y agrego- Por favor ven conmigo. 
Luna no tardo en tomar una decisión vio en Arturo nuevamente valentía, vio a aquel caballero del que se había enamorado, un hombre piadoso dispuesto a arriesgarlo todo, todo por el amor. 
Y sin embargo en el clamor de la discusión cuando Luna se disponía a retirarse… 
El desalmado padre desenfundo su espada y en un acto de cobardía. 
Disparo a la cabeza de su propia hija a traición cuando esta se disponía a irse  con el amable caballero, si, había sido un disparo, para el tiempo que nuestro caballero vivía ya ni siquiera habían caballeros, lo siento, debo dejar de jugar contigo. 
El caballero solo vio como Luna se desplomaba ahora sin vida, mientras el drogadicto padre recargaba el arma para acabar con Arturo, pero este fue más rápido. 
Y se abalanzó contra el bastardo, lo golpeó, lo golpeó tan fuerte, lo golpeó sin piedad que ni siquiera pudo pedirla, para cuando se dio cuenta que el hombre estaba muerto, solo ahí Arturo dejó de golpear. 
Corrió al cadáver de su fallecida amiga y solo ahí fue cuando las lágrimas brotaron a borbotones, cuando golpeaba al padre esperaba, enserió lo hacía, esperaba que la fantasía en la que llevaba viendo hacia bastante rato fuera real, esperaba y añoraba encontrar la piedra filosofal pero si ni siquiera en la época medieval la pudieron encontrar, tampoco lo harían en la época moderna. 
Vio mientras lloraba como sangre brotaba de la cabeza de su amiga, un tiro certero y letal, la bala entró y la bala salió, tomó al cadáver de su amiga sin importarle empaparse de sangre y comenzó a caminar, los perros le ladraba por cada paso que daba y observaba como el musgo de color negro se seguía extendiendo, vio como el pasto que estaba muy crecido en todos lados se meneaba con el aire, de lado a lado, de lado a lado. 
 



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En el texto hay: castillos, muerte, dragones

Editado: 11.03.2024

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