El precio de tu amor

Capítulo 6: Amar no es un error

Erick
Camino por la orilla de la playa recordando a mi chica bonita, a ella le encantaba esta playa, siempre decía que jamás se mudaría de la isla, me pregunto si lo habrá cumplido, si me habrá olvidado

— Hasta que llegas! — exclama mi hermano que está acostado tomando el sol y dos chicas le aplican protector solar en su espalda

— Cómo fue la reunión?

— Muévete Erick, me tapas el sol— expresa y me alejo un poco — la reunión una maravilla, conocí a uno de nuestros socios, uno de los jefes, un hombre humilde pero con ambición de crecer

— Entonces ya el contrato está firmado? 

— Así es, ya somos socios de la constructora y pronto comenzaremos con el proyecto

— Bien, iré al apartamento

— Oye Erick — Enzo se levanta y me mira — debemos ir ambos a la constructora para hablar sobre el proyecto

— Si, sé que debo ir

— Otra cosa, estamos en una jodida isla paradisíaca llena de casinos y clubes y de mujeres bellas— comenta mirando a ambas chicas que le sonríen — cuando vamos a salir hermano? te pasas el día en el apartamento

— No vine a divertirme, vine por negocios y cuando todo se haya hecho volveré a Francia y desde haya seguiré el proyecto

— Eres un aburrido hermano, otra cosa— me detiene cuando ya me iba y lo miro— Papá llamó, quiere que respondas sus llamadas

— Que se olvide, no quiero hablar con él

— Dice que si no respondes vendrá a verte Erick — resoplo— llámalo, no sé que quería hablar

— Sabes de sobra lo que quiere Enzo— volteo y me alejo de mi hermano, sabía que mi padre no me dejaría en paz. 

Llego al apartamento y tomo mi móvil, en lo primero que pienso es en esa niña de 8 años que me dio una bofetada, quedó en llamarme y no lo ha hecho, ¿qué estoy pensando? Ni siquiera quiero que me llame y menos conocer a su madre. Le marco a papá que tarda dos segundos en responder

— Erick — se escucha entusiasmado 

— ¿Qué quieres padre? 

—¿Esa es tu forma de saludarme? Te extraño hijo

— Ya déjalo padre, di que quieres, estoy ocupado

— Ya sabes lo que quiero Erick, eres mi hijo mayor, quiero que te hagas cargo de los negocios de la familia hijo, eres mi heredero y... 

— Te lo he dicho miles de veces padre, no quiero tu herencia, no quiero nada tuyo, no voy a ser tu sucesor ni nada parecido, tengo mi propio negocio, soy arquitecto 

— Tengo dos hijos inútiles 

— si llamas para ofender mejor déjalo Edrik — mascullo con rabia

— Disculpa Erick, solo soy viejo y te necesito hijo, sabes que podemos perderlo todo si

— Has otro hijo, déjame en paz padre, no haré lo que me pides, ya me cansé de tus amenazas

— Donde estás Erick? supe que saliste del país

— En serio no sabes donde estoy? no me hagas reír, he visto a tus hombres vigilándonos padre

— sí, estas en la isla, más te vale no volver a cometer otro de tus errores

— Amar no es un error papá

— Es de débiles hijo y más si amas a una chica pobre y 

— Cállate, he hecho todo lo que has querido para que me dejaras en paz papá, cumplí tus reglas y soy infeliz,¿ qué más quieres? 

— Quiero que vuelvas y te encargues de mis negocios

— Ya sabes la respuesta a eso

— Por cierto Amanda te espera

— Edrik no me voy a casar con la hija de tu amigo, olvídalo, escojo con quien pasar mi vida

— No escoges, no lo olvides, o es ella o es ninguna, pensé que te había quedado claro Erick — Cierro los ojos con fuerza— pero no, tú prefieres a una isleña pobretona como aquella, ¿cómo se llamaba? 

— Voy a colgar padre, adiós — cuelgo antes de darle tiempo a decir algo más. Jamás seguiré con sus negocios y jamás me casaré con Amanda, ella es igual a mi padre y al suyo, además, amo a otra y aunque no vuelva a verla jamás dejaré de amarla. 

***
Maggi

Llego al hospital siendo un manojo de nervios, la fiebre no le baja a Gaby y no quiero alejarme de su lado

— El pediatra vendrá en unos minutos— me informa una enfermera, yo solo asiento, el tiempo pasa y me desespero

— Veamos que tienes — volteo al escucharlo y me quedo de piedra al verlo, el mismo chico de la playa y su sonrisa causa el mismo efecto que la otra vez causó, mi madre nos observa sonriendo desde su silla

— Qué tengo doctor? — pregunta mi niña cuando este termina de examinarla

— Bueno ....bueno— el doctor me mira 

— Diga ya que tiene doctor— me desespero, él sonríe

— Parece que su hija está incubando algún virus

— Un virus? qué virus? qué sucede? es grave? — lo acribillo a preguntas, él solo ríe

— Solo es gripe Maggi— mi nombre en sus labios causa un escalofrío en todo mi cuerpo— y han venido rápido así que estará bien — él ríe, ¡qué risa más linda tiene! 

— Se está riendo de mí? soy arquitecta no médico — me ofende su risa, mi hija también ríe y mi madre parece aguantar la risa

— No se enfade sirena, disculpe

— Por qué me llama sirena? Ni siquiera estaba nadando en la playa

— Bueno, estaba cerca de la playa

— Vivimos en una isla, estamos rodeados de playa, es normal, ¿va por eso diciéndole sirena a cada mujer que se encuentra en el camino? — el doctor me mira descaradamente de pies a cabeza y se acerca un poco a mi

— Solo a las que me hipnotizan con su voz y su mirada — dicho esto le guiña un ojo a Gaby — te pondrás bien Gabriela

— Que maravilloso — expresa mi hija cuando el doctor se va— recordaba nuestros nombres — asiento, es verdad, lo recordaba, pero yo no recuerdo el de él

— Es un descarado, ¿cómo te sientes? ya pareces bien — le digo sentándome a su lado

— Le gustas mucho mamá y es guapo aunque no es tan guapo como tu próxima cita— viro los ojos, no he podido sacarle la idea de la cita de la cabeza y me pregunto con quién será...



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En el texto hay: pasado, niños, romance

Editado: 14.04.2023

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