A llegar a casa el abuelo de Arturo vio como este cargaba a el cuerpo fallecido de Luna, mientras lágrimas y lágrimas brotaban de sus ojos.
Todos habían visto a Arturo cargar a Luna pero todos le tenían miedo, incluso en la escuela el profesorado lo respetaba y por ello nadie dijo nada cuando vio a Arturo cargando a un cadáver.
Arturo se poso frente a su abuelo quien los esperaba en la puerta, y frente a él con el cadáver de Luna callo sobre sus rodillas.
Y con un fuerte dolor le dijo a si abuelo- Murió abuelo, Luna murió
Su abuelo conocía bien a la niña, Arturo le había contado muchas cosas de ella no la conocía de cara y se lamentaba que la primera vez que vio a quien creyó que sería la esposa de su nieto estaba muerta, su abuelo se agacho donde Arturo y le habló tiernamente con esa voz pausada que los abuelos suelen tener
-No se que habrá pasado Arturo, no se en que momento nos descarriamos, no lo se, pero si se una cosa, esa chica no debió morir por nuestra culpa y debemos aceptarlo fue nuestra culpa, démosle un digno entierro Arturo luego nos encargaremos de desmantelar la organización AA, se muy bien que lo quieres y tenlo por seguro que lo haremos, desmantelaremos a esa gente, te ayudare escapar, ten por seguro Arturo la ley vendrá por ti, se por supuesto lo se que has matado a alguien, puedo verlo en tus nudillos, levanta crío enterremos a la niña.
Arturo se levantó, y rápidamente el abuelo consiguió un cura y aunque solo eran tres personas, el abuelo, el cura y Arturo , este último dijo unas palabras a su amada.
“No se dio, nada de lo que quería
Amaba con fervor a alguien que también me amaba
Creí que con unas monedas su perdón compraría
Y sin embargo parado estoy frente a su tumba
Maldita sea, sabía que lo que hacía me perseguía
Pero Luna, mi amada luna no tenía que morir
Murió por que ayude a fundar una empresa
Que vicios de su padre alimento
Y con mi horrible carácter
Una bala la atravesó
Odio el sentimiento de culpa
Pero me odio más a mi por que fui to quien lo inició
Maldito el día que con las gemelas hable
Maldito el día en que nací”
Se derrumbó de rodillas frente a la tumba aún abierta de Luna y derramó bastantes lágrimas, de fondo el padre daba unas oraciones y como no había coro ceremonial el mismo hizo de coro, el cántico que en ocasiones es hermoso pero cuando frente tuyo esta el ataúd de tu amada se vuelve horripilante y a Arturo le puso la piel de gallina para concluir con el melancólico día una lluvia tormentosa empenzo a caer, las lágrimas de Arturo se vieron opacada por la lluvia que de el cielo caía y Arturo se levantó, tomó el collar y lo lanzó a la tumba de Luna al fin y al cabo, era un regalo generacional entre las mujeres de la familia de Luna y aunque no lo fuera Arturo jamás fue su familia.