El prometido discapacitado de mi hermana

CAPÍTULO 3 —tropiezos

A la mañana siguiente, el sol salió radiante y Nyra despertó con una gran sonrisa. Su cuñado, superguapo, esperaba que ella hiciera su trabajo de cupido con su hermana. Aunque la hermana de Nyra se resistía un poco, su cuñado no podía hacer mucho, ya que era ciego.

Nyra salió de su habitación, lista para hacer florecer el amor entre su hermana y su cuñado. A ella le atraía mucho su cuñado, pero jamás interferiría entre ellos, ya que el trato era que su hermana se casara con él.

—¿Olguita, a dónde vas? —inquirió Nyra al ver a su hermana tan arreglada como una estrella de cine a punto de recibir el premio Óscar a mejor actriz.

—Voy a desayunar con mis amigas, no estoy de humor para lidiar con un discapacitado, sin importar que sea superguapo —dijo Olga, comenzando a caminar. Pero Nyra no la dejaría marcharse a otro lugar que no fuera el comedor a desayunar con su prometido.

—Tú no sales de aquí, vamos a desayunar en familia con tu prometido —Nyra tomó a su hermana del brazo y esta se resistió, pero Nyra era muy fuerte. Entre empujones y tropiezos, llegaron como un huracán al comedor.
Al ver a sus hijas entrar de esa forma tan abrupta, Mijaíl suspiró y agradeció al cielo que Uriel fuera ciego.

Uriel, quien era muy observador, se dio cuenta de todo, aunque las chicas evitaban hablar en su presencia. Seguían luchando entre ellas mientras Nyra sentaba a su hermana a la fuerza a su lado. Cuando creyeron que Nyra había ganado la lucha, Olga la empujó tan fuerte que cayó encima de una bandeja de postres que una empleada traía. Como en cámara lenta, los postres se elevaron por los aires y cayeron justo encima de Uriel.
Mijaíl se tapó la boca para contener su risa, algo que Olga no hizo, ya que se reía a carcajadas. Nyra corrió a ayudarlo a limpiarse.

—Cuñadito, por favor discúlpame. Me tropecé, no fue mi intención ensuciarte —Nyra lo limpiaba con desesperación y mucho nerviosismo sin darse cuenta de que lo que hacía era embarrar aún más la ropa del hombre. El rostro de Uriel se puso rojo, pero no de ira, sino de tanto contener la risa. Especialmente cuando, al ver que Olga no dejaba de reírse, Nyra le lanzó una patada de espaldas y la hizo caer al suelo, golpeándose la espalda. A pesar de eso, Olga no paró de reírse.

—Si me disculpan, voy a cambiarme a mi habitación —Uriel tomó su bastón rápidamente y se ubicó en las escaleras, las cuales subió a gran velocidad. Cuando ya nadie lo veía, corrió a su habitación, la cual cerró con llave, y luego entró al baño, donde dejó salir toda la risa que tenía contenida. Uriel lloró en el baño de tanto reírse.
Por otra parte, en el comedor, la escena no era muy distinta. Olga estaba llorando en el suelo de la risa. No le importó la caída por la patada que le dio su hermana, seguía riéndose por la imagen de Uriel cubierto por todos esos postres y su hermana intentando limpiarlo.

—Jajajá, ahora sí parece un bombón —Olga tenía dolor de barriga de tanto reírse, al igual que su padre, quien, a pesar de todo, no podía evitar reírse.

—Eso fue tu culpa, qué vergüenza con Uriel. Terminar todo lleno de dulce su primera mañana aquí y todo por tu terquedad —Nyra en su inocencia se sentía apenada con el hombre, aunque en su interior le causaba mucha gracia lo que había pasado.

—Relájate, hermanita, hay un contrato para esa boda, él no puede cancelarla y aunque lo hiciera, tendría que pagar una cantidad muy fuerte de dinero por eso. Así que disfruta la vida, no le hagas caso a lo que pueda pensar el ciego, yo ya me marcho —Olga limpió sus lágrimas y se recompuso para marcharse a disfrutar de un delicioso desayuno con sus amigas.
Aunque al salir se encontró con Serguéi, quien iba a hablar de negocios con su jefe, o eso le haría creer a la familia, para poder recibir nuevas órdenes de su jefe con respecto a su prometida y la familia de esta.

—Buenos días, señorita —saludó Serguéi con educación y siguió caminando, pero no esperaba la respuesta de la prometida de su jefe.

—Mi día ya era bueno, pero ahora que un bombón de ojitos lindos aparece en mi camino es mucho mejor —con descaro, Olga puso su mano sobre el hombro del hombre y con coquetería se acercó a él y le dio un beso de buenos días en la mejilla.

—Señorita, ¿qué está haciendo? —Serguéi comenzó a tartamudear ante el atrevimiento de Olga. Además, era la prometida de su jefe, este podría matarlo si se enteraba de lo que estaba pasando.

—Solo reconozco a un hombre guapo y sexi cuando lo veo —Olga acarició el rostro del hombre, quien se puso más rojo que un jitomate.

—Con su permiso —como quien ve un espanto, Serguéi corrió a buscar a su jefe, necesitaba huir por su vida. Pero al entrar a la mansión corriendo, se tropezó en las escaleras con Nyra, quien le iba a llevar un jugo de naranja a su cuñado para disculparse. Sin embargo, todo el jugo terminó encima de Serguéi.

—Definitivamente hoy no es un buen día para mí —comentó en voz alta Nyra mientras veía cómo el jugo de naranja que preparó personalmente para su cuñado se escurría sobre Serguéi.




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