El avión arribó con fuerza en el aeropuerto, sentíamos la emoción acumulada en nuestro estómagos, todos nos mirábamos como niños a punto de subirse a la montaña rusa más grande, Fabián era quizás el más emocionado, su sueño, bueno el de todos se había cumplido, estábamos llegando a Nueva York, el primer concierto de nuestra gira mundial seria en el hermoso y enorme Madison Square Garden.
En mi bolsillo cargaba el viejo reloj de mi abuelo, con la fotografía de mis padres, en mi cuello el anillo favorito de Lilly, con la inscripción "Siempre a tu lado” a donde iba podía sentirla cerca de mí, estaba cumpliendo su promesa, siempre a mi lado, así era, nunca en todo este tiempo me había sentido solo, aunque la extrañaba muchísimo, extrañaba su sonrisa, su mirada, su cuerpo, nunca me sentí solo.
Nueva york de noche era un lugar hermoso, los enormes rascacielos estaban iluminados, dándole a la ciudad un toque mágico y diferente, parecía un mundo completamente nuevo, las calles estaban llenas de personas diferentes, pude divisar muchos cabellos rojos fuego completamente llamativos.
Cuando llegué al hotel llamé a mamá, Miriam y ella vivían en la casa de campo y pronto viajarían a Moscú para atender los hoteles de Miriam que hasta el momento habían quedado a cargo de Frank, quien en un extenso mensaje me contó que viajaría a India por unos meses para compartir con su familia.
Nuestro segundo día inicio cargado de adrenalina, entrevistas en dos canales, una entrevista radial y la típica reunión en el centro comercial para autografiar cuanto papel pusieran frente a nosotros. Las fanáticas estadounidenses eran muy entusiasta, arriesgadas y llenas de una energía muy contagiosa, era casi imposible no reír de verdad cuando se estaba cerca de ellas.
El tercer día pasamos vigilando todos los detalles del escenario, el lugar era enorme, me sentía tan pequeño en él y todos tenían esa misma sensación, pero la emoción era palpable aun en el aire.
La prueba de sonido fue única, todos nos confundimos unas diez veces, una luz explotó y la máquina de humo se volvió loca, pero nada podía perturbar el ambiente positivo que nos rodeaba. Pareció que el tiempo en el cuarto día se congeló hasta el momento que fuimos trasladados hasta el estadio, pudimos ver las largas filas de chicas que gritaban y cantaban con mucha emoción, simplemente sonreí.
Podía escuchar las personas correr de un lado a otro, esta vez los tacones de Nicole no me fastidiaban, solo había silencio, puro, perfecto, tomé la fotografía de Lilly, acaricié su rostro a través del cristal y pronto sentí su aroma, fresas y flor dé cerezo, ella estaba aquí conmigo.
—¿Listo? —Fabián apareció en ese momento, me puse dé pie hasta quedar frente a él, ya no vestía con la camiseta polo y él suéter amarrado al cuello, ahora llevaba una chaqueta de mezclilla oscura, una camisa a cuadros y jeans.
—Estoy listo—terminó de avanzar hacia mí, y me abrazó.
—Estoy muy orgulloso de ti, siempre lo he estado, Lilly estará muy feliz—me alegró mucho que se refiriera a ella en presente
—Lo sé, gracias Fabián—presionó mi hombro y salimos juntos.
Samuel fue el primero en unirse a nosotros, cargaba como un rifle en su espalda la guitarra roja, Coralia se amarró de la cintura de él, tenía el cabello más largo, ya no era de un negro oscuro más bien tenía un castaño claro que le quedaba muy bien, se parecía más Ryan quien venía jugando a mi lado con sus baquetas de un tono rojo brillante, sonrió cuando se las mire, enseñándome la pequeña L tallada en cada una.
—Estamos aquí por ella—indicó seguro.
Mi corazón latió tan despacio que dolió, pero todo se tornó más claro, este concierto se lo dedicaban a Lillyana, Coralia llevaba puesta una de las horquillas a la que le agregó una L y una pluma rojo encendido.
En la banda de cuero que cruzaba el pecho de Samuel estaban cocidos los viejos botones que estaban en la caja y sobre la bolsa de la chaqueta de Fabián pendía un broche de los Beatles, la banda favorita de ella.
—Debemos agradecer por todo lo que se nos ha bendecido—cuando llegue a orillas del escenario, todos se unieron en un perfecto círculo, unidos por nuestros hombros—te damos las gracias por todas las bendiciones que hemos recibidos, por tu fuerza y siempre estar con nosotros en los momentos más difíciles—el amén fue colectivo, luego otros hicieron una oración, el grupo se unió un poco más.
—¡Por Lilly! —todos dijeron lo mismo, aborde la plataforma sintiéndome seguro, vivo, protegido.
El reflector iluminó mi ascenso, los demás ya estaban buscando su posición, los gritos eran ensordecedores, había aplausos, gritos, pancartas y miles de flash de cámaras y celulares, esta era mi vida, era mi mundo.
Coloqué mis dedos en las cuerdas de la guitarra, pero todo el escenario se iluminó, podía ver todos los rostros de cada uno de los asistente, no entendía que pasaba, ninguno lo sabía, las tres enormes pantallas se encendieron, fue sorprendente ver que la misma chica que me acompañó una vez en el hospital apareciera en ellas.
—Hola Alejandro, espero me recuerdes, todos los fanáticos nos hemos unidos para demostrarte cuanto nos interesas tú y todos los miembros de "Blue Army"—los gritos fueron aún más altos, pero pronto quedaron en silencio—sabemos lo difícil que fue para ti la perdida de la hermosa y única Lilly—nuevamente perdía la función de respirar, voltee por completo hacia la pantalla, los demás ya lo estaban—después que falleció todos nos pusimos de acuerdo, sabíamos que uno de sus sueños era unir diferentes personas y estar en varios lugares, durante varios meses preparamos esto para ti, por ella, espero te guste— la chica desapareció, la pantalla quedó en blanco y luego las imágenes aparecieron.