Capitulo 19-25 de Diciembre

Me e adelantado un día, para que necesitas escuchar como Dayana fue asesinada, sería algo cruel y ni siquiera necesito hablar de cómo Arturo perdió un brazo, no. 
¿Por qué lo haría? No tiene nada de importancia cuando el plan salió terriblemente mal, tal vez te hable de ello pero estoy indispuesto en hacerlo ahora y para que mentir, no me importa hacerlo. 
Arturo perdió un brazo de una forma, de alguna forma 
De la misma forma se las ingenio para nuevamente volver a escapar y de alguna forma se las ingenio para no morir desangrado, arrastrándose cuál perro herido, corriendo cual gallina sin cabeza, gritando de dolor cual persona que acaba de perder un brazo. 
Ese fue Arturo el 24 de Diciembre y el 25 la nieve que aun rodeaba la cabaña de Dayana estaba teñida de rojo, de el brazo de Arturo aún había hueso salido, su nariz roja por el frío de la noche y en la cabeza un elegante sombrero que había robado. 
Que ironía de la vida si no le faltara una bufanda parecería un muñeco de nieve.  
Como decoración de la choza quedaría excelente pero la bufanda roja falta le hacía. 
Arturo esta vez ni siquiera lloraba, solo pensaba en la noche del día anterior, solo esperaba que su madre le dijera que regresara a casa que mandara una casa a la casa de sus abuelo, casa vigilada por la policía, Arturo solo esperaba encontrar a su hermano que en todo el alboroto de meses anteriores se había perdido, Arturo espera, lo esperaba todo. 
Esperaba no morir, esperaba hallar a su hermano, esperaba la carta de su madre que robaría en la noche, esperaba no haber perdido el brazo pero sobre todo esperaba no haber matado a Luna y Dayana. 
Aunque no había matado a ninguna era lo que Arturo sentía, era lo único que el pensaba y las cosas que anhelaba solo eran infantiles fantasías, tal vez la única que se cumpliría seria volver a casa, contarle a su madre lo sucedido y que esta lo abrazara, pero bien Arturo sabia que no había cura para la plaga que su reino azotaba. 
La muerte a Arturo aún no quería y Arturo tampoco, la rabia acumulada, la esperanza y el orgullo ya no le permitían pensar en morir, ahora también anhelaba sobrevivir. 
Que el brazo no se le infectara y le ocasionará una sepsis, Arturo anhelaba acabar con Aleja y Antonia por ello en la muerte no podía pensar cuando quería matar. 
Los sueños y anhelos de Arturo eran inmensos y tan grande su apetito por comerse el mundo y seguir viviendo para cumplir una venganza que no se permitió morir. 
Tal vez por que era Navidad y como un último regalo de la vida a Arturo le permitió vivir o tal vez era por que Arturo era fuerte y tenía algo que cumplir sea cual sea el motivo esa Navidad Arturo pudo vivir. 
Las deudas por saldar se habían saldado con la muerte de Dayana y las chozas por salvar también, al fin y al cabo ¿a quien más le iban a cobrar? A Arturo no, pues Dayana no lo registro como inquilino nunca, pero en algún momento seguro que lo desalojarían. 
Así que Arturo se fue de la choza, dejó los recuerdos de Dayana atrás y creyendo que su madre lo había abandonado decidió volver por cuenta propia al reino de donde el venía no sin antes aventurarse en la aventura final en el reino donde perdió demasiado, buscar a su hermano. 
Pues recordando a su padre 
“Un hombre jamás dejará a un hermano, que clase de hombre serias si abandonaras a un hermano, que clase de humano serias si dejaras a un hermano a su suerte, ¿Por qué lo harías? Cuando es tu hermano, sangre de tu sangre o tal vez no si alguien es tu hermano, no lo dejas morir rescátalo y búscalo sin importar que puedan morir ambos, pues finalmente vale más morir junto a él que dejarlo morir solo” 
Rescata lo que es valioso y si no lo piensas rescatar entonces nunca fue valioso para ti.