El no te ama (¿?)

Capítulo 2

Eva

— ¿No pudiste dormir bien?, — Alena lanza una mirada risueña y yo le doy la espalda.

Por supuesto que no dormí lo suficiente. Cómo dormir bien cuando tienes delante de los ojos está esa sonrisa torcida y solamente de recordarla me dan calambres en los dedos.

Inmediatamente decidí que no iría a ninguna parte, estaba segura de esto hasta el sábado por la mañana. Y yo misma no entiendo cómo terminé en el asiento delantero del auto.

Ahora miro por la ventanilla, sintiendo las miradas sarcásticas que de vez en cuando me lanza Alena, que va al volante del todoterreno de lujo, y apenas puedo controlar el deseo de saltar del automóvil en marcha.

En el fondo sabía que iría. Que no tendría valor para decir que no. Incluso recogí la bolsa de antemano.

Todo el mundo vino en automóviles caros. Bueno, los "hijos de papá", no pueden viajar en "Lanos" o en taxi. Observo el estacionamiento, y el corazón da un brinco al ver un automóvil de color asfalto mojado parqueado en el extremo derecho. Parece como si estuviera listo para saltar, no, más bien para despegar, extendiendo sus alas y entrecerrando los ojos como... Como su dueño.

— ¿Crees que Makar ya habrá llegado?, — pregunto a mi prima con fingida indiferencia.

— Sí, ese es su auto. "Ferrari". Mak no va, sino vuela, — Alena señala con la barbilla al depredador de color gris oscuro, y yo solo suspiro.

¿Ahora tendré que adivinarlo todo?

La casa de campo me deja estupefacta. Si este museo se considera una casa de campo, ¿cómo será su vivienda en la ciudad? ¿Y para qué hacen falta dos pisos en la casa de campo? La casa de los Bessonov en la capital tiene dos pisos y a mí me parece vacía y enorme.

Alena no mostraba mucho interés en introducirme en la pandilla de los "hijos de papá", aunque su padre se lo pidió. Yo lo oí por casualidad. Por lo tanto, no tuve tiempo de convertirme en especialista en vivienda VIP de la capital.

Sin embargo, la casa por dentro se ve bastante acogedora. Lo único que recuerda un museo es un amplio vestíbulo que resulta ser una enorme sala de estar con chimenea y grandes sofás.

Makar recibe a los invitados en la puerta. Al ver a Alena, su mirada parece iluminarse. Ella le entrega una caja con un regalo, a mí nadie me presta atención.

Se me olvidó preguntarle qué había en la caja. Alena rechazó rotundamente mi participación en la compra del regalo, así que no pregunté.

Makar y Alena se saludan, él toma su bolso y después finalmente se da cuenta de que estoy aquí. Se sorprende y está a punto de preguntar "¿quién es esta?" Pero se detiene, ¿tal vez recuerde el animalito recogido en el basurero? O, lo más probable, es que a él simplemente no le importa: un invitado más, uno menos.

Él asiente con relativa afabilidad y nos lleva a elegir una habitación. La felicitación por el cumpleaños que he estuve ensayando toda la semana se quedó sin decir. Por milésima vez en la mañana, lamentando que no me quedé en la ciudad, subo las escaleras al segundo piso.

Nos lleva a un luminoso dormitorio de invitados con ventanas panorámicas que dan al bosque, ahora entiendo por qué la casa tiene dos pisos. Está claro, cuando tienes que alojar a un montón de invitados, y de los que no se pueden poner a dormir en colchones en el suelo.

Makar le susurra algo a Alena, ella sonríe, y me resulta tan repugnante que estoy dispuesta a regresar a pie aun ahora mismo. ¿Y yo qué esperaba cuando acepté venir? ¿Que Makar de repente se despertara y me prestaría atención? ¡Sobre todo cuando Alena está a mi lado! Parece que no pude resistirme y gruñí, porque Makar y Alena me miran sorprendidos.

— Acomódense, chicas, y bajen a la glorieta, —Makar para variar me echa una mirada, por tercera vez en todo el tipo, y sale de la habitación.

— Él te mira de tal forma..., — no aguanto cuando la puerta se cierra tras él.

— Hay muchos que me miran así, ya estoy acostumbrada, — Alena se tumba en la cama, yo me quedo junto a la ventana y sigo mirando al bosque, — pero estoy de acuerdo, Makar es estupendo, a mí también me gusta. Y si escuchas a las demás, en la cama tiene calificación «Dios". ¿Por qué te sonrojas?

Ella se ríe y yo siento como me arden las mejillas.

— ¿Por qué dices que son rumores? Tú ... ustedes... con él.…

— ¿Si hemos follado?, — sugiere Alena, disfrutando claramente de mi vergüenza. — No. Aunque debo confesar honestamente que a veces me resulta difícil resistirme. ¡Es demasiado... atractivo!

 — ¿Y qué te detiene? — trato de evitar las notas de celos en mi voz.

 — ¿Entiendes?, Makar, es demasiado... bueno, es demasiado consecuente. Si Mak tiene una relación, él no engaña a su novia. Pero si es solo sexo, entonces tiene una regla: solo una vez. Son muy pocas las que han logrado llevarlo por segunda vez a la cama. Y no puedo arriesgarme así. Si nos acostamos, él no me dejará ir, y ya te dije que no me veo a su lado.

 — Lo tienes todo planeado y organizado, — niego con la cabeza. — ¿Y el amor?

 — El hombre es quien debe estar enamorado, para la mujer es suficiente dejarse amar. Eva, ¿has estado alguna vez con un hombre? — pregunta de repente, entrecerrando los ojos y sin transición. No tengo tiempo para orientarme y me sonrojo de nuevo. Alena asiente satisfecha. — ¡Lo suponía!




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