El Lado Oscuro de mi Mente

Capitulo XV: Éxtasis: El Relato.

“Un enigmático mundo, sumergido en el misterio de la vida, sobrio ante realidades de inigualable comparación,  en búsqueda de motivos que solo da sentido a su dolor, aclamando el mañana, un nuevo día, que deja ir el ayer, sin desatar ningún recuerdo, y que da firmeza a su delirio y  hacia todo lo que lo rodea”  

Ely:

<< Ruidos escucho en mi callada soledad, atravesando un pequeño peldaño de mí imaginación, que fabrican, crean y reconstruyen, maravillosos mundos a través del diminutivo de mis recuerdos. >>

—Uno de los relatos favoritos de papa—dije despertando acostado en mi cama, mi cabeza daba vueltas pero el resto de mi cuerpo es como si aún  estuviese dormido. A mi lado estaba mi madre sentada con Morgan en sus piernas, a quien le daba algunas líneas del texto para leer.

— ¡Despertaste!—grita Morgan entusiasmada al verme despierto.

—Las historias de amor nunca fueron las favoritas para tu padre—dijo mi madre con una alegría en su rostro.

Cuando logro verlas con más claridad sonrío y digo:

—Has avanzado mucho en tu lectura Morgan—

Y mi madre me pregunta tocándome la frente:

— ¿Cómo te sientes?...has tenido mucha fiebre estas últimas horas—

— ¿He estado mucho tiempo aquí?—pregunte algo confuso.

—Solo el resto del día…ya son las 11:35 de la noche. ¿Qué pensaste? ¿Qué habían pasado meses como la última vez?... no, aún estamos en el hoy—dijo mi madre con algo de picardía en su rostro.

— ¿Cómo te sientes?—pregunto una vez más.

Enderezo mi mirada y me quedo pensante, distraído, aun mi corazón late lleno de terror, al recordar eso que vi hace horas atrás. Siento algo reposar en mi pecho, al alzarlo con mí mano veo que es el atrapa sueños de Morgan, me lleno de terror, cuando escucho a mi madre decir:

—Morgan lo coloco allí…no quiso que te volvieras a perder en tus sueño…eso fue lo que dijo—

Al saber esto contuve mi miedo, y cuidadosamente se lo daba a mi madre diciendo.

—Será mejor que lo coloque en su lugar—no quería herir sus sentimientos al rechazar de manera imprudente su obsequio, no tiene nada que ver con lo que viví. Mi madre lo agarra y se levanta diciendo—lo iré a colocar en tu cuarto—allí me di cuenta  que  estaba acostado en su cama, que estaba en su cuarto. Al entrar nuevamente dice:

­—Creo que este es mejor lugar—

—Por lo menos sigo aquí, en mi casa…—dije.

Y viene y se sienta junto a mí, a mi lado derecho, y Morgan se recuesta a mi hombro por mi lado izquierdo.

—Había pasado mucho tiempo desde tu última crisis—dijo mi madre sosteniendo mi mano muy fuerte—cuanto me duele no poder hacer algo…que te cure de todo eso—la escuchaba decir, en su voz se mostraba afectada, lloraba por la forma que me encontró tirado en el piso, sentía su dolor, su preocupación.

—Ha sido muy difícil continuar con todo esto, no hubiera imaginado algo peor—estas sinceras palabras salieron de mi sin ningún tipo de esfuerzo, por primera vez muestro parte de mi debilidad.

—Para todos lo ha sido Tom…luego de tantos años, no hemos dejado partir el dolor, lo hemos convertido en nuestra enfermedad…al final no aceptamos su muerte, ninguno—

Escuchar a mi madre de esa forma, conmovió todo en mí. Saber que no solo sufrimos, sino también que formo parte de ese dolor, rompe mi corazón. No he aportado nada que nos ayude durante todos estos años. Muy pocas cosas sobrevivieron en nosotros, y el resto de ellas nos está asechando.

Recuerdo la siguiente frase que el relato de papá decía:

<<La melodía de su luz, es el oscurecer de mi alegría, en medio del desconocido arcoíris que contempla mi atardecer. Imagino que acaricio todos y cada uno de sus supuestos colores, fijados aun en mi mente, llenos de luz y de su dulce sinfonía. >>    

Somos un producto, en el que nuestra mente nos ha consumido y no hacemos nada para poder sobrevivir, porque no aprendimos a ver con los ojos cerrados todo lo que nos rodea.

Estela En El Atardecer,  no era un relato de amor, ni siquiera pretende serlo, hoy entiendo por qué, y no sé porque no lo vi de esa manera. Se trataba de su sufrimiento y a donde nos hace llegar. Mi padre me decía—llegara un punto en tu vida en donde todo será amor…pero ten cuidado, porque de pronto todo será nada, y allí solo habrá sufrimiento—espejismo y realidad, el amor es ambos, es un punto de partida hacia todo lo demás, sufrimiento, dolor, desgracia. Todo depende por donde empieces.

<< No busco en el amor un consuelo, traiciona lo que la vida duramente me ha enseñado, dejando de creer en ese odio, lo que represento. De ello siempre huyen mis sentimientos, pero siempre regresan sin nada más, lloran y lloran, pues la razón siempre estuvo de mi lado, es allí donde el destino los ha colocado, es allí su lugar, no los libero a la tormenta que algún día soñaron llegar>>

Al abrir ese libro me di cuenta que me contaba tantas cosas de mi padre, cada palabra y cada frase, no se empeñó en ocultarlo. Tantas historias contadas, sin imaginar en todo lo que decían, era un mensaje de su propia vida.

—Necesitamos el amor en nuestra vida, es inevitable que así no sea—decía mi padre—te enfrentara a tu realidad, conocerás la alegría así como el dolor, porque el espejismo no es duradero, como lo puede ser la realidad… debes  conocer eso desde temprano Tom, la vida no crecerá junto a ti—llevo en mi esas palabras desde entonces.  

A pesar de todo mi padre nunca vio el amor como el resto lo podemos ver, nunca fue su primera necesidad.

Cierro el libro y le pregunto a mi madre— ¿Y mi tía Mery?—

— Se fue preocupada…dijo que vendrá en los próximos días, y que posiblemente venga con Livia —

La mire y le dije:

—Entonces quizás no venga—

—Que maña la tuya tener poca fe en tu familia—dijo mi madre con un poco de molestia—he llamado al doctor Ever (mi psicólogo) hará lo posible en venir mañana por la tarde—termino diciendo.




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