El mundo de Lilly

16. Música.

El festival se desarrollaba en un campo abierto al aire libre, el ambiente aun olía a pasto recién cortado lo que indicaba que el lugar había sido preparado hace poco para dicha actividad. Podía ver varios grupos de personas sentados sobre mantas que habían colocado en el césped, aquello parecía más como un parque para hacer picnic que un lugar donde se iba a desarrollar un concierto.

Vestía una sudadera negra, gorra y lentes oscuros, me sentía idiota tratando de ocultar mi identidad, pero ya estaba algo cansado de que ninguna de mis citas con Lilly saliera como lo había planeado, aunque claro nunca tuve una cita real con ella, pero ella era muy sensible en lo que correspondía a las fotos de ella en alguna revista.

Aunque muchas de ella salieron en los diarios al siguiente día de la entrega de premios, ella sola o yo abrazándola, incluso alguien capturó el beso delicado que me dio cuando me felicitó y publicaron cosas no muy agradables.

Fabián me exigió que llevará a uno de los guardaespaldas, lo cual no ayudaba mucho a mi objetivo de pasar desapercibido, después de casi dos horas intentando establecer mis condiciones y las de él, llegué a un acuerdo con Mario.

El estaría vestido de forma casual, nada de trajes o uniformes de seguridad, estaría a distancia de nosotros y podría llevar a un compañero, solamente actuaria si consideraba que alguna situación era de peligro y Lilly será lo primero que tenía que proteger.

Lo divise sentado sobre el pasto, para mi sorpresa no llevo a un amigo, sino una chica con la que conversaba animadamente, no parecía un guardaespaldas sino una persona más que disfrutaba el festival.

Una vez más su cabello rojo fuego resaltaba sobre todos los demás, estaba sentada sola sobre una manta llena de flores, debo decir que era la única que tenía ese tipo de dibujo, las demás eran cuadradas o de un solo tono, ella hasta en los pequeños detalles era diferente.

Un par de chicos pasaron cerca de ella y le sonrieron de forma morbosa, aquello me lleno de algún tipo de celo por lo que caminé más rápidamente cuando miré que uno de ellos se regresó e inclinó a conversar con ella, ¿por qué ese insignificante ser humano le hablaba a mi chica? Mi ego de macho se sintió herido, aunque oficialmente ella no era mi novia.

Cuando llegué el muchacho me miró con cierta furia en su mirada, era probable que hubiera matado su técnica de conquista. Lilly me dio una sonrisa tan abierta que sus ojos se volvieron pequeños, algo burlesca, ella disfrutaba cuando algo me sacaba de mi zona segura.

El tipo se fue no sin antes pasarse llevando la mitad de mi hombro, iba a ir tras él, pero Lilly me agarró del tobillo, me tomó un minuto más poder sentarme a su lado. Se miraba hermosa, un vestido igual de floreado que la manta en un estilo dé esos antiguos, tipo medieval o algo así, pero corto, varios centímetros arriba de su rodilla, unos botines de gamuza color café o según mi estilista color camel, una extraña cinta del mismo material de los botines, pero de varios colores cruzaba su frente.

Todo su look parecía haber sido inspirado por los hippies, su cabello lacio rojo fuego descansaba en su espalda y hombros, como ya había dicho, lucía muy hermosa. Me senté a su lado, me dio un beso en la mejilla percibí su perfume fresas y flor de cerezo, aroma maravilloso.

La rodee por sus hombros y la acerque un poco más a mí, aunque pronto se separó, temía que sus gestos conmigo fueran bipolares, en un momento parecía que solo yo existía en su mundo, tal como ella lo hacía en el mío, un segundo después me convertía en uno más del montón, era bastante frustrante.

—¿Qué quería ese idiota? —aparentemente mi pequeño momento de celos aún no había terminado.

—Querían saber mi nombre, número de teléfono, estado sentimental, número de cuenta bancaria—me sonrió nuevamente de la misma forma burlesca, que no ayudaba mucho en este momento.

—No es gracioso, ¿qué les dijiste? —su sonrisa se borró, y puso una cara sería un poco exagerada

—No le dije nada, solo fueron amables y querían invitarme a estar con ellos porque me vieron sola, ¿más tranquilo? —voltee a verla y luego mire donde estaban ubicados los hombres. — ¿Por qué llegaste tarde? —ahora si su cara era genuinamente seria, sabía que llegue con casi cuarenta minutos de retraso.

—Tuve que hablar con Mario, dejar que Casandra encontrará un look que según ella me hiciera ver bien, pero pudiera pasar desapercibido—achicó los ojos y resopló con fuerza, el por qué no parecía de su agrado.

—¿Van a venir todos los del circo? —realmente no era fanática de mi estilo de vida.

—Solo Mario, pero te juro que no intervendrá, incluso esta con una chica

Señalé en dirección a Mario, quien parecía más pendiente de la chica que de otra cosa, lo que me relajó un poco. Ella ya no lucía tan cómoda, tenía la cabeza baja, solía hacerlo cuando no podía ordenar sus pensamientos, tomé su barbilla para mirarla a los ojos.

—Oye, vamos a disfrutar de lo que sea que es esto, no pasará nada te lo prometo, nada de cámaras, nada de huidas, solo tú y yo—sonrió un poco.

Tenerla tan cerca de mí, con su cabello moviéndose por el viento y haciendo bailar su aroma por todo el lugar, simplemente me daban ganas de poder detener el tiempo, de borrar todo lo que había a nuestro alrededor, pero, sobre todo, me moría por besarla, sus labios delgados casi siempre de un rosa hermoso y apetecible.




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