El Lado Oscuro de mi Mente

Capítulo V: Umbrales: en el allá.

“El rumbo de la vida se detiene en medio de torpezas y en decisiones que corrigen la realidad en busca de la certeza de nuestros actos, ahogada en su propia incertidumbre que muestran inquietudes que relatan y abruman nuestra vida, en el andar del paso solo intentamos descubrir el significado que puede tener, pero descubrimos que la vida lo sigue siendo incluso más allá de nuestra propia muerte, alejándola del límite que el humano puede llegar, pero que de igual forma lo hace cruzar”

Tom:

—Apenas… logro entender un poco, ya las cosas que he visto y vivido en este lugar no deberían sorprenderme, pero esta vez tocaron algo en mí, ya no sé qué puede querer (dije llorando) —

Livia:

—Lo único que te podría decir es que debes ser fuerte, no me imagino lo viste—

—No solo lo vi, lo sentí, por primera vez supe lo que es el terror y es peor lo que te puedes imaginar—le dije a Livia sentados en el cuarto, cuando le contaba sobre lo que viví en el lago. Se mostró preocupada, sé que me creyó, de alguna manera le sorprendió pero no le fue una sorpresa.

En ese instante llega mi madre al cuarto, agitada vino preocupada por lo que le había avisado Morgan, mi hermana, pero no pude contarle la verdad, Livia me miro por lo le había dicho, le dije que sin querer resbale en el muelle y caí al lago, ella preocupada me dijo en forma de regaño;

—Sabes lo que te puedes encontrar en ese lago, una enfermedad, una picada de algo—

—Sí, pero no fue mi culpa—le respondí.

—Lo sé, pero es para que tengas cuidado cuando te acerques al lago—me dijo y salió del cuarto.

Cuando termino de irse, Livia me dijo:

— ¿Por qué no le contaste la verdad?—

Sé que no me va a creer, y lo primero que va a suponer es que estoy loco, y tengo miedo a que ella vea lo mismo que yo—le respondí.

— ¿Y qué te hace pensar que no lo hace?—pregunto.

—Lo sé, porque si no ella estuviera aquí, como lo estás tú, tú lo sabes, tú me crees, porque tú lo has visto, aunque no del todo—respondí.

Fue cuando nos sorprendió Juan diciendo parado en la puerta:

—Yo también lo sé—

—Es tu costumbre aparecer de ese modo—le dije.

—No siempre, pero concuerdo contigo, solo los que hemos visto algo te podríamos creer, no es algo que sea muy natural que digamos—dijo.

Livia lo mira y le dice:

— ¡Aaaa sii! ¿Y qué has visto?—

Entro al cuarto y se sentó para contarnos:

— La noche del funeral de la abuela, yo me quede solo en esta casa, hacia un frio congelante, nunca había sentido uno igual, oía al otro lado de la casa muchos ruidos, pero creí que era normal, que se puede esperar de una casa tan vieja, fue cuando escucho un ruido que provenía del lago, no sabría describirlo, en un momento una niebla densa ocupo todo el patio, que hacía imposible ver algo, la verdad no quise salir a averiguar que era, al instante logro notar una silueta, blanca, como una persona, me atrevería decir que era una mujer, caminaba por toda la orilla del lago, y cada vez que lo hacía, esa silueta parecía ser arropada por una sabana, que se arrastraba como vestido de novia, pudo ser una alucinación, pero lo que yo sentía era verdadero, quede sin aliento—

—Quizás las cosas que ustedes han visto no tienen comparación con las que he visto yo—le dije cuando termino de hablar, parado en la ventana mirando hacia lago.

—No, porque son diferentes—me dijo juan.

— ¿Por qué dices eso? Le dije algo sorprendido.

—De cierta forma sabe quiénes somos, pero la forma en que se da a conocer es diferente, para cada uno, todo puede provenir del lago, he investigado sobre este lugar, pero en ninguna parte aparece ese lago en estos terrenos—me respondió juan.

—No todo proviene de ese lago, acaso no se dan cuenta de que esto nos consume y ni siquiera sabemos si existe—le dijo Livia.

— ¿Acaso no ves lo que le paso a la tía Sara? Quizás ella paso por lo mismo, o vio lo mismo antes de nosotros—le contesto juan a Livia.

—Es cierto, solo está esperando una cosa, que la tía Sara muera, para continuar con el siguiente—les dije a los dos.

Y Livia con lágrimas en sus ojos nos pregunta:

— ¿Y qué podemos hacer para ayudarla?—

— La otra vez vino un cura, quizás en buscaban una respuesta a que la medicina no les puede dar, es la respuesta que nosotros tenemos—le respondí.

—Sí, pero no todo tiene una respuesta, y el que creamos que la sea no significa que lo es—fue lo que dijo Livia.

—Pero… ¿Qué perdemos con intentarlo?—dijo juan a lo que respondió Livia.

¿Hay algo más que decir? Luego de esta conversación con mis primos puede que algo haya aclarado, pero no sigo en el mismo camino en que ellos van, no sé por qué, pero es diferente, existen demonios lo sé, quizás ellos lo han visto también, pero porque siento que esta solo detrás de mí, lo sigo sintiendo, entonces es cuando creo que no todo está aclarado, ¿es acaso una pesadilla? Miro firmemente a través del balcón, busco el consuelo, la razón, pero sigo allí, no doy un paso más, para encontrarme con eso que tanto quiero conseguir, mi pesadilla “si lo es” es mi muro impenetrable, esa pesadilla es real como yo, y estoy completamente consiente de eso, y lo prefiero estar, antes de morir y no darme cuenta.




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