La Navidad pasó en un torbellino de papel decorativo, villancicos y alegría, incluso la señora Christine se encontraba más animada. Era la primera vez desde la muerte del señor Small que casi toda la familia se reunía (con la notable excepción de Laura y sus hijos). En la casa reinaba el aroma a canela y manzana que tanto disfrutaba Lucille.Los tres hermanos al fin estaban reunidos, tras el arresto definitivo del señor Markson Lewis decidió volver al pueblo con su novia Elly, nadie sabía como la conoció y el se negaba a dar detalles. Era una chica delgada, de apariencia frágil y voz suave, siempre vestía de color gris ocuro, dándole una apariencia muy pálida a su piel.
Lucille y Eddy se reunieron la mañana del veintiseis en la cafetería, ella se sentó ante la barra mientras el se preparaba para abrir. Ella sonrió, la distancia había sido tan terrible de soportar, cada día se sorprendía de lo mucho que extrañaba a su mejor amigo.
- Tomé una decisión .- La joven rompió el silencio, sus dedos tamborilearon nerviosamente sobre la barra .- No voy a regresar a la ciudad, me quedaré aquí. Este último año tuve mucho tiempo para pensar, al inicio la idea me asustaba un poquito, nunca pensé que regresaría cuando me fui hace siete años. Pero luego pensé que esta vez me quedo por la razón correcta, me gusta este lugar, me gusta estar cerca de mi familia y me gustas tu. Asi que sí, voy a quedarme.
- Vaya, y yo que decidí lo opuesto. En este año tambien tuve tiempo de pensar y decidí que si regresabas a la ciudad iría contigo .- Confesó Eddy, sus ojos claros llenos de alegría .- Te amo, Lucille Small e iré contigo hasta el fin del mundo si me lo pides.
- Entonces decidiremos juntos, no tenemos que apresurarnos, tenemos todo el tiempo del mundo.
Esos momentos de paz y quietud hacían que el último año valiera la pena, cada instante de miedo había sido con aquel fin, el anhelado final feliz, el regreso al hogar, el regreso con Eddy. Tardó mucho tiempo en sentir que pertenecía a un lugar, ahora Lucille se negaba a dejarlo, sin importar el costo. El día en la cafetería resultó ser engañosamente tranquilo, en todo momento tuvieron al menos un cliente, incluyendo a un fastidioso grupo de extranjeros que no parecía entender la diferencia entre una cafetería y un restaurante, al final Eddy se rindió y les preparó una comida casera con ingredientes de su casa.
A Lucille nunca le agradó la calma, siempre había algo desagradable ocultandose tras cada instante de quietud, en la ciudad el barullo no permitía detenerse ni por un segundo, Ahora no sabía qué hacer, llevaba un año de huir y trabajar como señuelo voluntario para la policía, estar quieta e inactiva comenzaba a desesperarla. ¿Debería conseguir un empleo? Recordaba la vieja librería del pueblo, misma que cerró un par de meses atrás por la muerte de sus dueños, ¿Tendría sentido volver a empezar?
- ¿En qué piensas? .- Eddy se sentó a su lado, el grupo de turistas acababa de irse, dandole por fin un respiro.
- Quiero hacer algo, no puedo quedarme quieta sin hacer nada... no creo que haya muchos divorcios en el pueblo, pero me gustaría encontrar un trabajo.
- Si, los divorcios no son muy populares en lugares tan pequeños. Aunque tal vez tu hermana necesite tu ayuda pronto.
-Antes representaría a su esposo. Laura se portó muy mal con él, ¿No lo crees?
- Si, pero es tu hermana.
- Eso no le importó a ella cuando empezó a salir con mi novio.
- No te estoy pidiendo que la perdones, tampoco me agrada. Mi hermano es un idiota que estará en prisión el resto de su vida, mi padre igual y mi madre se mudó lejos de aquí , solo no quiero que te alejes de tu familia, tienes suerte de tenerlos.
- Lo sé, aunque Laura no lo hace sencillo. Que insista en defender a Mathew tampoco ayuda.- Respondió ella, nunca admitiría que le dolió más la traición de su hermana que la de su ex, despues de todo adoraba a su hermana mayor, de niña admiraba a Laura, la seguía por todo el pueblo e incluso le llegó a ayudar a repasar sus diálogos en más de una ocasión.
La conversación paró con el sonido de la puerta abriéndose, "Hablando del diablo", pensó Lucille, jugueteando con su cabello nerviosamente. Mathew estaba ahí, mirándolos como si no supiera qué decir, lucía pálido y sus ojos se movían de uno al otro.
- Laura se fue .- Balbuceó el oficial, habia algo raro en la forma en que estaba parado, como si tuviera demasiada energía y le fuera imposible quedarse quieto.- Dejó a los niños conmigo y se fué... Dijo que ninguno de nosotros la merecía.
- ¿Qué dices? ¿Laura se fue? ¿A dónde?
- No lo dijo. Lo lamento, sé que no debi venir aquí, no sabía a dónde más ir.
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Editado: 17.04.2021