Fui abriendo los ojos despacio mientras me adaptaba a la luz, mi estomago resonó con fuerza casi como alertando a mis otros órganos, pero aquello estoy seguro que por poco provoca que toda la casa se sacudiera.
No recuerdo mucho de como termino la noche o siquiera como es que regrese a casa, aún seguía vistiendo el traje de la premiación y el centro de mi cabeza un dolor comenzaba a incrementarse.
—Aquí te dejo unas aspirinas y jugo de naranja—mi madre puso el vaso sobre la mesita de noche, tenía demasiadas lagunas mentales.
Traté de sentarme, mi cabeza se sacudió con fuerza y sentí el dolor en el centro de mi frente, parecía que alguien me golpeaba con un martillo
—¿Quién me trajo? —estaba afónico, mi garganta se sentía irritada, tomé agua mientras mi madre mi miraba con cierto reproche.
—Samuel te trajo, a las siete de la mañana del día de hoy—miré el reloj que estaba contiguo al vaso, eran las dos de la tarde.
—¿Dónde está Lilly? —mamá me miro confundida.
—Ella no estaba con ustedes—en ese momento recordé que se había ido.
—¿No ha llamado?
—No—mi mamá se sentó a mi lado—hijo, si esa chica te gusta ¿Por qué actúas así? —no sabía a qué se refería y obviamente lo noto.
Salió de la habitación dejándome con más confusión de la que ya tenía, me tome las aspirinas y busqué mi celular, estaba descargado por lo que lo conecte, cada movimiento que hace me enviaba una onda de mareo que sacudía todo el cuerpo.
Esos golpes que sentía en mi cabeza parecían incluso aumentar con mis parpadeos, sin esperar que el aparato se cargara lo encendí, esperaba algún mensaje de Lilly, pero no fue así, en ese momento mama ingresó cargando muchos periódicos, me los dio todos.
En cada uno aparecía una foto de Lilly conmigo tomándole la mano y viéndola como un bobo enamorado, pero en la parte central de la noticia aparecía yo bailando o abrazando, incluso besando a Nicole, ¿Qué diablos había hecho?
—Si yo fuera Lilly nunca más te llamaría—entendí perfectamente a mi madre.
—No sé lo que paso, estaba muy emocionado con el premio y fuimos a celebrar
—Al parecer tomaste mucho y actuaste como el novio de Nicole, pero yo te preguntó ¿quieres a Nicole?
—No, claro que no mamá—no tuve que pensar mucho la respuesta.
—¿Y a Lilly? —los ojos azules de mi madre escaneaban mi rostro.
Tan solo pasé saliva clavando mi mirada en una de las fotografías, la forma en la que su mano era sostenida en la mia y esa mirada que desplegaba para ella no tenía donde ocultar lo que sentía.
—Si mamá, muchísimo—ella sonrió, acariciando mi mejilla.
—Lilly es diferente, por lo tanto debe ser tratada de esa forma, ella podrá ser fuerte, pero si actúas así se alejará de ti, no la confundas, no te confundas, a veces perdemos más pensando en lo que no queremos perder—la mire uno segundos—si tus sentimientos son sinceros ve por ella hijo, conquístala como debe ser y termina de una vez por todas con Nicole, que a pesar de su personalidad, no deja de ser una persona y merece respeto—tan solo asentí a su perfecto consejo, ella se acercó y besó mi frente, luego se puso de pie.—te prepararé algo de comer, tu estomago hace crujir la casa—reí un poco con ella y luego se fue.
Desplegué los periódicos en mi cama, en cada foto Lilly lucia hermosa y yo como un patán, la palabra amante fue utilizada en muchas de las notas, otros preferían “extraña acompañante”, tiré todos los periódicos en el bote de basura de mi baño.
Me acerqué a mi celular y la llamé, no contesto ninguna de mis nueve llamadas, quizás estaba muy molesta, antes de salir de mi habitación lo intenté de nuevo.
—¿Qué diablos paso? —sonaba molesta.
—Lilly ¿Qué pasa?
—Mi rostro está en los periódicos, soy tu amante Alejo, ¿Cómo paso eso? —no sabía cómo responder.
—Creo que es mi culpa, lo siento mucho
—¿Crees? Por supuesto que es tu culpa—estaba molesta realmente.
Para mi sorpresa se puso a balbucear en ruso, realmente nunca había la había escuchado hablar en ruso, y vaya que sonaba increíble.
—Lilly en inglés por favor—susurré, para no molestarla más.
—No creo que quieras escuchar eso en inglés Alejandro—suspiró pesadamente—esto está mal y no tengo tiempo para lidiar con estas cosas, no puedo hacerlo tampoco.
Mi corazón latió rápidamente, me puse nervioso, Lilly no podía alejarse de mí, no por una tontería.
—Llegaré a verte hoy al hotel—le dije decidido.
—Si es que puedes entrar
— ¿A qué te refieres?
—Hay un millón de cámaras y periodistas afuera, estoy encerrada en una habitación, necesite a todo el equipo de seguridad del hotel para sacarlos de la recepción, yo no quiero esto, ¡detenlo! —no dijo nada más, simplemente colgó.
Mi estómago dejó de sonar y el martillo en mi cabeza se quintuplico, me cambie la ropa y cepille mis dientes, salí casi corriendo de la habitación.