Ella se sentía ahogada en un mar de sentimientos y contradicciones, en ese punto de su vida, no tenía idea de que era lo que debía hacer. Tenía 20 años, un noviazgo de un año, y como decía Robert Frost: Dos Caminos. Su novio le pedía matrimonio, y aunque ella estaba enamorada, consideraba que aún era muy pronto para casarse. Su novio no quería esperar más. Decidió escuchar a su razón, más que a su corazón, termino su relación y como en venganza, sintió un quiebre emocional bastante fuerte, como decía Taheref Mafi: El amor es un bastardo sin corazón.
Intento seguir con su vida, ir a clases, participar activamente en la iglesia a la que asistía, pero dado que su exnovio iba al mismo lugar, era difícil superarlo, compartían las mismas amistades y era más que una tortura, estar en el mismo lugar, además de los comentarios de sus allegados, sobre su ruptura, ya que al parecer eran la pareja “ideal”. Eso le hacía cuestionarse sobre su decisión y si acaso no era más que su terquedad. Sabía que era terca y creía tener razón siempre. Todo aquello aunado a como se sentía, era un trago difícil de pasar. No llego a comentar todo aquello con Él, porque a pesar de lo fluida de su conversación, poco hablaban sobre sus familias o relaciones. Aunque le hubiera gustado, sentía que no habían entrado en esa dimisión.
En ese dilema pasaron cerca de cinco meses, se acercaban las vacaciones de mitad de años y se alegraba que al menos de la Universidad pudiera descansar.Hubo un evento grande en la iglesia a la que asistía y allí decidió hablar con su ex novio. Le iba a pedir que volvieran, sentía que no soportaba más la lejanía. Y a la vez se avergonzaba consigo misma por sentirse así, su yo racional le criticaba que fuera a dejar de lado sus proyectos personales, por estar enamorada.
Hablo con el motivo de su dilema y gustoso acepto que volvieran pero que se casaran en dos meses y como Ella, ya lo había asimilado dijo que sí, de ahí en más solo fue decírselos a su familiares y allegados que estaban felices y emocionados por la unión. Ya que estaban de vacaciones en la Universidad, no se lo comento a nadie de ese círculo, ni siquiera a Él.
Se casó los últimos de Agosto y que feliz se sintió ese día, esperaba que el resto de su vida fuera así.
Dos semanas después esa ilusión se desplomo y le tocaría comenzar a vivir, la realidad del amor y de las relaciones y no la fantasía e idilio que hasta ese momento había experimentado.