El mundo de Lilly

2.Turbulencia.

 

El avión se movió con fuerza, sacudiéndose por completo, cerré mis ojos agarrándome con firmeza del apoyabrazos de mi asiento odiaba la turbulencia, por lo que solo suspiré aliviado cuando nuevamente se quedó tranquilo, no entendía como Nicole iba dormida en la silla, una especie de antifaz negro cubría sus ojos, con cada viaje adquiría manías extrañas.

Fabián parecía no darles importancia a los movimientos bruscos del avión, tenía la portátil abierta, o sea que estaba perdido en el mundo que le ofrecía el internet, posiblemente leyendo correos y noticias sobre el avance, pero sobre todo crecimiento de la banda.

Pude ver como Samuel agarraba con fuerza el estuche donde guardaba su guitarra, el tampoco soportaba la turbulencia aparentemente, en el preciso momento en que la señal de que podíamos desabrochar los cinturones se encendió, me puse de pie y me senté frente a él.

— ¿Estás bien? —pregunte despacio, me miró con los ojos cansados, era el único que no dormía en los viajes, aunque creo que no dormía en realidad.

—Sí, creo que podría decir que estoy bien, ¿tu cómo te encuentras? —pareció notar también el cansancio en mi cara.

Los dos nos sonreímos levemente, mientras nos perdíamos en las nubes esponjosas que se deslizaban casi de forma paralizada en la venta de Samuel.

—Sí—alcancé a responder, acomodándome mejor en el asiento--vamos a Rusia, ¿puedes creerlo? —Samuel dibujó una simple sonrisa, nada que demostrará emoción o felicidad.

Ya han pasado casi cuatro meses desde que dimos nuestro primer concierto en febrero en la O2 Arena en Londres, luego de eso, lo hicimos en el Berry de Paris, luego en él Les Docks Du Sud de Marsella, siempre en Francia.

La prensa francesa no fue muy amable con Samuel, aunque claro el no hacía mucho por tener una buena relación con ellos o con cualquier fotógrafo en realidad. Fabián siempre trataba de arreglar los pequeños desastre que dejaba, como los vidrios de un Mercedes Benz que le pertenecía a un hombre que criticó su actuación en el segundo concierto, cuando se retiró sin decir nada, Samuel estando bajo los efectos del licor hizo añicos cada uno de los vidrios del lujoso auto, obviamente había tantas fotos que casi fue necesario hacer un nuevo diario.

Como siempre las personas hablaban sin saber y el chisme corría con el viento, ese día Samuel se retiró por un bajón de azúcar, no había comido nada en casi todo el día y la presión sofocante del escenario había hecho daño sobre su presión, necesitó una dosis de medicina inyectada y regresó diez minutos después dando lo mejor de sí en el escenario, los únicos que pudieron entender fueron los mismos que nos hicieron famosos, los fans.

Para finales de mes nos dirigimos a Italia, Fabián amaba este lugar y pareció ser el único lugar donde Samuel se sintió cómodo, por petición del público, dimos tres en lugar de dos conciertos, uno en Palalottomatica en Roma, otro en el Mediolanum Forum de Milán, el último en la Piazza San Marco, Venecia.

Samuel solicitó una semana para recorrer los tres lugares, al final nos quedamos dos semanas en Italia, parecía que el buen humor de Samuel se contagiaba al grupo y el tiempo de descanso nos dio una nueva dosis de energía, Coralia hizo muchísimas compras y pronto necesito otra maleta.

Nicole decía sentirse como un pez en el agua, creo que visito todas las tiendas lujosas de Milán, con cada día sentía que su personalidad antes fuerte y ambiciosa, ahora solo era lo segundo y bastante elevada, quizás un poco interesada después de todo.

Lo único que parecía unirla a mí era un porcentaje que estaba estipulado dentro del contrato, uno que yo mismo establecí para ella, al igual que lo había hecho con mi madre y padre, algo que, si bien no me recomendaron hacer por mi novia, en ese momento lo sentí correcto.

Parecía que todos murmuraban que ella solo estaba aprovechándose de eso, después de todo con cada concierto había ganancias elevadas, que indicaban un buen flujo de dinero para ella, ya que se le podía sumar las ganancias por la mercancía, entrevistas o publicidad donde la banda o mi persona apareciera.

— ¿No entiendo porque la rubia sigue aquí?

Samuel aun intentaba entablar una conversación, quizás llevaba demasiado tiempo en silencio, de todos era el que menos la toleraba.

—Es parte del equipo, en mi contrato está incluida—lo dije con cierto pesar, en realidad no había nada más que me uniera a ella, que un error que cometí en un momento de emoción.

—Esa mujer no tiene dignidad, después de lo de Alemania, cualquiera con un poco de auto respeto se va—espeto viéndola de reojo.

Obviamente no era el único que pensaba así, solo recordar lo que había sucedido, me llenaba rápidamente de ira. Nuestro primer concierto en Alemania se dio en el Postbahnhof en Berlín, fue un rotundo éxito, el segundo fue en la Backstage de Múnich, ese día, todos teníamos el estrés un poco elevado.

Como siempre dimos la oración antes de salir al escenario, pero en ese momento me sentí incompleto, el reloj que siempre colgaba en mi bolsillo no estaba, corrí hasta el camerino, donde después de ponerlo de cabeza me di cuenta que no estaba

— ¿¡Dónde está mi reloj!?—estaba sofocado, Nicole me miraba con furia porque estaba retrasando el concierto




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