El niño perdido del millonario

Capítulo 9: Ceremonia de promesa

ELIZABETH

De pronto, resonaron unas risitas y Luka se fue hacia un lado. Cuando bajé la vista, vi a dos pequeñitas que vestían de elegantes hanfus chinos abrazadas a las piernas del pelinegro.

—¡Tío Lukaaa! —clamaron al mismo tiempo y se echaron a reír.

—¡Oh, pero si son las enanas!

Luka sonrió y palmeó sus cabezas, aunque ellas hicieron pucheros enseguida y, cruzadas de brazos, protestaron:

—¡No somos enanas!

—Dana, Alya, no pueden estar corriendo entre los invitados.

El regaño vino de Abner, y las niñas se separaron enseguida. A ellas me las presentaron como las hijas de Madame y su prometido, y justo cuando hablaba con ambas, aparecieron un par de zapatos que me hicieron erguirme, y lo que encontré me sorprendió.

Ahí estaba Martin Mancuso, el jefe de los Bonnano, de las cinco familias mafiosas de la ciudad, y se me apretó el pecho. El hombre saludó a Luka como si nada, y ambos empezaron a conversar.

Mientras me preguntaba como él conocía a gente así de peligrosa, sentí un mirar incómodo sobre mí, y encontré al hijo menor de Mancuso, Ethan Bonnano, quien me estudiaba como si yo fuera un pedazo de carne, lo que me intimidó.

Busqué por reflejo la mano de Luka tras desviar la vista, y él la apretó y me ofreció una sonrisa al instante.

Tras las presentaciones, se excusó.

—Señor Mancuso, si nos disculpa, daremos un paseo por la sala a la espera de que salgan los novios.

El mayor sonrió y nos despidió con un asentimiento de cabeza, y emprendimos camino por el lugar.

Me agarré fuerte a su brazo enlazado con el mío e inquirí por lo bajo:

—¿Por qué hay gente de la mafia aquí?

Lo oí soltar una risita y resopló.

—Es natural, pues Yuanfen convive con todos los estratos de la sociedad. ¿No recuerdas lo que pasó hace siete años en su triada con los Chen?, ¿y hace seis años con los Belev y los Ratniks?

—Recuerdo, sí, pero no mucho. Aunque vi las transmisiones y todo fue un caos.

Me quedó viendo con extrañeza, pero asintió.

—Yuanfen y las Cinco familias siempre han tenido una estrecha relación, ninguna se mete con la otra y todas conservan el equilibrio y su territorio y arreglan sus propios problemas.

—¿Y cómo te relacionaste con ellos? Parecen muy conocidos y tú eres húngaro —apunté con un toque de curiosidad y él sonrió.

—Soy un explorador del mundo. En realidad, viví aquí unos meses cuando era niño y conocí a uno de los hijos del señor Mancuso en la escuela, junto a otros miembros de las demás familias. Y a lo largo del tiempo seguimos en contacto, es parte de la tarea de ser un empresario: tienes que aprender a relacionarte con todo el mundo, además de saber hacer muchas cosas.

Sabía más o menos que era así, pero no dejó de parecerme raro. Todo en este hombre parecía un misterio: su donación, el que estuviera buscando a un niño y me contratara…

Sin embargo, mis cavilaciones se vieron interrumpidas por una voz que resonó desde la parte frontal, del escenario, y vi a un muchacho rubio vestido de traje, Hazel DeSantis, anunciando el inicio de la ceremonia.

Primero entró el novio, Malcolm, vestido con impecable traje de tres piezas. Junto a él iba una señora rubia y una muchacha, su madre y su hermana. Ambas lo acompañaron al escenario, besaron su mejilla y bajaron. Luego, Hazel anunció la entrada de Tara, que venía vestida con un elegante hanfu rojo con florituras doradas. A su lado caminaban sus padres biológicos, y el proceso se repitió, dejándolos a ambos en solitario en el escenario.

Entonces, comenzó la ceremonia de la promesa, donde primero los mayores manifestaron sus buenos deseos a la pareja, y Abner, como representante de la familia, hizo lo propio.

Hicieron su promesa e intercambiaron anillos, y no pude evitar aplaudir cuando todos lo hicieron, sumiéndome en la hermosura y sencillez del momento, a pesar de las pompas que se manejaban.

Las sonrisas de los ahora prometidos lo engalanaron todo, en tanto una hermosa melodía de flautas, pipa y qin resonaba como un fondo relajante, la base de unos aplausos cargados de buenos deseos para la pareja, a cuyas hijas abrazaban con emoción.

Echando un vistazo alrededor, me di cuenta de que había mucha seguridad, probablemente por la cantidad de magnates y mafiosos presentes, pero enseguida volví a los aplausos, a la felicidad.

Sin embargo, de la nada sentí una tensión y volteé, y encontré los ojos de Luka fijos en algo. Tiré mi vista hacia allá y capté a un sujeto. Él parecía estar mezclado con la gente, pero su expresión se tornó nubosa y molesta hacia la pareja que aún estaba en el escenario, y metió la mano en su chaqueta para sacar…

¡Maldita sea, ¿eso era un arma?!

• • •

¿Será un arma lo que vio Lizzy? ¿Cómo pudo entrar alguien así? ¿Todo estará bien? El capítulo de hoy terminó en suspenso... :0




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