El Recuento de los Daños.

Negacion

Su cita había sido programada para esa mañana de 17 de octubre, luego de esa recaída había quedado muy pálido y débil, se negaba a usar la silla de ruedas aun cuando Cecilia su Madre había dicho que posiblemente la fatiga le provocaría un desmayo y por ende una recaída peor. Pero ya se sentía demasiado inútil como para todavía parecer un invalido, ya era suficiente con soportar la manera con la que las demás personas juzgaban su aspecto, su madre decía que era el chico mas guapo sobre la tierra y que debía luchar para mantener esa belleza en el mundo, ese es un disparate fue su respuesta, mientras reía por las ocurrencias de su madre quien respondió con orgullo que disparate o no era la verdad, a lo que no le quedó de otra mas que mostrarse de acuerdo, aunque no lo estaba del todo la realidad era que la enfermedad lo estaba consumiendo mucho, prueba de eso eran las ojeras enormes bajo sus ojos, ese tono pálido y verdoso que mostraba su piel y ese desgano que lo llevaba a dormir mas tiempo del que debería.  aunque no lo aceptara cada vez se sentía mas muerto, y se preguntaba porque no terminaba ya su vida después de todo ya no tenia ganas de luchar.

Llegaron temprano a la clínica, esperaron su turno, su madre trataba de trasmitirle pensamientos positivos mientras el se preguntaba porque ella no se rendía, no había obtenido aun la respuesta y parecía como si nunca la tendría, pero eso tampoco le importaba, esta vez estaba con menos fuerzas que otras y eso a decir verdad hacia la espera mas larga, estaba golpeteando los dedos contra el respaldo de la silla continúa, su madre hablaba sobre una fiesta a la que asistiría su hermana a la cual el también había sido invitado, una a la que el no pensaba asistir, su madre decía que le aria bien distraerse un poco siempre y cuando se cuidara, algo que le provocaba risa, si no  fuera su madre quien lo estuviera diciendo ya estaría muriendo pero de un ataque de risa, era mas que obvio que una fiesta como esas era el lugar menos indicado para un chico enfermo como el, se limito a sonreirle con dulzura, con la misma dulzura que solo empleaba para ella, para aquella mujer que era su todo, la única a la que le dolía ver sufrir, pero es que a la verdad a ella es a la que mas le había afectado la enfermedad que lo estaba afectando, se preguntaba porque de tantas personas en el mundo precisamente a él, le reprochaba a la vida y porque no asta al mismo Dios, ese en el que no creía pero al que recordaba en sus momentos de reproches. Los minutos de espera se hicieron extensos asta que una enfermera salio de oficina del consultorio.

— Liam Strauds.— preguntó a todos los presentes en la sala de espera. Su madre fue la primera en levantarse he ir tras la enfermera el se limito a seguirla con desgano asta adentrarse al consultorio de su ya conocido medico.

— Buen día señora Strauds, hola Liam bienvenido. — saludo el medico tendiéndoles la mano, a lo que ellos aceptaron gustosos. 
—Tomen asiento.— indico señalando las sillas frente a su escritorio, madre e hijo se sentaron frente al médico decididos a escuchar lo que rebelaban los mas recientes exámenes que el muchacho se había realizado.

El medico habría el sobre que hace algunas horas había sido traído del laboratorio, bajo la estricta mirada de su paciente, el chico noto que el semblante de su doctor, el mismo que ya consideraba un amigo pues le conocía desde que era un niño cambio drásticamente, ya no estaba esa mirada positiva que le hacia creer que podría lograrlo en su lugar se había instalado una mueca que bien le hacia imaginarse los resultados del laboratorio lo cierto era que no estaba lejos de la realidad.

—que dicen los resultados Ford.—pregunto Cecilia luego de un largo silencio en el que el medico revisaba detenidamente los resultados.

—me temo que no son buenas noticias,— expreso con melancolia— se ha vuelto terminal, los tratamientos no han causado el efecto que esperábamos, al contrario han empeorado su sistema, se esta expandiendo con mayor rapidez, es por eso que a tenido recaídas continuas.

— entonces cual cera el procedimiento a seguir.— pregunto Cecilia esperanzada en que el medico le daría solución al problema reciente mientras Líam trataba de asimilar la información que recién recibía.

— no me esta entendiendo Cecilia, ya no podemos hacer nada, se ha expandido a sistemas que son inoperables.— exhaló frustrado como motivándose para decir las palabras que avía echo lo posible por no decirle al chiquillo que prácticamente vio crecer en su clínica, esa familia ya se había convertido en importante para el, aun recordaba cuando el chico frente a el era un niño lleno de esperanza y ganas de vivir, algo que también vio extinguirse con el paso de los años, ahora solo le quedaba poner la guinda al pastel de sufrimiento que la vida se había empeñado en crear para este chico y su familia, por mas que trataba las palabras se quedaban atascadas en su garganta y una gotas de lágrimas empezaban a rodar por las mejías de la madre del chico.— lo siento, en realidad lo siento, ya no podemos hacer nada mas que iniciar un tratamiento para que sus últimos días sean menos dolorosos, pero salvo de eso nada.

—no es cierto verdad, es una broma Ford, mi hijo no puede irse.— chillo la señora consternada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.