La noticia se esparció como polvora, para la mañana siguiente todo el pueblo (incluidos los Small restantes) sabía que el señor Markson había regresado. En el caso de Lucille se enteró cuando llegó la joven enfermera, quejándose por su regreso. Ella no perdió tiempo en salir corriendo de la casa, nunca le había agradado el señor Markson, mucho menos despues de saber que él fue quien provocó el accidente de sus padres, por encima de sus propios resentimientos, temía que le hiciera algo a Eddy, desde muy pequeña le aterraba el malhumorado y extraño hombre, siempre vestido de jeans y gabardina beige, sus ojos inexpresivos parecían analizarlo todo, buscando debilidades, temores, mirando en los más profundo de sus vecinos.
Se detuvo ante la puerta de la cafetería, luchando por recobrar el aliento. Eddy la miró desde la barra, su expresión cerrada, no veía al señor Markson por ningun lado, pero de seguro él ya sabía, ya fuera por haberselo encontrado en la calle o por el incesante parloteo de sus clientes. Ella entró, sintiendose extrañamente nerviosa, la cita había sido un éxito, hasta que sacaron el tema de si ella se quedaría o regresaría a la ciudad y aún no tenía una respuesta, solo quería asegurarse de que estaba bien.
- Hola, ¿Café?- Preguntó Eddy, se movía un poco más rápido de lo usual, casi tropezó al buscar la cafetera.
- Por favor .- Ella se sentó en un banquito enfrente de la barra.- ¿Estás bien?
- Todo bien, excelente... no podría estar mejor.
- No suenas muy convencido, Eddy... puedes contarme cualquier cosa.
- Yo no puedo hablar de esto, solo... tengo que estar bien.- Dijo prestando demasiada atención al trapo con que limpiaba una mancha imaginaria en la barra.- Mi madre está en otro estado, ella estará bien... Mi padre solo vino a recordarme que sospecha de mí.
- ¿Sospecha? ¿Por qué?
- Alguien testificó en su contra y entregó suficientes evidencias para asegurar que lo encerraran por cinco años, cree que fui yo.
Eddy entró a la cocina, Lucille nunca se enteró del arresto, mismo que tuvo lugar en la pequeña plaza al centro del pueblo, un verdadero escándalo. Se habló del tema por muchos meses, hubo mucha especulación sobre quién lo había denunciado, los negocios del señor Markson eran un secreto a voces, cualquiera con un poquito de conocimiento podría haberlo delatado. Él no opinaba lo mismo, tenía muy en claro quienes eran sus delatores: su esposa, quien se mudó del pueblo poco despues del arresto y Eddy, el hijo que nunca quiso seguir sus pasos.
La cafetería estaba más silenciosa de lo habitual, aunque no le faltaban clientes, entre ellos muchos que solo iban para enterarse del chime. Eddy nunca lo diría en voz alta, pero Lucille sabía que agradecía no sentirse solo en esos momentos, ambos tendían a enterrarse en el trabajo, trabajar hasta quedar exhausto era su forma de enfrentar las cosas.
- Ahora que regresó el lider del clan Markson ¿Quién sabe qué planearán?- Dijo Mathew a su compañero de rondas un poco más fuerte de lo necesario al paser frente a la cafetería.- Son una familia de criminales y no tardarán en hacer algo, deberíamos comenzar a vigilarlos...
- Nunca pensé que fuera a regresar .- Respondió su compañero, un policía muy joven que nunca se había enfrentado al crímen, solo conocía el pueblo, esas calmadas callecitas y casitas esparcidas en el bosque, nunca había conocido la maldad, nunca había pasado la noche en vela temiendo por su vida .- Mi padre fue uno de los oficiales a cargo del caso, ¿Y el tuyo?
- Mi padre era el sheriff, él se encargó de encerrar a esa plaga y tirar la llave. Dicen que el otro hijo tiene cadena perpetua en una prisión federal...ojalá se pudra ahí.
- Disculpen, hay gente intentando disfrutar su almuerzo.- Interrumpió Eddy sin moverse de su lugar tras la barra. Lucille tomó un sorbo de su café, rogando que Mathew no la reconociera .
- La gente tiene derecho a saber quién le está sirviendo el café, ¿No lo crees?- Interrogó Matt, se encontraba en su elemento, amaba plantar las semillas de la duda en las mentes de las personas. Para él no importaba si Eddy en realidad era culpable de algo, importaba que lo odiaba .- ¿Tu qué opinas Lucille?
- Opino que debes largarte .- Respondió ella, su ex tenía un talento natural para hacerla enojar.
- He descubierto que cuando una mujer quiere que te vayas, en realidad desea verte quedarte...
- Cuando una mujer dice lárgate significa "LÁRGATE" .- Gruñó Eddy, Lucille nunca lo había visto tan enojado, ni siquiera en aquellas raras peleas que tuvieron a lo largo de su amistad .- Mejor vete, Mathew, no quiero que incomodes ni a mis clientes ni a mi novia.
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Editado: 17.04.2021