El Lado Oscuro de mi Mente

Capitulo VII: Umbrales: Desde el Mas Allá.

“Distante en tu atardecer, crecen mis demonios llenos de vida, en busca de lo más lejano los encuentro cerca de la muerte, escondidos en lo más oscuro, sin protección y atados a la esperanza de su libertad, manipulando todo cerca de ellos notan mi presencia y me obligan a abrirles las puertas que los alejas de su propia eternidad pero que los lleva a convertirse en lo que realmente son”

Ester:

—He conocido muy pocas personas capaces de descubrir sus propios miedos, hoy, no solo lo has hecho, sino también los has liberado. A partir de ahora cuando sientas, escuches o incluso veas algo, lo mejor que puedes hacer es huir y no trates de buscar una respuesta—

Tom:

— ¿Qué escondes allí adentro?—

Ester:

—Yo no escondo nada, todos lo escondemos, nuestros pecados, nuestros errores. A veces la vida busca una forma de cobrarnos todo lo malo en lo que ella hacemos, y la única manera de pagar es la muerte. La vida siempre será vida, la muerte, es una perfecta ilusión como nuestro castigo—

Fueron las palabras de Ester luego de que hoy, después de un par de días, al ser una noche muy lluviosa, parado en la puerta viendo al lago, escucho como un fuerte viento abre una ventana dentro de la casa, al mirar adentro no vi nada, en medio de los relámpagos noto como en la primera puerta del pasillo comienza a salir agua por debajo de ella, mi reacción fue llamar a Ester, pero nunca respondió a mi llamado, me acerco a ella, a la puerta, y cada vez más salía más agua, me sorprendo al sentir el agua en mis pies, me agache y la toque con mis manos, me levanto y lentamente me acerco a la puerta y puse mis manos sobre ella, en ese momento la puerta de la casa se cerró fuertemente, pero seguí tocando la puerta, luego decidí abrir para ver qué pasaba allí adentro, cada segundo era crucial, al terminar de hacerlo vi mi cuerpo allí, sin vida, muerto, empapado, con la ventana abierta, inmediatamente mis ojos se llenan de lágrimas, y me acerco a él, a mí, me agacho y toco sus manos, mi brazo, su pijama de color rojo con bordes blancos y botones azules, todo es tan real que pude sentir su frío, lo congelado que estaba, pero en ese instante me sujeta muy fuerte con su otro brazo, y al mirar su rostro y abre sus ojos y veo que son tan oscuros, tan negros como la noche misma, cuando comienza a sumergirse como si estuviese en el lago, y me jalaba con él. Yo reaccione rápido y trataba de soltarme pero cada vez era imposible, de repente todo desaparece y la ventana se cierra al mismo instante, yo asustado mire a todos lados pero la habitación estaba completamente vacía, sin ninguna gota de agua, al mirar a la ventana vi algo oscuro, observándome fijamente, vi como si tocara la ventana y ella comienza a quebrarse, yo solo repetía en mi mente “todo es un espejismo” una y otra vez. Después de un instante escucho que se abre la puerta al mirar vi a Tima entrar y comienza a acariciarme, supongo que tiene un don, al mirar mis manos sostengo la cuerda que la ata a ella y dispuso a salir del cuarto jalándome con ella, y allí afuera me esperaba Ester quien me abraza muy fuerte y me llevo al segundo piso de la casa.

Después de contarle todo lo que vi, eso era lo que me decía, pero aun no lograba entender lo que se escondía allí adentro.

— ¿Por qué dices que los libere?—pregunte.

—Resulta que nuestros miedos más grandes son los que guardan más silencio, escondidos, en lo terrenal siempre tratamos de no liberarlos, pero una vez aquí, a lo que todos le llaman el más allá, es lo terrenal para ellos, nuestros miedos, y ahora serán ellos los que te esconderán, en donde yo llamo Las Puertas Hacia el Silencio, allí descubrirás que tus miedos no eran más que una pesadilla infantil, pero conocerás lo peor de ellos, porque ahora los has liberado, tu alma no morirá, y vivirás en la eternidad, desterrado en el silencio, en tu propio silencio—respondió.

— ¿Tú ya las has cruzado alguna vez?—le pregunte.

—Solo una vez, pero descubrí que nada es lo suficientemente maravilloso para vivir en ello—respondió.

— ¿Qué quieres decir? —dije.

— Al otro lado de este mundo terrenal, he conocido como nuestros miedos se transforman, y se sostienen de la fantasía de nuestros sueños, en busca de corregir nuestra frustración, para cegarnos con un espejismo eterno, oscuro y maldito, toman todo lo que nunca fue y todo lo que dejo de ser, para darles vida y dejarles en sus manos la nada de lo imposible, en pocas palabras, un milagro de la muerte—respondió a mi pregunta.

La muerte siempre será impredecible, su gloria es inmensa, y su misterio es eterno y único, bajo su propio resplandor lleno de oscuridad, andan nuestros miedos, esperando pacientemente nuestra llegada, un camino confuso pero inevitable que agota nuestra existencia.

Ester también me pregunto sobre mis miedos, todo lo que ocultaba de ellos y si conocía su grandeza sobre mí, me costó mucho entender que la muerte era mi miedo más grande, el rechazo a ella, la negación y aceptación solo alimenta su espíritu dijo. La muerte es la única con el poder de entrecruzar los caminos de nuestro destino hacia ella, termino diciendo, esas palabras enderezaron mi perspectiva de la vida, de mi vida, la muerte siempre un costo y es fragmento de nuestra vida.




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