El palacio de la no princesa

¿El cielo es el infierno? II

― ¿En serio? ¿Y qué hay de Axel?

― El joven es un prodigio todos dicen que igual a la señora y que por eso el señor no le gusta estar a su lado.

― Ya todas estas. ¿De que murió la señora?

― La señora tenia leucemia, yo he escuchado que era una mujer hermosa y mucho menor que el señor.

― ¿Él era mayor que ella?

― Sí, eso dicen, la verdad es que no conocía la señora Eleonor, una vez logre ver una foto era una señorita muy linda, tenía el cabello largo y rubio, su semblante era como el de una muñeca. Esa foto la logre ver en la habitación del Joven. La tiene escondida o al menos eso parecía.

― Es cierto, no hay fotos de la mama de Axel en ninguna parte de la casa.

― Escuche decir una vez a las demás chicas del servicio de las casas vecinas que el señor la mando a quitar todas porque no quería rastros de la madre del Joven.

― Eso es muy cruel.

― Yo también lo creo.

― ¿Cómo es la relación de Señor Alfred y Axel?

― El señor casi nunca viene a casa y cuando viene siempre está en el estudio. El y Joven no se llevan para nada bien.

― ¿Qué estudia Axel?

― El Joven es casi un prodigio, comenzó a escribir siendo muy joven todos pensaron que sería escritor, pero decidió estudiar Ciencias, pero toca el piano, algunos dicen que los hace también como su madre, es uno de los mejores nadadores incluso ha participado en competencia que ha ganado.

―¿En serio, estamos hablando del mismo Axel?

― Sé que puede ser increíble, pero además de eso el joven escala, es casi un hombre perfecto.

― No estoy de acuerdo, pero ¿porque el casi?

― Bueno, se dice que nunca ha tenido una relación seria y la verdad tiene fama de coqueto.

Mmmm, un carraspeo se escuchó detrás de mí, si eran quien crei, el Señor Deric tiene un talento para llegar cuando las cosas se ponen interesante.

― Señorita Lay tiene una llamada.

― ¿Pero quién y porque no me llama a mi celular?

― El Joven indico que la ha estado llamando su celular.

Busque en mis bolsillos y era cierto deje el celular sobre la cama.

― ¿Dijo Joven?

― Si es el joven.

Salí corriendo, pensando que era Jack ya que le di el número de la casa para que llamara por si cualquier eventualidad.

― Hola hermoso ¿me extrañaste?

― No diría eso

― ¿Axel?

― Si

―Perdón me confundí.

―¿pensaste que era tu novio el campesino?

― No es un campesino y no es mi novio.

― Que Buena noticia.

―¿A que te refieres?

― Nada, en realidad.

― Bien ¿Qué quieres?

― Solo quería recordarte que mañana tendrás clases, no volveré hoy a casa, debe estar lista a las 8:00 am pasare por ti y te enseñare todos los lugares donde tendrás clases.

― ¿Por qué no me dijiste antes de irte?

― Pensé que volvería, pero los planes cambiaron.

― Pensé que tendría que aguantar una escenita como la de la otra noche.

― Calma primita nunca volverás a ver una cosa igual.

Pensé que no lo recordaba o al menos eso me hizo creer será idiota, pero sus palabras sonaban algo melancólicas.

― Eso espero. Adiós.

― Adiós.

Ese adiós se escuchó algo triste.

Al terminar con la llamada volví de inmediato al área de lavado, pero desde el pasillo escuché al señor Deric reprendiendo a la pobre de Celia.

― Es un tema delicado, si el señor escucha sola la mitad de lo que dijiste, ya no tendrías trabajo. Muchacha el señor le prometió a tu madre que te cuidaría te ayudaría a salir a delante. ¿Recuerda todo lo que el señor ha hecho por ti?

― Si, lo se, gracias al señor mama puedo tener tratamiento y yo y mis hermanas podemos estudiar. La verdad es que el señor nos ha ayudado bastante.

―Es bueno que sepas donde están tus lealtades.

― Sí, pero no dije nada malo.

― Lo sé, pero algunas de las cosas que dijiste solo la repetiste como loro, la mayoría son invento de las personas maliciosa el Señor es una excelente hombre y amo con locura a la señora Eleonor.

― Perdón, no volverá a pasar.

― Regrese.

― Señorita ¿Qué desea para cenar?

― Pizza.

― Me refería a comida de verdad.

― Vamos solo por esta vez, ¿siiiiiiii?

― Estaba bien pero solo por hoy el señor dejo ordenes de que la cuidara y la alimentara bien.

―Gracias, señor gruñón

―Bien iré a ordenar la pizza.

―Gracias.

― Celias ¿te regañaron por mi otra vez?

― No, aunque Deric luce como un ogro es una gran persona, él y mama estaban aquí desde antes del joven nacer.

―Ha estado con ellos por mucho tiempo.

― Sí, mi madre enfermo y el señor Alfred cuido de ella, le dio los mejores medicamentos y doctores, pero nada fue suficiente.

― Lo siento.

― Desde entonces el señor se encarga de mis hermanas y de mi. Ellas están ahora estudiando a en un colegio para señoritas y yo estudio cuatros veces por semana en la misma universidad que Joven Axel, el señor cubre todos los gastos.

― Genial no sabía que estudiabas. ¿Qué estudias?

― Mama me enseñó a cocinar desde pequeña, he amado la cocina, por eso decidí estudiar gastronomía. Un día seré una gran chef es mi sueño y tendré un restaurant en honor a mama.

― Me parece genial.

En ese momento vi que sus sueños se parecen un poco a los mío, ella quiera hacer esto por la memoria de su madre. Igual que yo por la memoria de mi abuela.

―  La pizza llego. 

―  Señor Deric. Comer pizza es una de mis debilidades la abuela la compraba para ambas cuando celebrábamos algo.  Realmente la extraño.

Me negué a comer en ese inmenso comedor. Así que logre convencer a Deric de dejarme comer en la cocina. Aunque no logre hacer que el comiera un pedazo, logre que Celia comiera conmigo. Pase parte de mi infancia entre padres ausente y hogares de paso, a los siete años ya sabía cómo se siente estar sola en compañía de alguien.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.