Capítulo.1

—Mi esposa me dejó, creo que fue lo que sus gritos querían decir —

Ayer recibí una llamada —quiero el divorcio, tienes que venir tan pronto como puedas— quizás lo tenía decidido desde hace mucho tiempo pero no quiso decirlo hasta ahora

La casa de su madre donde ella estaba si no recuerdo mal estaba en cucuta a unos seiscientos kilómetros de santa Marta si no es más. Creo que tomaré el autobús de las seis así llegaré en la mañana y me iré por la noche

Informe a mi casero de mi ausencia por un par de días y el motivo de esta. El empezó a relatarme sobre su primer divorcio o tal vez hablaba del cuarto la verdad no preste mucho atención a lo que hacía después de todo yo debía de sentirme mal

Supongo que ya tendré tiempo para eso después y ya tendrán oportunidad los demás de tomar turno para consolarme. Claro que eso será después de firmar los papeles y que este asunto se de por saldado

Camine hasta la terminal donde debía de tomar mi autobús. Camine hasta llegar a la entrada principal donde me abrí paso por entre la tumultuosa gente eso hasta que me tope con un viejo conocido

Creo que su nombre es Roger o tal vez lo estaba confundiendo con alguien más, el me saludo con gran expectacion y empezó a hablarme sobre su hijo o quizás solo comentaba el clima

Conteste manteniendo la conversación que el esperaba tener al saludarme, después de unos minutos de interrupción donde no hice si no escuchar a aquel hombre

Después de esos minutos yo solo seguí de largo caminado hacia donde se indicaba que estaba mi autobús

Cuando subí por mi autobús y me tomé asiento mi nariz se percató de un ligero olor a romero que muy seguramente provenía de la mujer sentada en los asientos de al lado

Me recosté y me repose mis manos para quedar profundamente dormido después de todo este esfuerzo no pudo dejarme más cansado

Lo único que pudo perturbar mi sueño fue el fuerte fue el fuerte olor a gasolina y el fuerte estruendo de las posadas de quien se supone debía de cargar las maletas

Me baje con mi maleta en mano. Las casa de quien era mi suegra debía de estar a algunos kilómetros de la terminal. Quizás debería ir a resolver el asunto directamente pero antes preferí ir a comer

Llegué hasta un pequeño local donde me senté y de inmediato fue atendido por una joven de cabellos castaños y ojos tan claros que podía ver en su alma, ella miró espectante a que dicatara mi orden

Pedí un filete de cerdo y ella exclamó — terrible elección — dijo mientras empezaba a sonreír y yo empeze e justificarme mientras las palabras salían de mi con una velocidad abrumadora a tal punto que admito que yo no comprendí varias palabras de las que dije

— relájese señor, solo bromeaba no tiene que justificarse — dijo ella despectivamente para después irse a la cocina y gritar palabras que no distinguí

De repente algo me envolvió un sonido que parecía no poder escuchar nadie más y como si no fuesen nada las voces indistinguibles a mi alrededor callaron y abrieron corredor al enigma más grande que se me halla podido presentar jamás en mis treinta y dos años de vida

Este sonido es como si la más celestial de las melodías fuese tocada por un ángel y todos los demás mortales callasen para apreciar a semejante obra maestra

Mi sorpresa no fue grata al darme cuenta que la mesera ya había regresado y el plato de mi comida con mi orden ya estaba sobre mi mesa

— como? — pregunté desconcertado. Puesto que estaba seguro de no habían pasado más de sesenta segundos

— treinta minutos caballero es lo que dura la preparación de nuestros platillos, buen provecho — dijo y después se alejó de la mesa a gran velocidad

— que fue eso? — me pregunte por medio de mis pensamientos aunque sin darle mayor importancia

Me preocupa más el punto de cocción de mi filete, tome los cubiertos listo para saciar mi hambre cuando el ingrato sonar de Luis Carlos topo conmigo

— que alegría verte viejo amigo — dijo con esa insipa sonrisa que lo caracteriza desde niño

Luis Carlos es un viejo conocido de la infancia. Recuerdo que mientras yo me sentaba a leer en las afueras de casa el empezaba a rondar a mi alrededor como una polilla que persigue la luz

Yo solo respondí a su saludo con una sonrisa — que bueno verte, hace mucho que no sabía nada de ti — yo solo lo miraba mientras me retorcía en el interior

El habla y habla y yo solo asiento. mientras el empieza a contarme algo sobre que su madre había muerto o está hablando de su perro, no lo se tampoco es que pueda sumarme saber esto

Si alguien me pregunta se a esta carne le falta sal, siempre le falta sal, pero la verdad tampoco es algo que me sume al probarlo

Si bien la ensalada de pepino no es mi favorita tampoco es como si una ensalada pudiera definir si tengo un buen o mal o día

Apenas levanté un poco la mirada y pude ver a Luis Carlos llorando — patético — es lo único que podía decir así que preferí callar y solo observar cuál sería su siguiente estupidez

pero dime tú cómo has estado — dijo mientras sujetaba su paño

Bueno, no me quejo —

Entonces el seco sus lágrimas y dijo — me alegro mucho de saberlo —

Sus ojos ya están hinchados y los fluidos que salen de su cara ya me tendrían asqueado en una situación normal pero en esta caso solo me limitare a darle gusto a este idiota

Su voz ya me está molestando, es como si fuera el rozar de uñas contra una pizarra — hace cuanto que te fuiste ah?— dijo el expectante

— no importa, pero si tanto te interesa fueron seis años —

Enseguida el continuo hablando. Si se me hubiese dicho ayer que acabaría teniendo está conversación tal vez hubiera atravesado por la autopista antes de que el semáforo pasará a rojo

Luis Carlos tiene la misma edad que yo, aún apesar de esto su comportamiento me sigue pareciendo infantil en extremo

Recuerdo que cuando éramos niños un auto había atropellado a su perro, yo solo quería que reposar frente a un abanico y así pasar tan caluroso día pero parece que eso era mucho pedir