-Adiós mamá. –le dije a mi madre mientras la abrazaba.
-Adiós mi niña, cuídate mucho. - me respondió ella.
Me estaba despidiendo de ella por que empezaría la universidad en una semana y tuvimos que viajar 6 horas desde donde vivíamos hasta donde se encontraba la Universidad. Iba a ser un gran cambio, había vivido toda mi vida con ella y aparte era hija única, mi padre falleció cuando yo aún era un bebe y no tuve la oportunidad de conocerlo. Por eso desarrolle un fuerte lazo con mi madre, pero era momento de decir adiós, claro no sería por siempre, pero ambas sabíamos que todo cambiaria de ahora en adelante, iniciaba mi etapa de adultez.
Mamá dejó las ultimas cosas en mi cuarto y se fue, no sin antes decirme lo mucho que me quiere y que no me olvide de escribirle todos los días, le prometí que lo haría sin falta. Cuando salió por esa puerta no pude contener más las lágrimas, me encontraba totalmente sola, en un lugar nuevo y sin conocer a nadie. Mis amigos asistieron a otra universidad en otra ciudad así que también nos separamos, ahora tengo que adaptarme a esta nueva vida, siempre trato de ser lo más positiva posible, aunque las circunstancias no sean las más fáciles así que tratare de hacer eso ahora.
Para poder mantenerme conseguí un trabajo de medio tiempo aquí en un restaurante por las noches para poder solventar mis gastos, trato de dejar todo en su lugar hasta que me toque mi turno, mientras guardo mi ropa en el armario recibo una llamada.
- ¿Qué tal todo? - oigo la voz de mi mejor amigo David. Es un alivio escuchar algo familiar, aunque aún no pasa ni un día de haberlo visto por última vez.
-Pues que te digo...-suspiro- tengo que conocer más el lugar, a las personas, todo en general y podre darte una respuesta válida a tu pregunta- respondo finalmente.
-Bueno tienes razón, solo quería saber cómo estabas, la despedida con tu mamá no debió ser fácil- dice David en tono amistoso.
-No, pero trate de no darle a notar lo difícil que me resultaba todo esto, no quiero ser una carga para ella todavía. -trato de contener las lágrimas, pero mi voz se quiebra un poco al final.
- ¡Hey! Tranquila, no podemos ser fuertes todo el tiempo Anne, somos humanos y tienes derecho a derrumbarte a veces, si no lo haces no vives- responde tratando de animarme- te estaré llamando, tengo un partido en 20 minutos, debo alistarme.
- No te preocupes, estaré al pendiente igual. Tengo que trabajar en la noche así que hablamos mañana ¿te parece?
-Claro, si necesitas hablar recuerda que aquí estoy- me dice David- Cuídate Anne- y cuelga.
David sin duda es alguien increíble, me ha demostrado su apoyo siempre que lo he necesitado, lastimosamente no estaremos juntos en un buen tiempo. Él pudo obtener una beca en una escuela profesional de futbol desde niño, pero ahora debe marcharse para los entrenamientos más intensivos a la sede. Pero sé que mantendremos el contacto, o bueno eso espero.
Trato de acomodar mis cosas lo más decentemente posible antes de irme al trabajo, me ducho y me visto para salir. En mi bolso solo guardo mi celular, mi identificación y algo de dinero por si acaso, tomo el autobús y en 15 minutos ya estoy en el restaurante. Al llegar veo la hora "17:15" llego 15 minutos antes de mi turno, saludo a la dueña, la Sra. Adams. Ella era una amiga de la niñez de papá, al enterarse que vendría a estudiar aquí me ayudo con el empleo, es alguien muy amable por haberme dado esta oportunidad, la saludo cuando se acerca a mí.
-Buenas tardes Sra. Adams.
-Hola Anne, que gusto verte. ¿Qué tal el viaje y la mudanza? - me responde de forma cariñosa.
-Cansado, pero no podía faltar hoy- digo con sinceridad.
-Hija no te preocupes, pudiste haber empezado mañana, no había ningún problema.
Niego con la cabeza.
-Necesitaba despejarme un poco, así que trabajare hoy. - afirmo.
-Está bien Anne, pero si deseas puedes salir antes. Contigo se queda Marco, el ya lleva tiempo trabajando aquí y se encargará de explicarte lo que debes hacer, yo me iré a casa. Cualquier novedad me la haces saber ¿sí? -me pregunta la Sra. Adams.
Asiento con la cabeza en forma de respuesta.
-Listo niña, nos vemos mañana. Adiós chicos. -exclama de forma general. Y el cocinero asoma la cabeza para despedirse. La Sra. Adams sale por la puerta y yo me dirijo a buscar un delantal y a encontrar a Marco para que me ayude con lo que debo hacer. Veo a un chico alto salir del baño y cruzamos miradas, lo veo colocarse el mismo delantal que yo y alcanzo a ver el nombre de su placa. "Marco". Me extraña un poco que al parecer alguien más de mi edad probablemente también trabaje aquí, mamá me aseguro que solo trabajaban personas mayores. Pero no hay problema, iré a hablar con él. Me acerco, al notar mi presencia el levanta su cabeza y me observa, puedo notar que tiene un bello color de ojos verdes, pero se mantiene serio, eso me desconcentra un poco.
- ¿Te ayudo con algo...- entrecierra los ojos tratando de leer lo que dice mi placa- Anne?
-Si si si- tartamudeo un poco- la Sra. Adams me dijo que tú me indicarías las labores que debo realizar. –respondo de forma nerviosa.
El me mira y me sonríe un poco.
-Claro, lo había olvidado. Mi nombre es Marco, soy sobrino de la Sra. Adams, me comentó que estudiarías aquí. ¿Qué carrera estudiaras? - me pregunta mientras nos dirigimos a la cocina donde veo al cocinero- Hola Jeff- lo saluda Marco. Alzo mi mano en forma de saludo y Jeff pregunta:
- ¿Eres la nueva?
-Sí, mi nombre es Anne- le respondo con una sonrisa.
-Bienvenida Anne- me dice Jeff.
Llegamos a unos casilleros de donde Marco saca unos recipientes para ubicar servilletas, me da unos paños para limpiar las mesas, también una pequeña libreta con un bolígrafo.