El Pajarito De Mi Ventana

El pajarito de mi ventana

Cada día en mi ventana está el mismo pájaro observándome.
Desde ese día en la escuela, luego de que la maldita flaca de Rocio me dijo gorda, y corrí hacía el baño llorando 《como la detesto》 sigue tratándome mal a pesar de ya haber bajado 30 kilos. Ése día fue cuando comencé a vomitar en el baño del colegio. También fue el día en que vi por primera vez a ese maldito pájaro gordito, pequeño, blanco como la nieve por un lado, y negro y brillante por el otro. No sabía sí era un producto de mi imaginación en ese momento, ya que nunca vi un pájaro tan hermoso y a la vez tan odioso, pero le pregunté a mi hermana si veía al pájaro en mi ventana esa noche, y por suerte o no 《aún no lo decido》el pájaro era visible también para ella, así qué pude dejar de pensar que estaba loca. Ese pájaro luego de lo del baño, me siguió hasta mi salón, me sentí tan criticada, pero por ¡un pájaro! Porque él fue el único que me vio vomitando, y estúpidamente sentía que éste me decía qué lo que hacia estaba mal, sus ojos eran achinados y criticones, y luego de eso el pájaro no me dejo en paz; me siguió a mi casa; me observó por mí ventana y le tire un zapato de mi hermana, pero ni eso lo asusto, solo lo esquivó y volvió a sentarse en mi ventana. En la mañana siguiente vi al pajarito durmiendo, y aproveche para irme al colegio lo más rápido posible, corrí y al llegar, el pajarito ya estaba allí, casi sentí una carcajada de ese maldito aplumado 《casi la victoria era mía》.
Desde ese día supe que no me dejaría en paz. Ya han pasado cuatro meses y la rutina es siempre la misma, en casa él siempre esta aquí asechandome, y en el colegio observa como Rocio me molesta y como corro al baño a vomitar, pero lo que sí siento que ha cambiado, es que al observar día a día al pajarito 《al igual que él lo hace conmigo》su plumaje ha cambiado, tan solo un poco, pero lo he notado, sus plumas se están volviendo más negras, la parte que tenia blanca estaba siendo dominada por su parte negra, no sé de que especie es, pero debe ser normal, por los cambios de estaciones o algo así.

Cuando me desperté en la madrugada, tipo 3 am. fui al baño y al volver a mi dormitorio, observe al pajarito durmiendo en mi ventana, nunca había sentido una ternura hacía él 《por la constante vigilancia que tiene sobre mi》, pero como ésta vez lo veía con sus ojitos cerrados, se me cruzo por la mente que éste pajarito podía estar pasando frío, ya que él no tiene un nido, y de eso estoy segura , porque no hay momento en que no este conmigo. Creo que también siento pena por él, porque no tiene familia, y aunque ya lo sabía desde antes, la rabia siempre ganaba en nuestra relación. No podía dormir, y ésta vez, era yo quién lo observaba, y pensé en la posibilidad de que tal vez el destino quería que yo no estuviera sola, que al no tener amigos, dios me había mandado uno 《raro》pero amigo al fin y al cabo, al menos no me deja sola y por lo mismo decidí salir al patio, arrancar harto pasto y con silicona crearle un nido a mi ya viejo amigo, para que no pase frío, además le coloque dos cuadritos de tela que saqué de un calcetín de polar; uno para que este en el nido; y otro para que se tape, o ese es el plan. Cuando lo termine, abrí la ventana, tome al pajarito aún dormido y lo coloqué en el nido dentro de mi alcoba 《pero en la ventana también》, luego me puse a dormir. 
Al amanecer el pajarito revoloteaba en mi alcoba y cantaba a la hora exacta en la que me debía despertar para llegar a tiempo a clases, ese día fue para mí, el comienzo de una amistad. El pajarito me acompañaba a clases 《igual que siempre》 pero ésta vez en calidad de amigo y no psicópata, y de vuelta a casa también, obviamente esta vez lo dejaba entrar por la puerta de mi casa, ya que ahora era mi compañero de pieza. Al pasar los días, todo era perfecto, excepto los malos tratos de Rocio hacía mi, pero siempre luego de vomitar me sentía más fuerte y segura de mi misma, me sentía más hermosa.

Un viernes, mi mamá me dijo que iríamos a cenar a la casa de mis primos, los cuales no veía hace dos años porque vivían en España, pero llegaron hace una semana a Chile, y yo no estaba enterada, por lo que me tomo de sorpresa. Cómo mi mamá trabaja de azafata, viaja demasiado y se le olvidó contarme. Bueno, y mi hermana también sabía, pero tampoco está en casa, porque hace cuatro meses se fue a vivir sola a la capital y no la he visto en todo éste tiempo. Así que por ésto, siempre estoy sola en casa, y no las veo casi nunca, pero sé que si tengo alguna emergencia tengo a la vecina Rosa, ella viene algunos días a la semana para dejarme preparada la comida, pero no me gusta que se quede mucho tiempo aparte del que usa para hacer la comida, no es de mal agradecida, pero siempre me critica diciendo que estoy demasiado delgada y estoy "que me quebró", pero no lo estoy y sin embargo, cada día que viene me molesta. Mi mamá me dijo que me veía muy flaca, y que antes estaba con mucho sobrepeso, pero no me molestó viniendo de ella, porque ella es muy delgada y se ve hermosa siempre, además que no fue cargante como la señora Rosa. Al buscar la ropa que me pondría para la cena, me di cuenta que en éstos dos meses sólo había usado mi ropa de colegio y mi pijama, y al ver mi ropero no había nada que me quedara, todo era para el doble o triple de mi tamaño actual, nunca me di cuenta de eso, por suerte sabia que mi hermana había dejado un poco de ropa en su habitación, y como siempre fue flaca, su ropa de seguro me quedaría por fin. Al elegir la ropa de su armario y al colocármela, me quedaba un poquito suelta 《creo que nunca estuve más feliz》. 
Pronto me di cuenta que el pajarito me perseguiría hasta la casa de mis primos y de seguro me preguntaran cosas sobre él. Nunca pensé en colocarle un nombre al gordito, pero viéndolo bien, sus plumas, su cuerpito y sus ojitos achinados, que el nombre que le queda bien es el de "Yin", ya que es un termino asiático y mayormente es oscuro ahora, así que "Yan" no es el más adecuado y tocándole la cabecita regordeta le dije: "Hola mi buen amigo Yin" y él sólo revoloteo, lo cual me hizo suponer que le gustó.
Al llegar donde mis primos, no me reconocieron, yo era la regordeta de la familia y siempre fue así, era normal que se vieran unos a otros buscando explicación de mi estado, pero en vez de elogios, recibí un mar de consejos para cuidar de mi físico 《estaban igual que la señora Rosa》, así que al término de la cena, pedí permiso para retirarme de la mesa he ir al patio. Todo el trayecto de mi casa a la de ellos, pensé que el tema de conversación sería el regordete Yin, pero nadie lo noto, al parecer es fácil no notar a un pajarito negro en medio de la noche 《no los puedo culpar》. La velada terminó y al llegar a mi casa solo quería dormir y pasar al siguiente día.



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En el texto hay: adolescencia

Editado: 22.03.2019

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