Capítulo 4: Duele

Kathleen

Cuando alguien se siente solo también comete errores, las palabras del policía dan vueltas en mi cabeza, sus ojos fijos en los míos es algo que no me puedo sacar de la cabeza, es lindo, no se puede negar y las cosas que dice y como lo hace me hacen sentir bien, aun así, desconfío de él, apenas me conoce, mejor dicho, no me conoce y habla como si llevara una vida enamorado de uno, ¿hay personas tan locas en el mundo? Él está loco definitivamente y tiene razón cuando dice que no le diré a Nick sobre su trato hacia mí, pero no es porque me sienta sola, es porque si lo hago Nick lo mataría y a mí me echaría la culpa, diría que lo he provocado, conozco sus celos y siempre que íbamos a alguna fiesta y alguien me miraba era mi culpa por provocar y no sé a que se debe su inseguridad, quizás es porque nunca he podido llegar a amarlo, pero ¿cómo hacerlo? Lo que tiene de guapo lo tiene de machista y celoso, además de que siempre dice algo hiriente hacia mí.

—Kathleen —lo miro cuando menciona mi nombre, ambos vamos en el auto —no me estás escuchando

—Estoy cansada Nick

—Lo sé, acabas de salir del hospital —deja de mirarme —y debo decirte que tardaremos en ir a alguna actividad con amigos o socios, tu rostro está horrible —evito rodar los ojos

—Tuve un accidente, estoy golpeada pero gracias por tus halagos

—Ya, no empieces —resopla

—Debiste dejar que los gemelos vinieran con nosotros, podríamos haber ido a comer a algún sitio ya que nunca salimos como familia Nick y —me callo cuando él comienza a reírse y aprieto mis dientes intentando mantenerme calmada, doy gracias ahora a los médicos por los calmantes que me dieron para los dolores, los cuales me tienen casi dormida.

—Acabo de decirte que te ves horrible toda golpeada y dices de salir —él sigue riendo —agradece que sigo deseando estar contigo Kathleen

—Nick

—Ya calla —maldice —debemos dejar de discutir, estamos llegando a la casa y sabes que no estaremos solos, más te vale permanecer encerrada en la habitación y no pasearte por donde estarán los guardaespaldas —lo miro

—Deben estar cerca para mantenernos a salvo

—Y yo elegiré quien estará cerca de ti

—Pensé que ya habías elegido —comento pensando en Jason, él sonríe

—Cooper parece alguien profesional, pero debo investigarlo más, cualquiera no va a cuidar de ti Kathleen, si averiguo que es un mujeriego lo echaré de la casa —trato de no sonreír, Jason parece justo eso así que quizás su trabajo en casa esté a punto de terminar y eso me hace feliz.

—Tus celos son más fuertes que tus ganas de vernos a salvo

—Te amo Kathleen

—Tu amor duele Nick —el silencio se hace protagonista en el auto hasta que llegamos a la casa y al bajar del auto Nick comienza a hablar con los hombres aquí presentes, mi mirada se cruza con la de Jason que me sonríe, solo dejo de mirarlo y camino rápido hacia la habitación, necesitando dormir.

Me acuesto y cierro los ojos, quiero ver a los pequeños, pero estoy demasiado cansada y ya mi cuerpo comienza a dolerme, me tenso cuando la cama se hunde a mi lado y trato de alejarme cuando Nick pasa un brazo por mi cintura, pero mi intento falla y él me acerca a su cuerpo.

—Nick solo quiero dormir

—Y yo te deseo —él comienza a besar mi cuello, mi piel duele, todo ahora mismo me duele

—Acabo de salir del Hospital —pongo mis manos en su pecho, pero él se coloca sobre mí y es imposible empujarlo —Nick por favor —mis ojos se llenan de lágrimas y él mira mis ojos deteniendo sus besos, pero sus manos continúan quitando mi ropa

—Necesito a mi esposa Kathleen —sonríe —no tendrás que hacer nada y luego podrás dormir —él vuelve a besar mi cuello, quiero alejar mi mente de la realidad, cierro mis ojos intentando olvidar lo que sucede, pero es imposible cuando cada vez que me toca mi cuerpo duele, mis lágrimas salen, pero a él poco le importa, solo quiere satisfacer sus deseos con mi cuerpo aunque este esté bastante golpeado por el accidente, cuando al fin, luego de largos minutos termina, me cubro por completo con la sábana y abrazo mis piernas sintiendo frío.

—Kath

—Solo vete —mascullo mirándolo, ahora que ha notado que estoy llorando parece arrepentido

—Solo quería

—Vete Nick —termino gritándole, él toma mi mentón con fuerza y veo la ira reflejada en sus ojos

—Habla bajo, no quieres dar una mala imagen —me suelta con brusquedad —eres mi esposa, debías cumplir como tal

—No quiero que vuelvas a tocarme —él ríe —hablo en serio Nick, gritaré si lo haces y sabes que hay personas por toda la casa —aprieta sus puños saliendo de la cama

—Si sabes que jamás te daré el divorcio ¿verdad? —alza una ceja

—Solo no quiero que me toques

—Solo un divorcio impedirá eso Kathleen —señala la puerta —no siempre van a estar personas fuera, no siempre tendremos guardaespaldas, todo acaba —su sonrisa de autosuficiencia aparece y luego camina hacia el baño, ¿por qué está conmigo? Sabe que no lo amo, aun así, quiso casarse conmigo, es rico, guapo y elegante, si su forma de ser fuera distinta cualquier mujer querría estar con él, ¿por qué me eligió a mí? Vuelvo a acostarme tranquila, pero ya dormir es imposible, necesito más calmantes, los cuales la doctora les dio a Nick, pero ahora mismo no le hablaría aunque muriera de dolor.

★★★

Nick

Salgo de la habitación y doy un largo suspiro al ver a los dos hombres que hay en el pasillo cerca de la habitación, nunca me ha gustado tener personas merodeando por mi casa, por esa razón no hay empleadas ni niñeras, Kathleen es una mujer que perfectamente puede cuidar de la casa y de los niños aunque ahora hay un maldito problema, ¿quién hará la cena? Luego de lo ocurrido con ella no quiero volver a esa habitación y pedirle que cocine, estoy enojado, no se comportó como la mujer que debe ser, siempre tiene que estar dispuesta a satisfacer a su esposo. Entro a la cocina mirando todo que está en orden y limpio, pero no hay nada preparado y pedir comida no me gusta, a saber quién las hace.