Los días siguieron aconteciendo y Ella vivía algunos dilemas personales bastante fuertes. Su mejor amigo, se le había declarado y ella no sabía cómo lidiar con esa situación. Estaba sentada sobre la alfombra del sótano, con las piernas envueltas y la espalda curvada, mirando sus pies y pensando en toda esa situación. En ese momento Él se sentó a medio metro de ella, pero no la miro, ni saludo, a veces Ella se preguntaba si era invisible para él, hasta el momento no le había dado ni un saludo. Detrás llego Rodríguez que la saludo con cortesía y se sentó al lado de Él, se estrecharon las manos e iniciaron una animada conversación. Un tema que Ella encontraba particularmente interesante.
Sin saber exactamente como, ni que la motivo a hablar, ella se levantó, se detuvo frente a los dos y usando un tono de voz, más fuerte de lo habitual, habló; años después Ella no recordaría que dijo, ni de que hablaron, solo recordaría la cara de asombro que Él puso, cuando la escucho hablar, como quien se percata de que algún objeto inanimado tiene boca y puede hablar. Ella encontró su gesto divertido, ¿acaso no la había escuchado hablar antes? Había participado varias veces en las clases que compartían y siempre saludaba, ella podía hablar. O quizás solo sería el asombro de que ella se interesara en un tema como aquel. Pasada la impresión, él la miro y por primera vez le dirigió la palabra.
— ¿Por qué dices eso? —preguntó.
Ella se sentó y siguió dando su “humilde” opinión sobre el asunto, así siguieron casi media hora. Hasta que cayeron en temas personales, cuando él menciono a su “novia” y ella preguntó que si acaso no estaba casado a lo que él respondió que sí, que ya tenía un mes, pero, por la costumbre aún llamaba a su esposa, novia. A Ella eso le pareció curioso. Sin indagar mucho en el tema, pasaron a hablar de las clases y las materias que compartían.
Rodríguez se había marchado, hacía rato. Y Ella al notar la fluidez con la que se desarrollaba la conversación, sonrió para sus adentros y se preguntó, porque habían tardado tanto tiempo en conversar.
***
Después de esa primera conversación, se volvió común el dialogo, entre recesos aunque rara vez discurriera en temas personales, intercambiaron la información básica necesaria. Y aparte de eso, los temas eran variables y parecían infinitos, él era músico, tenía creencias religiosas más o menos similares a las de ella, vivía muy cerca de la universidad, mientras que ella vivía en una zona rural y debía viajar al menos cinco horas diarias, él encontraba interesante el pueblo natal de ella, al parecer era un entusiasta de la naturaleza, igual que ella. Mientras que ella leía mucha literatura YA, él era más de otro tipo de literatura y por sus temas de conversación, parecía poseedor de una maravilloso multiverso.
Pero, al parecer de Ella, ambos eran demasiado reservados para entrar en confianza. Y poder indagas en asuntos más profundos.