La sirvienta entró al cuarto y se puso a sacar unos vestidos bastante elegantes y hechos del mejor material que se podia encontrar.
"Buenos dias princesa, que vestido le gustaria ponerse el dia de hoy. Debe verse muy bien para su visita a la casa Winkler" le dijo emocionada.
"Visita? De que hablas?" Kena estaba sorprendida y a la vez confundida. Por la expresión que puso la sirvienta era obvio que ella tambien estaba confundida. "No le han dicho nada tus... perdon sus padres?" Ella era bastante joven, era de la edad de Kena pero muchas veces parecia menor. Era una muchacha muy despistada pero muy amable y llena de energia.
"No, no me han dicho nada. Me podrias decir que es lo que planean?" Kena trato de tranquilizarse, sabía que ella le contaria todo pero trato de actuar relajada. La sirvienta dejo de hacer lo que estaba haciendo y rapidamente se acerco a ella esta vez con expresion emocionada.
"Supongo que luego se lo contaran pero parece que la familia Winkler quedo con su familia para salir este dia juntos, escuche que iran al famoso Cafe Amour donde solo la nobleza y sobre todo ustedes pueden entrar y solo si hacen cita antes aunque ustedes pueden entrar cuando quieran,tambien ahi esta un pequeño jardin y un lago donde puedes comer alado de el. Es hermoso" ella estaba tan entusiasmada, en sus ojos se veía ilusion mientras hablaba.
Kena no pudo evitar soltar una pequeña risa "vaya parece que estas mucho mas emocionada que yo", al oir eso la sirvienta se calmo y estaba ruborizada y avergonzada. "Cual es tu nombre? Lo siento no soy buena con los nombres" Kena le preguntó "Karen peincesa" le respondio con voz que apenas se podía escuchar.
"Bien Karen porque no vienes con nosotros, estoy segura que te gustara" le preguntó al verla tan emocionada por ir, eso le caía bien de las personas, que tubieran sueños. La felicidad volvió a Karen y en segundos volvía a ser la muchacha con tanta energia y entusiasmo "claro me encantaria muchas gracias de verdad.
_________________
Mientras tanto......
"Asi que la familia real hoy saldra, escuche que el hijo de la otra familia y la princesa antes eran amigos desde pequeños, todos pensamos que ellos acabarian juntos. Seguramente eso sucedera."un hombre algo robusto y mayor le decía a su aprendiz, un joven de diecisiete años, los dos estaban haciendo una hermosa mesa hecha de pino y cedro rojo. Ellos eran los carpinteros del rey. Pero mientras hablaban pierre llegó a oirlos mientras pasaba.
"Hijo? Hijo de quien y quien es?" Es lo primero que le puso atencion, quería saber todos los detalles.
"Oh Pierre buenos dias. Nos has escuchado? Si es el hijo de los Winkler, has escuchado de ellos?" El hombre mayor se acerco a el y le dió una silla mientras que el y su aprendiz tambien se sentaban.
"Hmmm solo he escuchado que son unos nobles con demaciado dinero pero nadamas, pero que hay del hijo? que tiene con la princesa?". "Oh pues los dos son muy cercanos, la princesa y el son amigos desde la infancia. Se veían tan tiernos los dos pequeños juntos siempre de la mano. Creo que los dos seran buenos reyes" el hombre suspiraba con felicidad, el era uno de los que llevaba mas tiempo trabajando para el rey asi que había visto a Kena y a su hermano crecer.
Pero al escuchar Pierre no pudo evitar sentir enojo "seran? como que seran si aun no estan juntos? Y ademas seguramente el debe tener algun oscuro secreto, nadie es perfecto".
Ahora el muchacho fue el que respondió a lo que Pierre dijo "tal vez pero la verdad es que el ha hecho mucho bien, a pesar de ser joven ha contribuido con el pueblo y ha hecho muchos proyectos para nosotros. Nos ha ayudado mucho". Pierre se levanto de la silla y levantando la voz le dijo "y como sabes que el es tan bueno? talvez lo hace solo para ganarse al pueblo y luego traicionarlos. Talvez no es el adecuado para la princesa".
El hombre y el aprendiz se quedaron callados pero se les veía sorprendidos "vaya vaya parece que nuestro Pierre esta celoso pero la verdadera pregunta es de que, de lo perfecto que dicen que es el o de su relacion con la princesa" el hombre le dijo y luego miro al aprendiz. Los dos se sonrieron con complicidad.
Pierre se tranquilizó aunque por dentro se sentía avergonzado "solo quiero saber ya que soy el guardaespaldas de la princesa y mi trabajo es protejerla".
"Si claro" le dijeron con incredulidad y risas.