El jardín del caballero

Capitulo 14-Desmantelar

Arturo y su anciano abuelo, habiendo enterrado a Luna se dispusieron así a enfrentar cara a cara a AA. 
Armados con sus espadas y con solo la vida que perder, llegaron a el campo elíseo, un lugar donde los verdes estaban poco crecidos, y en medio del campo una inmensa construcción de bloques de piedra y ladrillos, Arturo y su abuelo habían estado ahí incontables veces, pero esta vez era diferente, Arturo estaba asqueado de ver la construcción, de saber que se construyo con dinero de zombies, leprosos, desamparados, madres criando globins solas, educadores que no les alcanzaba el sueldo, las pobres almas de la vida. 
El asco era inmenso y Arturo sentía un hueco en el estómago, aunque se había distanciado de Luna hoy mas que nuca se sentía alejado de ella y cierto era pues su vida se había desvanecido. 
Aleja y Antonia eran solo dos niñas prácticamente, viviendo en las circunstancias más adineradas y sin embargo decidieron seguir ganando más de lo que ya tenían, su padre que era uno de los hombres más ricos del reino las apoyaba en todo momento y jamás dijo palabra alguna, Arturo no podría matar a dos niñas de solo 14 años de edad bien lo sabia, lo único que podía hacer era incendiar el lugar con todo adentro, y entregar a las jóvenes a un centro juvenil, donde seguro se reintegración a la sociedad 4 años después, sin embargo Arturo era cómplice y la mano derecha de ambas, tenía que ser rápido, entrar y salir. 
Entrar y salir. 
O eso es lo que Arturo creía, entraron a las oficinas y vieron a Aleja y Antonia sentadas en el sofá viendo obras de teatro directamente en su casa, Arturo entró y con un estruendoso azotón de la puerta enojado les hablo 
-Aleja, Alejandra, oid, hoy por vuestra culpa y mía también a muerto alguien que no debía morir, llevamos tanto tiempo jugando a los criminales que si no paráis esto todos acabaremos muertos, se han hecho de nombre y mañana criminales de alto rango vendrán a pedirles dinero para dejarlas seguir operando entréguense por las malas o por las buenas. 
-Ambas gemelas se rieron al unísono- Entregarnos, ¿a quien?- y continuaron con un tono para nada empático incluso burlesco-¿Luna murió? Lo siento mucho, una pena, pero debió saber que era juntarse con criminales. 
-Arturo desenvaino su espada y apunto hacia ambas- Luna y yo ya no éramos amigos, la trate de salvar de su abusivo padre, padre que consumía sustancias con el maldito dinero que ustedes le daban, y estoy seguro que a este último encargo al que me mandaron ustedes sabían que Luna vivía ahí 
Por culpa nuestra Luna murió 
-No, no, fue culpa tuya, seguro con tus impulsos hiciste una estupidez-Ambas dijeron- ¿Enserió nos materias? No apuntes un arma si no la piensas usar, maldita escoria 
-Arturo disparo justo arriba de la cabeza de Aleja y con suma indiferencia le dijo a ambas- Claro que la usaría, todos pagan por sus pecados tarde o temprano, cada uno tendrá su expiación, así que o se entregan o yo mismo las mato 
-Las gemelas se rieron al unísono, y sus risas iban en aumento- Antes de matarnos tendrás que acabar con tu antiguo equipo, equipo que fue llamado hace rato, por supuesto sabíamos que a donde te mandamos vivía Luna, todo fue un plan, el plan perfecto y ahora detrás de ti tienes a tus nuevos enemigos. 
Arturo volteo y no pudo evitar sentir miedo, al ver a sus antiguos compañeros, Arturo no era nada temeroso de hecho esta vez fue la primera en que sintió el terror, Arturo nunca había estado frente a frente a su equipo, no, el siempre les daba las espaldas y jamás recibieron una mirada por parte suya, no hasta ahora. 
Su antiguo equipo, no llevaba espadas, llevaban tubos de metal y maderas con clavos, Arturo estaba a punto de recibir la paliza de su vida. 
Y así fue, recibió tantos golpes, cortadas, patadas que no sabía de dónde le venían, y para su pobre abuelo fue incluso peor, era un señor de edad avanzada y aunque se sabía defender su movilidad estaba reducida, Arturo logró asesinar a uno de sus antiguos compañeros, pero no fue suficiente y cuando menos cuenta se dio había sido arrojado por la ventana de un cuarto piso. 
Adolorido en el suelo y casi muerto se arrastro como pudo pero ambas gemelas bajaron y lo vieron, lo vieron destrozado y se mofaron en su cara, Arturo no podía responder y la cosa se puso peor cuando vio a su abuelo caer, caer muerto, inerte sin vida cual costal de alimento el abuelo de Arturo, antiguo rey de un reino cayo muerto de un cuarto piso, ya no era nada de lo que antes fue, el viejo rey quedó desfigurado, y las gemelas escupieron al cadáver, y le escupieron a Arturo. 
Quien entendió que, esto no era un cuento de hadas. 
Las gemelas dejaron a Arturo casi muerto en el suelo, no lo remataron pues creyeron que moriría, pero Arturo era un hueso duro de roer, a su corta edad y con la adolescencia que estaba perdiendo ya era prácticamente un hombre curtido, 14 años 2 de ellos batallando, Arturo no quería morir, se arrastro tanto como pudo, y llegó a un callejón en la ciudad, no había lágrimas que pudiera botar por su abuelo, incluso los ojos le dolían y los parpados de cansancio le pesaban así que ahí en ese callejón Arturo se durmió. 
 



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En el texto hay: castillos, muerte, dragones

Editado: 11.03.2024

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