El Odioso Hermano De La Novia

Capitulo 3: "Eres Un Idiota"

Los tres subimos al coche que nos espera fuera del aeropuerto y nos dirigimos hacia la ciudad, que queda a varios kilómetros y minutos de distancia.

Y la verdad, debo reconocer que estoy impresionada, jamás había visto un coche tan lujoso, parecidos a los que salen en las películas, ni siquiera Roger, con el dinero que tiene, puede comprarse uno de ellos, de edición limitada, por lo que me quedo pensando, la familia Harrison es una familia de clase media, nunca podrían permitirse un vehículo con esas características.

—Emily... este auto es increíble —digo, sin salir de mi asombro, hasta tiene vidrios blindados y polarizados.

—Es uno de los coches de alta gama de la familia de Lucas —comenta, un tanto avergonzada—. Su familia tiene mucho dinero.

—Cuando lleguemos a la ciudad tendrás que contarme un poco sobre él, para conocer sobre sus gustos, la boda será de los dos.

—Claro que sí, Sari, descuida, te lo presentaré y te caerá increíble, es una buena persona.

—Debe serlo para que le permita estar contigo —añado divertida, en complicidad con ella.

—Oye, Dani... —exclama Emily sorprendida al ver que su hermano bajó solo del avión—. ¿No ibas a venir con tu novia rusa, la súper modelo?

—Su nombre es Alexandra, Emily, y sí, pero se nos unirá mañana, tenía un desfile muy importante al que asistir —dice con una sonrisa divertida—. ¿Y tú, Sarah? Por lo que veo, has venido sola... ¿Y tu novio, el jefe? —pregunta burlándose.

—No podía venir conmigo —miento para no quedar en evidencia frente a él y ser objeto de sus burlas—. Tenía una boda muy importante que planear —respondo, tratando de sonar convincente.

—Ya veo... jamás has podido mentirme, Sarah —confiesa Daniel, y lamentablemente es verdad, me conoce demasiado bien—. Por lo horrible que te ves, has terminado con él, ¿verdad? —pregunta, mirándome a los ojos, poniéndome aún más nerviosa.

—Te equivocas, Roger y yo estamos muy bien juntos —nunca admitiría mi separación ante él, no tengo las suficientes fuerzas para enfrentarme a sus burlas, no ahora, que estoy cansada y aún no he logrado asimilarlo.

—Qué extraño... —exclama Daniel, disimulando confusión—. He visto en las redes sociales que Roger Morgan está planeando su boda con la modelo Anya Kurnikova, casualmente amiga de Alexandra —en ese momento siento tanta vergüenza y humillación que doy media vuelta y comienzo a mirar por la ventanilla del coche, intentando controlar mis ganas de llorar.

—¡Daniel Harrison! —grita Emily enojada.

—Ay Dios mío —comenta fingiendo asombro, llevando la mano a su pecho—. Tú solo me llamas por mi nombre completo cuando estás enojada. ¿Qué hice ahora, hermanita? —pregunta.

—¡Comportarte como un verdadero idiota!.

—Está bien, lo siento, ¿sí? Pero es la verdad, ¿quién en su sano juicio te soportaría tantos años? —añade, lo que termina por enfurecerme, y sin controlar mi temperamento, el que últimamente se ha salido de control como en el pasado, me acerco a él y le doy vuelta la cara de una bofetada, con lágrimas en los ojos por la furia contenida.

—¡Eres un idiota, Daniel, pasarán los años y seguirás comportándote como tal! ¡No me he metido contigo, déjame en paz! —algo dentro de él parece sentirse apenado por verme llorar. Lamentablemente ha pasado demasiado entre nosotros, y por eso seguro no puede olvidar cómo lo humillé cuando éramos unos adolescentes, aunque se lo merecía.

—No lo voy a tolerar, Daniel... serás mi hermano mellizo, pero si sigues haciendo esto no tendré más remedio que pedirte que te vayas —exclama furiosa.

—Está bien, está bien, no volveré a tocar el tema.

Y así fue, porque una hora más tarde llegamos a la ciudad sin habernos dirigido la palabra en todo el camino.

Después de bajar las maletas, Emily me acompaña a la que será mi habitación mientras esté en la casa de los Harrison, para que descanse del viaje y del mal trago con Daniel.

Entro rápidamente al cuarto y me arrojo a la cama. Conozco de memoria la casa de los Harrison, aquí era donde hacíamos las pijamadas y durante la noche el idiota de Daniel nos asustaba contando cuentos de terror para luego disfrazarse de monstruo y no dejarnos dormir en toda la noche.

Lamentablemente no ha cambiado en nada, sigue siendo el mismo insensible e inmaduro de siempre, aunque sí debo reconocer que ha cambiado mucho su aspecto.

Ya la adolescencia lo había ayudado a ponerse más alto y, al parecer, apoyándose en el gimnasio, logró bajar de peso y tonificar sus músculos, y realmente parece estar muy orgulloso de ellos, porque lleva esas camisetas pegadas al cuerpo que no dejan nada a la imaginación. Realmente se podría decir que Daniel se ha convertido en alguien demasiado atractivo, sobre todo por esos hermosos ojos verdes heredados de su madre, seguramente es muy codiciado por las mujeres, tiene que serlo para estar saliendo con una súper modelo internacional, que debe ser una belleza.

—Sarah... ¿estás bien? —pregunta preocupada, mirándome a los ojos.

—Descuida, Emily, estaré bien —ambas nos abrazamos con ese cariño tan especial que sentimos la una por la otra.

—Nunca debería haberte hecho venir en esta situación, lo siento.

—¿Y perderme de organizar y asistir a la boda de mi mejor amiga? Olvídalo, ni siquiera el idiota de tu hermano podría hacer que me arrepienta de estar aquí —respondo con una sonrisa más que fingida.

—Tranquila, Sari, hablaré con él, necesito que haya una tregua entre ustedes, algún día ambos tendrán que explicar qué sucedió para que se odien y se ataquen de esa manera.

—No sucedió nada, Emily —miento, nadie debe enterarse de lo que pasó hace años, debe ser enterrado y olvidado, no quisiera volver a pasar por la misma humillación, odiaré a Daniel Harrison toda mi vida—. Habla con él, si acepta, haremos una tregua de paz, solamente por ti, no mereces pasar esta angustia por nosotros. Es el momento que toda mujer desea.




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