El niño dormido en mí

El programa de radio

    Nuevamente es lunes, medio abro los ojos y veo el reloj, son las 6:00 am. Puesto que he descansado bien el fin de semana, me levanto de una, directo al baño. Por dicha y para mí tranquilidad, Eva María ya está mucho mejor de la gripe. Estos días atrás, yo me he estado encargando de hacer la comida y las cosas de la casa, para que ella guarde reposo. Durante el día, mientras yo estaba trabajando, Cecilia venía para cuidarla a ella y los niños. Pero, como ya hoy amaneció sin ningún malestar, se levanta junto conmigo y mientras yo me estoy bañando, ella está preparando el desayuno. Al salir del baño, veo que ya está en la mesa, un rico sandwich de pollo junto a una jarra de café. Por lo que me apresuro a vestirme y en tanto lo hago, Eva María enciende la radio y sintoniza los 105.5 FM de Ok Radio. Todos los días entre semana, transmiten un programa llamado “El Circo Ok”, dirigido por Natalia, Keyla, Yiyo y Choché. Pero hoy no está Yiyo, lo que en parte me alegra, porque es el más payaso de todos, y digo en parte, porque en realidad le tengo envidia, quisiera ser como él. Pero no puedo.

  Natalia: Mi amigo una consulta. Había una regla en específica de su barrio que, digamos, siempre la utilizaban?

  Circense: Eeeeh. . . Di no, no. Uno siempre escogía a los más buenos. O sea, uno llegaba y ponía. . . Y hacía sus grupitos y siempre se escogían a los más buenos.

  Natalia: Y con quién Jugaba usté siempre?

  Circense: Si uno jugaba con canchitas, digamos imaginarias. . . Digamos, ponía dos palos.

  Natalia: Ajá!

  Circense: La altura, este. . .  Si le convenía a usté era gol, si no, no.

  Choché: Si, y la altura casi siempre se definía por la estatura del portero.

  —  Esa gente no tendrá algo más interesante de qué hablar?  —  le digo a mi esposa, tratando de disimular el agrado que siento por el programa  —  Por qué no busca otra emisora mejor?

  —  A ver amor  —  me dice ella con ternura  —  yo sé que a ti te gusta “El Circo Ok”. Conmigo no tienes que disimular, te conozco muy bien.

  Y así, al ver fallidos los intentos por ocultar mi gusto por aquel programa que me hacía olvidar por un rato, mi marcada personalidad amargada. No me queda más que seguirlo escuchando, hasta que llegue la hora de partir.

  Natalia: Y tengo una consulta. Con quién jugaba usté siempre? Digamos, que usted decía “mae, a mí me gusta jugar con este mae”.

  Circense: Ah, yo siempre escogía a los más buenos. A mi amigo “Perro Flaco”.

  Natalia: Perro Flaco?

  De pronto se escucha la risa de Choché, debido al apodo que le habían encajado a ese amigo. Y mientras ellos están hablando se escucha de fondo, una canción de Zion y Lennox, “Otra Vez”.

  Circense: Bueno chiquillos, lindo día!

  Choché: Bueno Papi!

  Mientras yo termino de desayunar, Eva María va a despertar a José Ángel para que se empiece a alistar, porque tiene que ir a la escuela. Este es su último año, si lo gana y el próximo iría al colegio. Se levanta medio dormido, avanzando torpemente hacia el baño. Al terminar de alistar se sienta a desayunar y juntos seguimos escuchando “El Circo Ok”.

  Choché: 6 de la mañana con 35 minutos. Les damos la más cordial bienvenida, a lo mejor de las informaciones nacionales e internacionales. 

  Yo soy el que trajo un omelette de claras de huevo, con dos tostadas de pan integral. Choché serrano!

  Natalia: Yo soy la que trajo fresas para desayunar. Naty Cisneros!

  Keyla:  Y yo, la que trajo un yogurt light con granola, cero por ciento de grasa. Keyla Figueroa!

  Choché: Keyla, es que usté se perdió la hartada de fresas que nos dimos. Verdá Naty?

  Keila: Ay de verdá, les trajeron fresas?

  Natalia: Si.

  Choché: Que nos trajo la gente de Corcho. . . Corcho? De Corso Lechería Tour.

  Keyla: Qué rico!

  Antes de que sean las 7 de la mañana, José Ángel se va para la escuela, pues entra a esa hora. En el momento en el que se va, le doy mil colones, lo cual hago todos días, para que se compre algo en el colegio. También le dejo a Eva otros mil colones, para que se los dé a Priscila. Y al ser las 7:05 am, como es costumbre, se levanta Helen para despedirse de mí y como es costumbre, me despido también de Eva María para irme a la parada a tomar el bus.

 




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