El Recuento de los Daños.

Prologo

Llorar, era algo que ya había echo desde asé ya mucho, 10 años para ser exactos eso hacia desde que le diagnosticaron leucemia, la enfermedad a avanzado y se ha vuelto  crónica, lo peor es que los tratamientos no parecen dar resultados, anuncio el doctor hace un mes, pero él ya no tenia lágrimas como para llorar.  jamas tuvo una vida normal, fue un niño feliz asta tener 7 años, desde ahí para acá, nada parece tener sentido, no era el niño, adolescente y joven, que debía ser, talvez no el de mas renombre pero si deseaba con todas sus fuerzas ser por lo menos normal, en lugar de eso, tenia una farmacia en su habitación, debía visitar a su médico mínimo cada mes,  pero en algunas ocasiones  las visitas se adelantaban, por alguna recaída, al principio lloraba, sus padres y hermana mayor, sufrían por él y no quería causarles sufrimiento, los tratamientos en algunos casos eran incómodos y las quimioterapias eran lo peor, el colmo era que nada daba un resultado satisfactorio, ya tenía grabado en el olfato ese olor a fármacos y desinfectante del hospital, ¿cuantas veces había estado ahí? Ya había perdido la cuenta, la realidad era que ya no le encontraba sentido a luchar y si aun lo hacia era por su familia,  quería que valiera la pena al menos el esfuerzo de ellos, pero no negaba que en el fondo desearía estar ya muerto.

al final donde esta el sentido de la vida, si vivir hací no es vivir.

Entonces condenado, a no terminar el año, desahuciado, sin fuerzas para luchar, entiende que cuando no esta en el plan, aunque todos te digan que morirás seguirás viviendo, ella es una chica humilde, sus padres trabajan entre la servidumbre de los Woods, en una mansión para la que se necesitan 15 empleados a las disposición de la ya renombrada familia, pocas veces estaba en la mansión, sólo para las actividades en las que su madre tendría que preparar el banquete y necesitaba manos extras, de paso se ganaba un dinero para comprarse uno que otro gusto, su padre era el chofer de la familia y su madre la cocinera, una a la que los integrantes de esa familia ya le habían tomado cariño, después de todo sus padres tienen trabajando ahí lo que ella tiene de memoria, su madre empezó a asistir a una congregación, hacia ya 6 años, cuando la invito una nueva vecina del edificio en el que residían, por lo que desde pequeña empezó a creer en aquel Dios que nadie puede ver pero que según la Biblia lo puede todo.

En impulso lo conoce, pero al final es ella quien lo saca del hoyo lo mejor es que ella ni lo nota.

Te animas a descubrir lo que en el año viejo se quedo.




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