El Laberinto

La culpa es mi enemigo

Me despierto de golpe al sentir mi ropa mojada, pero solo de un lado. Al mirar bien me doy cuenta que todo el suelo está lleno de agua con una profundidad de 20 centímetros. Tiene la suficiente profundidad para alarmarme, pero no para matarme. Parece que todos nos despertamos al mismo tiempo, pues veo a los tres muy confundidos por lo que está pasando en este lugar.

— ¿Pero ¿qué…?  —se pregunta CJ al ver que hay agua por todo el suelo—. Se supone que este sector ni siquiera está terminado.

— Puede que haya una tubería rota o que el techo esté abierto y que ha llovido últimamente —teoriza John, cosa que no me convence.

— No lo creo —le contesto a John—. Los de RedCell lo han de tener todo calculado.

— Buen punto, RedCell se preocupa hasta por el más mínimo detalle. Lo más seguro es que esté todo planeado.

— Los líderes de RedCell sí saben cómo hacer un espectáculo —bromea Allen haciéndome pensar que habrá más agua en el camino—. Entonces así terminaremos el recorrido.

Recogemos las cosas que no están tan mojadas, mientras que la comida mojada la dejamos ahí. Salimos de la zona y nos encontramos con dos pasillos igual de inundados que en la entrada. El primero no parece tener salida por lo corto que decidimos evitarlo al ser una evidente trampa. Avanzamos por el segundo pasillo que es muy largo y no parece haber ninguna trampa al no estar terminada esta parte del laberinto, como si nosotros hubiéramos llegado de emergencia y no hubieran tenido tiempo para acabarlo. Todo parece estar bien a diferencia de lo mortal que sería, según Noah. Solo las paredes que nos separan de afuera están completadas de manera mediocre, teniendo tornillos puestos de manera apresurada y soldaduras mal hechas, no como las paredes de los otros sectores que parecían ser de una sola pieza al no tener marcas de alteración. Algo que se me hace increíble es la gran calidad de los zapatos, al no desgastarse sin importar que hemos hecho de todo en este lugar y he utilizado mis súper-velocidad más que antes en la mejor huida que he hecho en este lugar hasta el momento, solo tienen manchas de suciedad, sangre y fluidos de las bio-armas del laberinto. Al girar por el pasillo vemos la primera trampa de todo el sector, que es muy peligrosa para compensar las pocas trampas que hay en el último sector. La trampa es más elaborada que otras en el laberinto, ya que todas son más simples y que al activarse ya no se apagan. La trampa se activa cuando estamos al frente de esta, y consiste en un montón de púas que se impulsan hacia delante y hacia atrás, teniendo una constancia rápida y haciendo casi imposible el paso por ambos pasillos. No podemos pasar por debajo de la trampa como en el primer sector por que las paredes están llenas de púas de arriba abajo, incluso hay unas que rozan el suelo y destruyéndolo como si este fuera de tierra. Lo más seguro es que tendré que utilizar mi súper-velocidad para poder pasar sin quedar como queso rallado, cosa que los demás entienden al instante.

— Entonces, ¿Quién será el primer voluntario? —digo de manera sarcástica para saber quién cruzará primero, obviamente con mi ayuda.

Los tres se miran entre sí para saber quién será el primero por el miedo a morir atrapados en las púas. Ninguno parece ponerse de acuerdo, por lo que decido tomar la decisión por cuenta propia, y descarto a Allen primero al estar en su sector y en donde se encontrará con su mayor “enemigo”. Diría que John, pero fue al primero que saqué del segundo sector mientras escapábamos de la explosión. Definitivamente CJ debe ser la primera.

Sin que se den cuenta, tomo a CJ de la cintura, y atravieso todo el pasillo lo más rápido que puedo, y mientras cruzo el pasillo no puedo evitar ver como las púas se van abriendo a nuestro paso y como si estuvieran abriéndose para nosotros. El pasillo es increíblemente corto y no como lo imaginaba de largo. Dejo a CJ en la parte de enfrente, en la parte donde el pasillo se divide en dos, y regreso a donde están Allen y John. Agarro al último de estos y lo llevo al mismo sitio, siendo esta vez más fácil al estar consciente de la longitud del pasillo, dejo a John al lado de CJ y regreso por Allen, quien está todavía del otro lado. Al llegar a donde está Allen, observo que en el sitio donde acampamos está a punto de inundarse por completo, viendo como del techo cae un montón de agua. Definitivamente este sector terminará de la forma más horrible en la que alguien puede morir, ahogándose. Agarro a Allen muy nervioso y entonces entro en el pasillo de las púas, pero con la satisfacción de saber que es la última vez que pasaré por este pasillo. No sé si es por lo nervioso que estoy o por desconcentrar, pero por accidente me corto con una de las púas en el brazo donde está mi marca de povoir, que supongo que ni siquiera tiene un rasguño. Sin importar la herida que tengo, cruzo el resto del pasillo hasta donde John y CJ me esperan. Al final suelto a Allen, que por la gran velocidad se desliza por el suelo como si estuviera en una pista de patinaje. Al respirar de alivio todo vuelve a la normalidad, mientras los demás se dan cuenta de que los llevé al otro lado sin que se dieran cuenta y las púas de la trampa se detienen, haciendo que el pasillo que está al lado ya sea accesible.

— No tomaron la iniciativa y quiero salir de este lugar —les reclamo a pesar de que los llevé al otro lado de la trampa sin que se dieran cuenta

— Axel, tu brazo —me señala CJ, haciéndome ver que, efectivamente, la marca del brazo no tiene ni un solo rasguño, a diferencia de los lados de la marca que están llenos de sangre



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En el texto hay: oscuridad, armas biologicas, laberinto

Editado: 26.03.2022

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