HOLI DE LOS COLORES, era una celebración importante y tomada seriamente desde generaciones. Donde la tradición, cultura y familia se unían para festejar tan espiritual evento. La tradición se llevaba a raja tabla y todos eran partícipes Cuarenta días antes de la celebración, fuera de los muros de De Dhama Veda se colocaba un enorme tronco, indicando que era hora de recolectar leña para la hoguera… algo que también hacían las propiedades colindantes, dejando un bonito espectáculo de llamas danzarinas a la caída del sol.
También se limpiaba la casa antes de la fiesta, por lo que De Dhana Veda se solía convertir en un ir y venir de sirvientes, puliendo suelos, barnizando maderas y limpiando alfombras hasta devolverles el color brillante de siempre.
En la víspera de Holi, se colocaba una estatua de Holika, la hermana del rey demonio Hiranyakashipu cubierta de aceite de resino para que prendería fácilmente.
Quemar a Holika en la hoguera simbolizaba el triunfo del bien sobre el mal. Ya que según la historia se decía que intentó matar a Prahlad, el hijo de Hiranyakashipu, su hermano. Prahlad era un devoto seguidor del Señor Narayana, lo que enfureció a su padre, que ansiaba todos los elogios para sí mismo. Planeó matar a su hijo, pero éste escapó gracias a su fe, mientras que Holika se consumió en el fuego por su maldad, a pesar de que por su don pudo escapar de las llamas.
***
MIS OJOS SE ABRIERON A LA mañana siguiente con un prisma de luz solar que se extendía por mi cara hasta la almohada. Gemí y me aparté de ella, oliendo la fragancia matinal de las rosas que se abrían en el exterior, emergiendo a través de las ventanas abiertas.
Desde el incidente con Priya y al conocer el significado de lo que intentaba decirme…decidí evitarla en lo posible. No estaba segura si Priya Patel sufría de algún trastorno emocional, o simplemente mi presencia la alteraba. Aun así, intentaría no darle importancia, quizás Priya necesitaba conocerme sin sentirse incomoda. Después de todo, yo no era un peligro para ella, ni un desafío… y mucho menos buscaba un trato superior al ser la tutora de las gemelas. Definitivamente le quitaría importancia, aunque ese gesto me había dejado pensativa
Me incorporé, atrapada en ese nebuloso estado de no estar aún preparada para despertarme, pero el sol tempranero brillaba y, casi al cabo de un rato, llamaron a mi puerta,
—¿Señorita Sherwood? —Se anunciaba Sunitta.
—¡Entra!
—Buenos días, Señorita Sherwood. Le traigo zumo fresco de mango y un poco de agua.
Sunitta con bandeja en mano se dirigió a la mesa auxiliar junto a mi escritorio y la colocó allí, luego se volvió hacia mí, aún envuelta en mi sábana. Me aparté un mechón de pelo de las pestañas y sonreí.
—Gracias Sunitta, no deberías. Podría haber bajado y servirme yo misma. Estoy segura que tendrá cosas más importantes por hacer.
—No se preocupe, señorita Sherwood. La señora Yogananda lo pidió así, además también suelo llevarle de lo mismo a las señoritas Yogananda.
—Llámeme Bev…o Bervely. Me haces sentir más mayor de lo que soy Sunitta.
—¡Oh no!, señorita Sherwood. Imposible. No se nos está permitido dirigirnos a ningún miembro de los Yogananda por su nombre…La señora…
—La señora Yogananda no lo aprueba, —interrumpí. —Pero yo no soy miembro de la familia. Soy una empleada más…Igual que tú, Sunitta. Y si yo puedo llamarte por tu nombre… exijo que hagas lo mismo. Es justo, ¿No lo cree?
La mirada de ella se suavizó con una sonrisa.
—Está bien señori… Beverly. Pero solo será cuando estemos a solas y sin nadie alrededor que pueda escuchar.
—Me parece lo más correcto si queremos evitar confrontaciones innecesarias.
***
Las oí antes de verlas: voces altas y parlanchinas que se hinchaban y se desvanecían por encima del ruido de los cubiertos contra la vajilla. Cuando me acerqué, las puertas del salón del desayuno estaban abiertas. Indira, Navani y para mi sorpresa…Rania estaba allí. Charlaban sobre el evento venidero que las tenía excitadas y con poca concentración para los estudios.
Vislumbré un asiento vacío frente a las gemelas. La luz del sol caía en ángulos precisos. La mesa estaba reluciente de comida, dejando que sus voces y el delirante aroma del desayuno caliente y fresco me inundaran. Las gemelas se veían ansiosas para un largo y emocionante día por delante.
—Buenos días, señorita Sherwood, —dijo Indira nada más sentarme frente a ella.
—Buenos Indira, Navani —y girándome hacia la prima, saludé con un —Buenos días, Rania.
—Estábamos comentando que este año Holi se celebrara algo diferente…—comento Navani, mientras cortaba en trocitos pequeños una tajada de melón. —Quiero decir que este año habrá más luces. La hoguera será enorme y tendremos invitados, algo poco inusual, ya que el primer día de Holi es como más familiar. Pero este año papá ha invitado a varios oficiales… escuché que para sus negocios le vendrá bien…
—¡Navani! ¿Desde cuándo escuchas detrás de las puertas? ¿Es que no sabes que es una conducta inapropiada de una joven Yogananda? Te recomiendo que mantengas tus imprudencias a buen recaudo. Les queda mucho por aprender. —Añadió Rania girándose hacia mí. —Espero que su paciencia no tenga límites. Mis primitas son tremendamente adorables y tremendamente independientes.
—Gracias por su consejo, señorita Patel, lo tendré en cuenta, cuando la situación lo requiera. —respondí, no muy segura si se estaba refiriendo a las gemelas o hacia todos los miembros de la familia, en general.
—No puedo esperar a que llegue pasado mañana, —dijo Indira, con una expresión que iluminaba su juvenil cara, anunciando momentos de diversión. —¿Sabe que, señorita Sherwood? Las casas colindantes se visten con sus mejores ropas tradicionales. Brillantes y coloridas, para reflejar el espíritu alegre y festivo. Las mujeres vestirán preciosos saris o salwar kameez, mientras que los hombres llevarán kurtas o dhotis.
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Editado: 25.08.2024