Yo instalo la tienda de campaña mientras que CJ llora desconsolada por su hermano y Allen trata de consolarla con sus historias sobre su mejor amigo, llamado Collin, por lo que he escuchado. Y por primera vez, no tengo sueño y no quiero dormir, no quiero morir por querer descansar. Mientras termino de armar la tienda de campaña, escucho la historia de cómo el tal Collin logro llegar al hospital con la pierna abierta, exponiendo el hueso, lo cual me hace preguntar cómo fue que ese Collin se lastimó la pierna a tal grado. Me recuerda a la vez que leí sobre un chico que logró sobrevivir a un intento de asesinato, algo que de hecho podría decir que también me pasó, aunque lo que nunca cuentan son las consecuencias, como fue el niño, que se suicidó por el trauma de ver sus entrañas de fuera; y como yo, que perdí a los que me querían, como Hannah, que murió por mi culpa. Alejo esos pensamientos para centrarme más en lo importante.
— Axel, amigo— me llama Allen—. Controla tu fuerza, casi rompes el soporte del techo y no estamos en situación de malgastar recursos.
Volteo a ver la tienda de campaña y me doy cuenta que estaba a punto de doblar el soporte y romperlo. Debo controlar mi fuerza. Instalo bien el soporte de la tienda de campaña y ya termino el armado. Al terminar, veo que CJ ya ha hecho la fogata, lo cual me asegura un momento de relajación. Nos repartimos una parte de los cereales mientras Allen vuelve a contar sus historias con su amigo Collin, aburriéndome instantáneamente. No es personal contra Allen a pesar de nuestras discusiones, es sobre el hecho de contar toda la vida de alguien que ni conozco y que el narrador lo pone en un pedestal. Termino mi cereal rápidamente y aplasto la bolsa en donde estaba el cereal y la pongo en mis bolsillos mientras escucho como el tal Collin derrotó a una pandilla que amenazó a Allen después de que rechazo a la hermana del líder de tal pandilla, lo que me parece trillado por la situación muy ridícula. Pero solo me limito a escuchar sin decir nada, algo muy fácil debido a que Allen no se calla en ningún segundo. Creo que me agrada más cuando está enojado, parece tener una obsesión probablemente insana con Collin que desaparece cuando se enoja.
Allen dura dos horas hablando hasta que finalmente se cansa y se va a la tienda de campaña a dormir. Después solo quedamos CJ y yo, rompiendo la tensión que había con los tres enfrentándonos a los múltiples peligros sin tantas posibilidades de sobrevivir.
— ¿Soy yo, o Allen tiene una peligrosa obsesión con el sujeto, Collin? —pregunto exponiendo lo obvio
— Si te soy sincera, sí tiene un gigantesco problema con Collin— responde CJ como si estuviera evitando decirla respuesta—. No lo culparía, Collin lo apoyó cuando sus padres solo les interesaba su trabajo y las drogas.
— Drogas… no quiero pensarlo —digo, imaginándome la horrible situación que vivió Allen—. Jamás escuche esa parte de la historia.
— Fuiste el último en llegar; Joseph, Allen y yo estuvimos dos semanas esperando a que llegara el tipo que faltaba; y en ese tiempo nos conocimos mucho.
— Claro, fui el último en llegar y el único que no tuvo tiempo para socializar más.
— No es tu culpa, de seguro RedCell tiene una estrategia rara para que estemos separados —responde CJ exponiendo una teoría interesante de lo que hace RedCell, tal vez sea cierta, seguramente han de estar repitiendo una y otra vez mi pequeña pelea con Allen.
— No me sorprende mucho, esa empresa del demonio arruinó mi vida desde que gané mis poderes. En un principio fue genial, pero al obtener más empezaron a ir tras de mí.
— Ellos tienen algo en contra nuestra, se nota mucho que son muy vengativos—dice CJ, aunque no sé qué tendrían contra CJ, ella no les arruino sus planes de ser inmortales como yo lo hice.
— Su odio conmigo es más personal, no es fácil ser el descendiente del primer contingente de la…
— ¿El primer contingente? Eso no es posible —me interrumpe CJ dudando de mi palabra.
— De alguna lo es, tengo su marca —le afirmo que estoy diciendo la verdad levantando la manga del brazo para mostrar la marca en mi brazo
— Entonces Arón Sanders es tu ancestro. Son cien años de diferencia, lo más probable es que sea tu tatarabuelo o bisabuelo si en tu familia tienen una esperanza de vida elevada —especula CJ, es muy lista.
— Lo malo es que una empresa farmacéutica quiere matarme solo por más poder del que ya tienen sobre la ciudad, ¿y la peor parte? Mi tatarabuelo me deja solo con el desastre que fácilmente pudo acabar, eso sí es muy egoísta —pienso en cómo tengo que asumir las responsabilidades de alguien más injustamente, es un castigo solo por ser familiar o descendiente de alguien, alguien que no ha hecho nada por mí y se limita a decirme pistas aleatorias si tengo suerte—. De RedCell es entendible, tienen que verse fuertes si quieren tener confianza en ellos mismos. De mi tatarabuelo no, dejar a su tataranieto todos sus problemas es injustificable, como si mi vida no tuviera suficientes problemas para agregar más.
— Muchos confunden el egoísmo y la supervivencia, piensan que el poder es vital y se vuelve peligroso cuando su poder es a costa de inocentes— dice CJ, lo cual es muy cierto—. Solo no culpes a tu tatarabuelo, si realmente es bueno ha de haber dejado esto inconcluso por una razón, una que no es torturarte, en muchos casos la familia no te hiere a propósito.
— Bueno, ese no ha sido mi caso, nunca lo fue en realidad —miro los solitarios pasillos que tenemos alrededor y pienso si ya es noche, lo que es muy difícil al haber un techo plateado y destruido en ciertas zonas—. Supongo que ya es tarde. Deberías dormir.