El niño perdido del millonario

Capítulo 8: Reencuentro con viejos conocidos

ELIZABETH

Los mayores me quedaron viendo como si yo fuera una aparición fantasmal, y el hombre tragó entero, como si tuviera que pasar mi presencia porque se ahogaba.

—Oh… su novia —comentó a tientas y con reticencia audible, dirigiéndome una nueva mirada—. Tiene unos gustos muy interesantes, señor Herzog.

No vi la astucia que brilló en los ojos de Luka, pues mi hundí en un sentimiento pesado. ¿Por qué demonios tenía yo que soportar desprecios de estos idiotas?

Luka pareció querer decir algo; sin embargo, me le adelanté, le planté cara al susodicho «señor Koch», y lo miré con firmeza.

—Tal vez no sea una chica de la jet set, señor Koch, pero al menos aprendí a ser educada en la escuela, cosa que ustedes parecen no haber interiorizado.

La sorpresa brilló en mi acompañante, pero no tuve oportunidad de siquiera verlo, pues me di la vuelta y emprendí mi retirada.

Él les dedicó una mirada que bailaba entre lo serio y lo juguetón y comentó:

—Cuiden sus palabras, señores.

Me siguió, y no pasó mucho hasta que sentí su mano tomar la mía, y un escalofrío me llenó. Jaló hasta acercarme hacia él y oí su astuta carcajada.

—¡Eso estuvo genial! Les diste donde más les duele —celebró, por lo que me volteé y lo vi como si fuera un OVNI.

—¿No vas a reñirme por ofender a unos ricos?

La burla pintó su cara.

—¡Nah! Ellos son parte de la gente a la que espero evitar.

—¿Por eso dijiste que era tu novia? —inquirí con el ceño fruncido.

—Es parte del trato, ¿no? —No cambié mi gesto y se sonrió—. Parece que alguien está mostrando sus verdaderos colores. —Estiró una mano y me apartó un mechón de la cara, dejándome tiesa en mi lugar, y añadió—: Me gusta. Conmigo puedes ser natural, no te juzgaré.

La extrañeza me llenó. En todo este tiempo honestamente nunca me había encontrado con un rico como este hombre, que parecía tener los pies en la tierra a pesar de poseer múltiples riquezas.

O quizá solo iba por sus ambiciones, quién sabe.

En todo caso, no era mi problema, así que me limité a sonreír, y me llevó hasta donde estaban unos conocidos para presentarme.

—Lizzy, estos son Blake Maier y Ryan Daft, unos buenos amigos de la Costa Oeste.

Alcé la cara y me encontré con un varón pelirrojo de piel bastante clara, cuyos rizos rojizos resaltaban, y un rubio con gesto astuto. Ambos se fijaron en mí por un segundo, y detecté una chispa de extrañeza en sus expresiones que, sin embargo, se esfumó al instante siguiente, y sendas sonrisas pintaron sus labios.

—Es un placer conocerla, señorita…

—Jones, soy Elizabeth Jones —me presenté al pelirrojo, y las sonrisas de ambos se relajaron.

Apareció otro hombre castaño, que iba acompañado de una mujer hermosa, y que me presentaron como Nolan Brown, y las charlas transcurrieron con calma.

En eso nos encontramos con una pareja de caballeros rubios, y Luka se animó especialmente. Cuando uno de ellos lo miró se sonrió, y mi acompañante avanzó.

—¡Viejo, estás fantástico! —saludó Luka y se dieron un apretón de mano y un abrazo.

—¡Mira quién habla! —contestó el otro y le dio unas palmadas en la espalda.

—Lizzy. —Luka se volvió hacia mí—. Este es Abner DeSantis, mejor conocido como el «Hermano jurado de Madame», y su pareja, Caleb Zephyr.

Abrí de más los ojos y miré a la pareja. Me sorprendía la diversidad de la cita y de la gente que Luka conocía, pero más fue oír el nombre del primero, pues de inmediato me iba a los disturbios de años atrás, que trajeron la masacre de un grupo criminal llamado los «Ratniks», y el nombre de ese hombre resaltaba en medio de todo.

Además de… ¿Los DeSantis no eran la familia de…?

—Deja de andar diciendo esas cosas, Luka. Soy solo Abner, ¿de acuerdo? Es un placer conocerla, señorita. Espero que tenga mucha paciencia para aguantar a este tipo. Puede llegar a ser insufrible.

—¡Oye! —se quejó Luka y le dio un golpecito en el brazo, y no pude evitar soltar la risa, perdiendo el flujo de mis pensamientos.

—Es un placer conocerlos —dije entre risitas—. ¿Qué es eso de «Hermano jurado»? —curioseé.

—Forma parte de la tradición china —contestó Abner con calma—, significa que la persona con la que te unes y tú son como hermanos aunque no estén emparentados por sangre, y que serán leales el uno al otro y se cuidarán.

Aquello se me hizo bastante poético y hermoso, pero luego me hablaron más del tema y entendí que era importante. Si bien Abner no era chino por ninguna parte, parecía tomárselo en serio.

—La ceremonia de hoy también tiene parte de tradición china —intervino Caleb, cuya voz era grave, mirando al escenario de más adelante—. Las familias se unen y los novios se dirán una promesa e intercambiarán anillos de compromiso.

—Aunque estos novios ya tienen hijas —bromeó Luka—, así que…

De pronto, vi que él era empujado hacia un lado y me sorprendí. ¿Qué pasaba?




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.