#16 La Alianza

La declaración de Saúl reveló un sorprendente giro. No era un simple juicio, sino una confesión implícita de su propio conocimiento de la situación y una inesperada propuesta de colaboración.

Davi, con el alma al descubierto, con la culpa y el arrepentimiento carcomiéndolo por dentro, confesó todo. Explicó su deuda, la amenaza de Evandro, la presión implacable de Arianne, y cómo su plan había llegado a un punto de quiebre, impulsado por la inesperada conexión que había nacido con Helena, por el genuino afecto que sentía por ella y el profundo arrepentimiento que lo atormentaba. Confesó su amor por Helena, no solo por la herencia, sino por su esencia. La confesión fue una liberación, un peso inmenso levantado de sus hombros.

La revelación de su amor por Helena y su profundo arrepentimiento, junto a las razones que lo impulsaron a colaborar con Arianne en primer lugar, fue el catalizador. Saúl, viendo el genuino remordimiento en los ojos de Davi, comprendió que tenía enfrente a un hombre atrapado en un juego más grande que él. Su ira seguía presente, pero no podía negar la necesidad de aliarse contra un enemigo común.

En el corazón de Saúl, la furia se combinó con la pragmática necesidad de proteger a su familia. La amenaza de Evandro era real, tangible, y la vulnerabilidad de Helena era un peligro inminente. La decisión se impuso con una frialdad que solo un Fontana podía manejar.

–Está bien, Davi– dijo Saúl, su voz aún grave, pero con un tono diferente. Un tono de acuerdo, de alianza. –Tienes razón. Arianne es un peligro. Evandro es una amenaza mortal. Y necesitamos detenerlo– . Saúl se enderezó, y su mirada se volvió aguda, llena de una determinación fría. –Tenemos un objetivo común. Necesitamos proteger a Helena. Necesitamos acabar con Evandro–

Una alianza improbable, nacida del fuego de la traición y la necesidad imperiosa de supervivencia. Una verdad dolorosa, un vínculo forjado en la oscuridad.

Davi, impulsado por el arrepentimiento, la culpa y un amor abrumador por Helena; y Saúl, movido por la feroz protección familiar y un frío sentido de la justicia, se unieron. Dos hombres en lados opuestos del mundo, con motivaciones opuestas, pero ahora unidos contra un enemigo común, contra el lobo que amenazaba con devorarlos a todos. Una alianza indeseada, pero inevitable. El juego había cambiado. Y la guerra había comenzado...