-Hola amor, feliz aniversario - es lo primero que dice él anciano delante de la tumba - hoy vengo a hablarte del comienzo de nuestra historia ¿La recuerdas? - Sonríe haciendo que se arruguen aún más sus ojos. - Nunca me voy a olvidar de aquella navidad, donde nuestra vida cambió para siempre...
Año 2018 (65 años atrás)
“Ya venís?”
“llegué hace 10 minutos”
“Pasó media hora sí no venís yo voy para allá”
“No le hagas cas...
Antes de que Cristian termine de leer el último mensaje que le llegó de su novio secreto, su madre lo llamó para que vaya a comprar algunas bebidas que faltaban para la cena.
Él joven con un calor insoportable como siempre hacía para esas fechas en Argentina, salió de su habitación sin apagar el aire acondicionado y agarro su celular guardándola en el bolsillo de su bermuda.
- Apúrate Cris que ya vienen tus abuelos y sabes cómo son - dice la madre cuándo lo ve caminando a paso tortuga. - toma la plata y no tardes - le señala la mesa y se ata el pelo para seguir cortando la lechuga - tu padre la verdad no arregla más el ventilador, después...
Cristian cerró la puerta tras él antes de escuchar lo mismo de siempre, cuando va gente a su casa su mamá se pone insoportable, dice cosas como:
“José arregla esto” “Celeste sácate el pijama” “Cristian ordena esto”
La verdad, él prefiere salir con el calor antes que aguantar los gritos de su vieja.
Mientras camina al súper mercado pasa por la cafetería donde era su cita con Baltazar.
Ello eran amigos de toda la vida, pero eso empezó a cambiar cuando ambos cumplieron 16 años.
Era una tarde de invierno cuando se besaron por primera vez, Cristian sintió fuegos artificiales cuando sus labios chocaron con los de Baltazar. Para ellos las mariposas en la panza eran poco con todo lo que sentían.
Desde ahí todo se empezó a complicar para Cristian quién tenía miedo de decirle a sus padres que era gay, todo lo contrario de Baltazar que sus padres ya sabían.
Y así fue como empezaron una relación a escondidas, no se podían besar ni agarrar la mano por las calles de buenos aires, no podían ser ellos mismos, eso es lo que siempre le decía Baltazar a Cristian, pero este último todavía no se sentía preparado. Hasta llegó al punto en que lo empezó a ignorar como en estos momentos que no contestaba sus mensajes y faltaba a su cita.
Al salir del supermercado con una coca cola en cada mano, se encuentra de frente con los ojos celestes que tiene grabado en su memoria y su pelo azabache rebelde y largo que nunca quiere cortar.
Tragando saliva, Cristian empezó a caminar lentamente hasta llegar al lado de su novio. Ambos empezaron a caminar en silencio.
-Me hubieses avisado que no ibas así no me quedaba esperando como un boludo una hora completa
-Lo sien...- Baltazar alza la mano para que se calle.
-Déjame hablar - se miran a los ojos y el joven de ojos azules rápidamente los cierra - Debí adivinarlo, esté último tiempo me estás evitando y yo ya no lo aguanto más - lo último lo dice con la voz rota.
-te pedí tiempo - es lo que estúpidamente sale de la boca de Cristian.
- Te lo di y te lo iba a seguir dando, pero como el cobarde qué sus preferís evitarme a dejar que te ayudé o este con vos. Nunca te critiqué, yo sé lo que cuesta decirles a tus viejos qué es gay y en mí siempre podías contar con apoyo porque antes de ser novios somos mejores amigos, pero de eso te olvidaste hace rato.
-Perdón, no te merezco - dice Cristian parando de caminar mientras se le cristalizan los ojos - vos siempre estás para mí, pero yo nunca para vos, te mereces a alguien mejor - dice las últimas palabras con dolor, pero sabiendo que hace lo correcto - tenes razón soy un cobarde.
Llora dejando fluir todo el dolor y angustia que siente no solo por estar perdiendo a su novio, sino también a su mejor amigo. Deja las bolsas en el piso y se apoya contra una pared del callejón por el que pasaban
Baltazar no aguanta verlo así y lo abraza contra su pecho, nunca le gustó ver a Cristian tan frágil, él podía ser muy fuerte y serio por fuera, pero por dentro era un cristal.
Cristian alza su cabeza y besa tímidamente los labios de Baltazar quien le corresponde lentamente, como saboreando el momento.
-No quiero que esto sea una despedida - susurra Baltazar cuando se separan apenas unos milímetros.