El Odioso Hermano De La Novia

Capitulo 9: "Ese Puesto Es Tuyo"

Después de pasar por Alexa al aeropuerto y de estar más de una hora discutiendo con Daniel por el arreglo floral, finalmente llegamos a casa, agotados.

Cansada, intentando no volver a cruzarme a ese hombre en lo que resta del día, me encierro en mi habitación, necesito un buen baño con sales y música relajante, para olvidarme un poco de los problemas, del odioso de Daniel y de la simpática de su novia.

Emily me acompaña hasta el cuarto para enseñarme cómo funciona el jacuzzi y dónde están las sales:

—Este jacuzzi es increíble, Emi —meto la mano para comprobar la temperatura del agua y está ideal, la familia Harrison nunca podría darse con esos gustos, sin dudas es obra de Lucas.

—¿Verdad que sí? Fue un regalo de Lucas, por más que me empeñe en no aceptarlo, no lo logré, es muy testarudo cuando quiere —comenta con una sonrisa enamorada en sus labios.

—Ay... es tu pareja perfecta entonces, dos testarudos, aunque seguramente tendrán alguna que otra pelea— añado devolviéndole la sonrisa.

—Lucas es tan bueno, Sarah, me deja ganar todas las discusiones.

—Entonces eso sí que es amor —ambas nos reímos al unísono— amo que seas feliz.

—Solo que no quiero que la gente piense que me caso con él por su dinero y sus regalos, juro que cuando lo conocí no sabía que era millonario —dice un poco apenada, estoy segura de que los malos comentarios ya han llegado.

—No debe importarte lo que piensen, Emi, tú dedícate a ser feliz, que si te critican es por envidia, conseguiste un marido guapo, millonario y encima buena persona, quien pudiera.

—Tienes razón, siempre tienes las palabras justas para hacerme sentir bien, por eso te amo —Emily se acerca y ambas nos abrazamos con el cariño inmenso que sentimos la una por la otra.— Quiero que seas feliz y sé que muy pronto esa felicidad tocará a tu puerta.

—¿Por qué lo dices? —pregunto sorprendida.

—No lo sé, locuras mías, quizás sexto sentido femenino —sonríe con amor— me voy, relájate y descansa. Hoy la cena es a las nueve, estará Alexa y vendrá Felipe, el amigo de Lucas, no quiero que te sientas incómoda, solo es para que charlen.

—Entiendo, Emma —digo burlándome de ella.

—Ponte muy bonita, quiero que opaques la belleza de Alexa.

—¿No te cae bien? —pregunto sorprendida, es algo extraño en Emi, ella ama a todo el mundo, pero cuando alguien le cae mal, es porque, definitivamente, es una mala persona.

—No sé si me cae bien o mal, solo cruzamos algunas palabras, es cuestión de piel, creo que no es tan buena y simpática como aparenta y el estúpido de mi hermano está obnubilado por ella.

—Pensé que había sido la única que se dio cuenta de que esa mujer es una arpía, a mí me da muy mala espina.

—A mí también, espero que le salga algún desfile de imprevisto y tenga que irse —confiesa, sorprendiéndome, jamás la había escuchado hablar así, sin dudas, no le gusta para nada su nueva cuñada.

—Veo que de verdad te cae mal —exclamo divertida.

—Sé que el tiempo me dará la razón, pero ese puesto es tuyo y no puedo permitir que una modelo rusa, que apenas habla español, venga a robártelo —añade indignada.

—¿Qué ese puesto es mío? Estás loca, Emily. Daniel y yo nos odiamos, jamás podríamos estar juntos, ni siquiera toleramos estar en el mismo espacio sin discutir.

—Sé que algo pasó entre ustedes y lo averiguaré... si mi hermano se comportó mal contigo, lo obligaré a que te pida perdón —exclama enojada.— Además, deberían hablarlo, sé que forma parte del pasado y por lo que veo fue doloroso para ti y creo que para mi hermano también, aunque intente disimularlo, ustedes serán las personas que más me conocen, pero les aseguro que yo soy la que más los conoce a ustedes. Sé que algo hubo... y donde hubo fuego... cenizas quedan.

—No llegamos ni a prender el fuego, Emi. No te ilusiones, Daniel me humilló y yo lo humillé a él, fue doloroso para los dos —confieso finalmente— pensé que lo había dejado en el pasado, pero no, al parecer ninguno de los dos pudo hacerlo, estamos intentando llevarnos bien por ti, para no arruinar tu boda, pero no veas fantasmas donde no los hay.

—Pues si lo intentan, pónganle más esfuerzo —exclama divertida— porque salen chispas cada vez que están juntos... pero... necesito averiguar de dónde salen esas chispas, si es por odio o porque siguen terriblemente enamorados.

—Nunca hubo amor entre nosotros, al menos no de su parte… —añado con algo de pesar en la voz— yo lo quise, pero ese sentimiento está muerto y enterrado —intento sonar convincente, pero no puedo engañar a Emi.

—Dime lo que tú quieras, miénteme, te conozco y sé muy bien lo que sientes y también Daniel... espero que algún día se den cuenta ustedes y se den la oportunidad de tener una linda relación y no terminen destruyendo todo por ese odio fingido entre ambos.

—Odio a Daniel —confieso, con vehemencia.

—Ya te lo dije, dime lo que quieras, te conozco y me voy porque, seguramente, mi futuro esposo está esperándome. Te dejo reflexionando acerca de tus sentimientos —Emi me da un beso en la mejilla y se retira de la habitación, dejándome, realmente, muy confundida.

¿Realmente seguiré enamorada de Daniel?

Después de quitarme la ropa y meterme en el jacuzzi comienzo a relajarme poco a poco, y sin darme cuenta cierro los ojos y los recuerdos de la adolescencia vienen a mi mente.




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