Agarro la taza que contiene el más placentero líquido que revive zombis, café, he pasado una noche agitada y solo el café tiene el poder de poner en órbita mi cuerpo y pensamientos. Dejo la taza en la pileta y me dirijo a la habitación de mi adorado Tomás. Debo despertarlo y no es una tarea linda, bueno si, divertida.
Esta acostado como si hubiera tenido pulgas en su cuerpo, ¡Dioses! Como puede dormir así, yo llego a dormir así me levanto con hombros quebrados y un cuello ortopédico.
Me acerco y mi manera de que abra los ojos es tirándole los pelos de la pierna (si cruel pero efectivo). Salgo corriendo cuando reacciona
- ¡estas loca! Siempre haces lo mismo, ¿cuesta tanto despertarme de una manera más tierna? Grita.
-Me encantaría, pero me gusta reír en la mañana; me acerco sigilosamente a él, al no ver reacción me siento a su lado y veo como se rasca la pierna. Levanta la mirada hasta chocar con la mía. Su rostro se suaviza, suspira.
- ¿Cómo estás?, su expresión es de preocupación y duda. Odio que piense que soy débil.
-Bien(suspiro), con dolor en el alma por haberte despertado de manera cruel (sonrío). No le diré que me siento asqueada y con ganas de botar mi vida al mismísimo basurero
- si seguro (voltea los ojos), te perdonaría, pero mi estómago ruge y no puedo pensar si lo hago o no.
- ¿así que debes pensar si vas a perdonarme? (Cara de indignación). De acuerdo, pediré perdón, pero no contigo.
-No entiendo, entonces con quién
- con tu pierna obvio, le hice daño a ella. Indirectamente a ti. Así que si me permites (subo la pierna de él a la mía, la acaricio y le deposito un beso) al levantar la vista veo que me está viendo de una manera no muy fraternal.
- ¿qué? Indago. Ya me disculpé.
- nada, solo me tomo por sorpresa es todo (sonríe débilmente).
La tensión se siente en el aire lo que hace que baje su pierna y pararme.
- ¿quieres café? Le sonrío sinceramente, no quiero que nuestra relación se ponga más rara de lo que ya está.
-si por favor y ¿me prepararías algunas tostadas? (Cara de perrito).
-¡ahh! De acuerdo, solo porque no puedo resistirme a esa mirada.
Me giro y voy a la cocina.
Pasan cinco minutos, él llega ya bañado. Se sienta en la mesa, le entrego su desayuno lo cual recibe con una sonrisa y un gracias.
Se pone a comer. Me quedo mirándole, lo observo; lo conozco desde siempre hemos pasado por tantas cosas. Siempre tuvimos juntos en los entrenamientos, me ayudo a superar casa obstáculo asqueroso. Desde chicos nos unimos, éramos y somos el uno para el otro, nos conocemos perfectamente.
Lo bueno como lo malo. Libro abierto.
No sé si podría estar sin él, lo malo de esto es que él no piensa como yo, quiero dejar esta vida muy sucia por otra más fácil y pura, pero es necio, la vida que llevamos es la única que debemos siempre dice. No sé cómo puede vivir con lo que nos "toco", tiene un gran corazón me gustaría tener esa pared para proteger mi corazón de tanta mierda. Suspiro. Es un caso perdido hacerle entender que hay más de todo esto y hoy no quiero estar mal.
Salgo de mi trance de golpe ya que me está preguntando
-¡hey! ¿Estás?(sonríe ampliamente)
-Si! Lo siento (sonrío) repetí lo que dijiste.
- dije, a qué hora tienes la entrevista. (mira fijamente mis movimientos dejando los platos sucios).
- a las 11horas. Ahg debo usar ropa decente y formal.
- (se ríe), me gustaría verte es más te sacaré una foto y la remarcare.
- nos es gracioso Tomás, sabes que no me gusta estar apretada. Me asfixia.
- cierto que la señorita está en contra de lo estructural y lo que es debido (voz de burla).
- okey! Ya basta. No caeré de nuevo es eso contigo. Me voy a preparar.
Subo la escalera con dolor en el pecho al saber que no aceptara mi idea de vida, la brecha que hay entre nosotros en este asunto hace que tenga miedo de perderlo. Cierro la puerta detrás de mí, miro mi habitación y trato de calmarme esto es importante.
Me dirijo al armario y puteo mentalmente por no hacerme caso al no comprarme esa ropa "por si acaso", ahora no sé qué ponerme, cierro la puerta con bronca. Maldito contratiempo
Maldigo al infierno hasta que tocan la puerta. Es Tomás que se apoya en la puerta con una sonrisa altanera, sé que va a decir...
-Ni lo menciones ¿de acuerdo? Tenías razón, debí comprar esa ropa pomposa el otro día. Le doy la espalda y me siento en la cama bueno me tiro derrotada.
- ¿ahora qué haré? Lo miro.
- sabes que soy un brujo ¿no? (elevando una ceja)
- (me incorporo y lo miro con cara de obviedad) emmm sí, yo también pero eso no cambia esta situación o sí?
-Si cambia (se acerca de a poco, se agacha sin arrodillarse hasta quedar frente mío, sonríe ampliamente, y sé que hizo algo, pero antes de preguntar pone un conjunto de ropa entre nuestros rostros.
- tengo un don y ¿es?...
- adelantarse a las acciones de los demás y leer la mente (giro los ojos y tomo la ropa, me paro en seco y me dirijo al baño)
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Editado: 22.02.2021