Logro ver el nombre de mí mejor amiga Emily en la pantalla del vehículo y contesto la llamada, aún con lágrimas en los ojos:
—Hola, Sarita, ¿cómo estás? —pregunta con mucho entusiasmo, más de lo normal.
—Hola, Emily —lamentablemente no puedo disimular mí tristeza, se nota demasiado en mí voz, sobre todo Emily, quien es muy perceptiva, para mí desgracia.
—Ay, amiga, te conozco desde que éramos unas niñas... ¿por qué lloras? Apenas tienes fuerzas para hablar.
—Estaré bien, Emily, no te preocupes... solo terminé con Roger —digo, sintiendo un dolor en el pecho que apenas me deja respirar— o mejor dicho, él terminó conmigo —confieso desconsolada.
—Oh... por fin ese cucaracho hace algo bien —exclama sorprendiéndome, aunque sé muy bien que ninguna de mis amigas lo quería. Siempre me aconsejaban que terminara con él y yo muy mensa y ciega no hice caso, me hubiese ahorrado todo este sufrimiento— lo siento, Sari... sé que lo querías mucho, pero te mereces algo mejor que “eso” —añade despectivamente— una persona buena, alegre, así como tú, ni más ni menos.
—Gracias, Emily, me alegra escucharte, hace casi un mes que no hablamos, desde que viajaste a Europa.
—Sí, mi querida Sari... tengo muchas cosas que contarte y pedirte un gran favor, espera... ¿estás manejando? —pregunta al escuchar las bocinas de los autos.
—Sí, pero habla tranquila, me he quedado varada en un embotellamiento.
—Oh, Sari... si estuviéramos cerca podría haber ido a socorrerte.
—Descuida, en la ciudad pasa a menudo.
—Eso es lo bueno de vivir en una ciudad pequeña —dice sonriendo— bueno, iré directo al grano, Sarita... en mi viaje por Europa conocí a una persona, me enamoré a primera vista de él y... vamos a casarnos —confiesa de la nada, muy contenta, dejándome estupefacta.
—¿Qué? —pregunto confundida y sorprendida a la vez, ¿mí amiga, la que siempre había sido muy madura, y pensaba demasiado las cosas antes de hacerlas?... ¿se casará con una persona que conoce hace apenas un mes?
—Amiga, no me juzgues, sé que es muy apresurado, pero Lucas y yo nos amamos, no quiero dejarlo ir, es el amor de mi vida.
—¿Cómo sabes que es el amor de tu vida?
—Lo puedo ver en sus ojos, Sari, por cómo me mira, además es tan dulce, cariñoso, es lo que siempre necesité en mi vida —la escucho tan feliz y entusiasmada que no puedo decirle lo contrario, seguro que ya varios lo han hecho. Desde niñas, en una promesa de mejores amigas, cruzando los deditos, prometimos que pasara lo que pasara nos apoyaríamos mutuamente, así que no puedo dar marcha atrás. Pero si en algún momento este hombre desconocido llega a lastimarla, no solo me encargaré personalmente de él, también Emily sabrá que tiene mí hombro para llorar juntas.
—Me alegro tanto por ti, mereces ser feliz —exclamo con total sinceridad, Emily es una de las personas más increíbles que he conocido, en realidad toda su familia… excepto su hermano mellizo.
—Gracias, Sari, por eso quiero pedirte, por favor, que me ayudes con la organización de mi boda, eres mi mejor amiga y la mejor wedding planner que conozco, aunque justo te lo estoy pidiendo en este momento —añade con pesar en la voz. No es el mejor momento, pero al menos servirá para mantener mí cabeza ocupada.
—Tranquila, Emily, acabo de renunciar, no debo volver mañana a trabajar —si Roger piensa que me va a doblegar y que voy a rogarle volver está muy equivocado, lo mejor es tomar distancia unos días para pensar muy bien las cosas... aunque volver a mí pequeña ciudad, después de tantos años, no estaba en mis planes— amiga... ¿puedo hacerte una pregunta? —necesito sacarme la duda o por lo menos ir preparada.
—Sí, dime.
—Él estará ahí, ¿verdad? —lamentablemente sé cuál será la respuesta, al fin y al cabo, es su hermano, ¿cómo podría faltar?
—¿Te refieres a Dani? —exclama conociendo muy bien la enemistad entre nosotros— él estará, Sarah, pero descuida, Dani no es el mismo insoportable y odioso de antes, está muy enamorado, ¿sabes? Vendrá a presentarnos a su novia.
—Qué bueno saber que estará entretenido con alguien más —respondo algo incómoda. ¿Novia? ¿Quién en su sano juicio podría soportar a un idiota como él?
—Solo tienes que armar tus valijas y mañana mismo te espero en el aeropuerto, no me falles, amiga, sé que no es el mejor momento, pero salir de allí y despejar tu mente te hará bien, sobre todo estar lejos de ese cucaracho.
—Tienes razón, Emily, no me perdería por nada del mundo ser parte de tu boda.
—Te quiero, Sari, y te espero.
Después de despedirme de mí amiga, y salir del embotellamiento, llego a casa. Me ducho para intentar relajar un poco los nervios y comienzo a armar las valijas.
Sin embargo, un pensamiento invade mí mente: ¿Estaré haciendo lo correcto? Camino hacia el refrigerador, saco una lata de cerveza y me recuesto en la cama, mirando al techo. ¿Qué decir? Realmente estoy confundida y no sé si podré soportar a Daniel Harrison, mí némesis desde el principio de los tiempos…
Emily siempre fue mí mejor amiga. A pesar de la distancia, nunca dejamos de estar comunicadas. Ella sabe viajar a la ciudad a visitarme tres o cuatro veces al año, nuestra amistad sigue intacta y creciendo cada día.
Pero lo que más me hace dudar de esta decisión es tener que volver a ver a Daniel.
Daniel "el terrible", como lo llamaban en el pueblo, mellizo de Emily, era el ser más insoportable y odioso sobre la faz de la tierra, lo peor es que solo era conmigo, con los demás era dulce y gentil, pero nuestra enemistad se remontaba desde la infancia, cuando ambos teníamos cinco años. Ninguno de los dos sabe cómo comenzó, pero nos odiamos desde que tenemos uso de razón, y estar los dos en el mismo lugar, sin pelear, es casi imposible. Sin embargo, debo hacer el intento por Emily, es mí mejor amiga y es un honor para mí, como wedding planner, organizar su boda y regalarle su noche soñada.