Mi madre sacudió las pelusas de los hombros de mi chaqueta, ajustó mejor la corbata gris, me sentía extraño utilizando un esmoquin, pero los nervios superaban esa sensación.
No podía creer lo rápido que había llegado el día, pero la boda de la hermana de Chloe al fin llegó. He estado compartiendo mucho con ella y su familia, lo que ha hecho que nuestros momentos, de sonrisas débiles y miradas en la distancia, fueran más continuos.
—Te ves tan guapo—me dijo mi madre con una enorme sonrisa y los ojos brillantes.
—Mamá, no vas a llorar o ¿sí?
Ella sonrió, pero ahogó un sollozo. Mi madre solía ser naturalmente emocional, pero algunos eventos la ponían aún más sensible.
—Es que te ves tan guapo y maduro, llevas todo ¿no?
Asentí, claro que ya había preparado todo para que este día fuera perfecto.
—El regalo está en la mesa de la sala y ¿las flores de Chloe?
Ella se sorprendió y caminó a la cocina, por lo que la seguí.
—Ten.
Me dio el pequeño ramo de seis lirios muy blancos, la flor favorita de Chloe. Estaban abiertas y hermosas, además que poseían un aroma encantador.
— ¿Te veré hasta en la fiesta entonces?—pregunté de nuevo.
Mamá se iba a perder la ceremonia, ambos sabíamos que eso le traía malos recuerdos así que se excusó con la familia de Chloe, pero llegaría a la fiesta junto a mi tía Leonor.
Me gustó mucho que hayan incluido a mi tía entre sus invitados, aunque Chloe sólo la vio una vez, pero se llevaron bien.
Los dos llegamos a la sala, tomé mis llaves, la billetera y mi celular junto al regalo.
—Si, llegaré con tu tía para la fiesta. Ten cuidado y disfruta.
Plante un beso en su frente porque su cabello estaba cubierto de tubos plásticos para hacerse ondas o algo así.
—Maneja con cuidado y sé muy caballeroso con Chloe.
Asentí, siempre me pedía que fuera caballeroso con ella.
—Te veo luego.
—Está bien.
Abrí la puerta y caminé hacia mi jeep, el traje ya no se sentía tan rígido como al inicio, el color gris era tan oscuro que parecía negro y la camisa del mismo tono naranja pálido que el vestido de dama de Chloe, aunque aún no se lo había visto puesto.
Antes de encender el auto me llegó un mensaje de ella, inmediatamente lo abrí.
Maneja con cuidado, estaré en el estudio y por cierto me veo horrible así que no te burles.
Sólo pude reírme para mí mismo, respondí un simple ok y salí del terreno de mi casa. Los nervios que sentía era por ver a Chloe en un vestido largo, conocer a toda su familia y porque pensaba que quizá esta noche podría besar sus labios.
Hice todo el camino en silencio, concentrado por completo en la carretera, aunque ya me sabía de memoria el recorrido. Para mi sorpresa el enorme portón negro estaba abierto, pero dos guardas detuvieron mi paso.
—Nombre e identificación por favor—dijo uno con voz de mando.
—Harry Marquet—respondí, saqué mi identificación de la billetera.
Uno de ellos buscó mi nombre en una tableta electrónica y el otro escaneo mi identificación, vaya, siempre me sorprendía la familia de Chloe.
—Adelante—me dijo aún serio después de entregarme el documento.
Avancé hacia la casa, el camino de pinos estaba hermosamente decorado con hilos de lámparas de papel en tonos blancos, había cascadas de flores pequeñas, se miraba hermoso.
Cuando llegué a los escalones otro joven me detuvo, abrió mi puerta.
—Me encargaré de estacionarlo—me dijo amablemente.
Me bajé un poco dudoso ante todo ese elegante recibimiento, tomé el obsequio y el ramo de Chloe, le di mis llaves al joven y despues de un suspiro busqué la casa.
Toda la enorme terraza en la entrada estaba cubierta con flores y las mismas lámparas, la puerta se abrió antes que la tocará.
El salón igual de hermoso con el candelabro encendido en una tenue luz, flores por todos lados, Steven vestido elegantemente de blanco también, apareció.
—Harry, buenas—saludó.
—Hola Steven, Chloe me dijo que estaba en...
—El estudio—interrumpió—me pidió específicamente que lo llevara.
— ¿Ya hay invitados?—pregunté bajito, mientras caminábamos hacia el estudio.
—Bueno es una boda, así que la familia ya está aquí desde tempranas horas—suspiró—deberá ser muy paciente porque tienden a hacer muchas preguntas.
Asentí a su consejo.
—Harry—la voz de una mujer nos detuvo, era la tía Charlotte.
—Señora Charlotte—saludé—hola, que gusto verla.
—Dios niño aún no se te quita eso.
Me saludó con un beso en cada mejilla, la señora lucía muy guapa con un vestido largo que cubrían sus zapatos en un tono azul profundo que resaltaban sus ojos.
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Editado: 17.09.2023