El otro extremo

La vida en su mayor esplendor

Es frustrante cuando a cada momento en que prestas tu ayuda a alguen que la necesita este no responde ni con una palabra de agradecimiento, la hipocresía se huele en el aire y se desvanece en una sonrisa silumada por una persona que solo quiere golpear en la cara a quien ayudó hace un momento, pero esto no es aceptado por a sociedad. Pero siendo claros, la sociedad en la que vivimos solamente le tiene miedo a los cambio, pues la homeostasis de la democracia la incita a matar a los individuos que no siguen las normas, pues al igual que el cuerpo humano esto molestará al cerebro, las personas a cargo de un pueblo son el maldito cerebro  podrido de la democracia.

El chico pensaba en lo que el mundo pierde día a día, pensaba en cómo las nubes desaparecen cuando el clima se pone frío y las gotas de lluvia son un neto grito de dolor por parte de las víctimas del clia que saben que morirán.

-¿Por qué me esfuerzo tanto?- dijo el chico mientras sobaba su cabeza con su mano derecha y se tapaba su vista cansada con la misma mano que sobaba su cabello.

En la cabeza de aquel muchacho no habían más que dudas y respuestas erróneas, pero a la vez había respuestas para esas respuestas erróneas. Pues la filosofía  que cargaba un corazón tan destrozado como sus nudillos, era simple, nunca hay respuestas incorrectas, simplemente son respuestas para una pregunta que no la necesitaba. Un claro ejemplo de esto es el número cuatro que puede ser la respuesta para la raíz cuadrada de dieciséis, la mitad de ocho, dos al cuadrado y muchas más incógnitas, pero no era la respuesta adecuada para tres por siete. Es la respuesta correcta pero no la adecuada para ciertas incógnitas.

-¿Qué haces tirado en el césped de esta manera?-dijo Juli mirando los ojos rojos de aquel muchacho que los intentaba tapar con su mano- si miras así al sol te quedarás ciego.

-Prefiero estarlo antes de ver cómo eres novia de otro chico- susurró Rodrigo mientras se tapó la cara con ambas manos y discretamente se secaba las lágrimas de sus ojos con las mangas de su suéter.

Ella le escuchó pero prefirió permanecer en silencio.

Juli no era como las demás chicas, ella solía jugar y saltar libremente cuando le entraba la idea de hacerlo, comía demasiado y no engordaba, no aguantaba correr pero siempre lucía con ánimos para hacerlo, su piel y huesos eran frágiles pero ella deseaba dar su mejor esfuerzo para levantar cargas que nadie más podía o quería. En pocas palabras no solamente era como cualquier otra chica, ella era una ambigüedad andante, con hermoso cabello y una sonrisa que enamoraba hasta al chico que no creía en el amor.

-Es un día muy hermoso-comentó Rodrigo mientras flexionaba sus piernas y hacía una abdominal para poder sentarse al lado de aquella chica tan inalcanzable pero a la vez tan cercana- espero ir al cielo para ver mas vistas como esta.

-¿Te refieres a la vista de las nubes? porque de hecho, el cielo se ve espléndido y casi no hay nubes negras.

-No me refería a ninguna nube aburrida que puede morir en cualquier instante- dijo el chico mientras bajaba la mirada y sonreía mientras intentaba levantar la cabeza para bservar los hermosos ojos de aquella chica.

La enfermera de la clínica pasaba por donde ellos estaban sentados, les preguntó por la salud de Rodrigo el mismo que no dejaba de sonreír aliviado al escuchar que le quedaba menos tiempo que antes para morir. Es curioso cómo actúa la gente al saber que le queda menos tiempo de vida, el chico no se preocupaba por lo que iba a pasar, sin embargo un gran horror recorría sus venas, ese era el miedo de no hacer nada con su vida.

La enfermera se fue de donde estaba la pareja de amigos que se besaron, en ese momento a aquel joven le sobraban las dudas y ninguna respuesta ante cualquier pregunta parecía ser la indicada.

-¿Puedes responder a una pregunta?- dijo Rodrigo mientras volvía a reposar en el césped de forma horizontal y poniendo sus dos manos detrás de su cabeza.

-Si es sobre de dónde vienen los bebés, creo que no soy la persona más adecuada para poder responder a eso-decía ella mientras intentaba disfrazar su preocupación ante la pregunta que no era todavía mencionada.

 




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