Capitulo 10: "La Apuesta Que Me Humilló"

Flashback
Sarah siempre había sido una niña retraída, todo el tiempo usaba ropa grande y larga para disimular los hematomas que le dejaba su padre, por eso era la rara del colegio y para colmo de que le gustaba estudiar y leer novelas románticas, la llamaban la "nerd del amor" en forma despectiva, solo para molestarla.

En ese entonces, Daniel no era el hombre guapo y atlético que es ahora, al menos para el estereotipo de las chicas del colegio, excepto para ella, que siempre le había gustado el hermano mellizo de su mejor amiga, pero al parecer a él no le caía bien, porque continuamente le hacía bromas e intentaba enojarla a toda costa. Al principio no respondía, hasta que una tarde al salir del colegio, se cansó y comenzó a devolverle cada una de sus bromas, con la complicidad de su propia hermana.

Pero hubo un tiempo en que esa enemistad se calmó. Daniel empezó a tratarla con dulzura, hablaban todo el tiempo, de literatura, que era algo que tenían en común, salían a tomar helado a la salida del colegio y a ver algunas películas, los fines de semana, siempre a escondidas de sus familias, nadie supo que entre ellos había pasado algo.

Daniel le dio su primer beso, y como una idiota se enamoró perdidamente de él y el día que habían elegido para estar juntos y entregarle su virginidad, como toda adolescente ingenua, descubrió que todo había sido un plan para enamorarla.

Por alguna razón, Daniel pertenecía al grupo de los chicos más populares del colegio y en una noche de borrachera hicieron una terrible apuesta, enamorar a "la nerd del amor" y llevársela a la cama. Borracho y casi inconsciente, Daniel aceptó, sabiendo que Sarah era una chica vulnerable que podría ser blanco fácil para él, siendo el hermano de su mejor amiga.

Al otro día, en estado de sobriedad, se dio cuenta de que había cometido un error, así que decidió hablar con el líder del grupo, sin embargo, recibió como respuesta que, si no llevaba adelante la apuesta lo echarían del grupo y lo humillarían frente a todo el colegio, así que no le quedó otra alternativa que empezar con su plan de enamorarla.

Había pasado un mes, cuando Daniel se dio cuenta de que se había enamorado de ella y que no podía seguir con esto, ambos estaban planeando mudarse juntos a la ciudad y estudiar en la misma universidad, así que debía ser sincero con ella y decirle la verdad.

Para el cumpleaños número 18 de Sarah, Daniel le había hecho una cena sorpresa, muy romántica, en el ático de la casa de uno de sus mejores amigos, estaba seguro de que esa noche estarían juntos y él ya lo deseaba, quería ser su primer hombre y que ella fuera su primera mujer, pero esa noche sus planes fallaron completamente.

Sarah apareció en el lugar, ni siquiera un beso, un abrazo y mucho menos un gracias por la cena. Sabía que algo le pasaba y debía averiguarlo. Después de comer, ambos se acostaron en una manta en el suelo, Daniel pasó su brazo por debajo de la cabeza de Sarah, para que estuviera a gusto, pero todo era muy incómodo para ambos, el aire estaba tenso y ninguno de los dos hablaba. Finalmente, Daniel decidió pasar a la acción, se acercó a ella y comenzó a acariciarla por debajo de su camiseta, pero cuando intentó besarla, ella se levantó del suelo, le dio un golpe en los testículos y salió corriendo del lugar, dejándolo adolorido, pero, sobre todo, muy confundido.

Pov Sarah

La música relajante de mi teléfono se detiene, por una llamada entrante, interrumpiendo mis recuerdos.

Seco mis manos con una toalla y agarro el celular, para ver, en la pantalla, un número desconocido, aunque dudo en atender, finalmente lo hago, arrepintiéndome al instante, al escuchar la voz del otro lado:

—Hola Sarah, sé que has bloqueado mi número, por eso tuve que comprar otro chip.

—También bloquearé este número, Roger. Solo déjame en paz, tengo demasiados problemas, para que sumes uno más a mi vida.

—Antes no era un problema para ti, al contrario —confiesa con tristeza,— escucha Sarah no voy a darme por vencido, te amo y haré hasta lo imposible por recuperarte, sé que fue un error dejarte ir.

—En un momento pensé que eras la persona correcta, ahora, lejos de ti, me doy cuenta de que eres igual a mi padre, voy a cortar Roger, no me obligues a tener que cambiar de número —digo, sin importarme en absoluto sus palabras de amor.

—No te preocupes, Sarah, no te llamaré, porque mañana mismo salgo para allá ¿no dijiste que estaba invitado a la boda?