El romance adolescente (no) vale la pena - After

Capítulo 2 - Compadece de forma correcta, así conseguirás novia

—Claro que entiendo por lo que pasas... No soy ignorante.

Sus ojos que suplicaban que le tragara la tierra por lo que ha vivido, siente como si el mundo se le cayera... Pero lo que no sabía era que el mundo se cae desde hace tiempo y ella solo buscaba no caerse sola.

Voltee y finalmente me fui del salón de clases, deje sola a la chica... No por maldad, sino para empezar a enseñar lo que puede ser un rechazo verdadero.

Al día siguiente opte por interrogar a mi amigo, Hiroshi, para entender que fue lo que realmente aconteció ayer entre Gina y él.

—Ya yo te iba a contar. Que rápido vuelan los chismes.

Se acomodo en la silla de la cantina y tomo un sorbo de su bebida color negro.

—Ayer... Una compañera de mi salón, una amiga mía; Gina Minami, se me declaro en pleno salón de clases... Y yo bueno, la rechace.

Todo esto ya lo sabemos, dame información nueva por favor.

—Claro que no lo hice con ningún tipo de maldad, pero le rechace porque no me siento seguro de tener novia otra vez y tan rápido como se fue mi ex a otro país.

Su ex... Si ya la recuerdo.

—Gina Minami, no me suena para nada.— Le comente mientras le miraba con cierto desgano

—No importa ya, ahora solo quiero que todo este bien entre nosotros.

El bondadoso corazón de mi amigo finalmente hablo, todos queremos a nuestros amigos, y mucho mas cuando creemos que los perdemos...

—Ayer hable con Gina.— Confesé mirando seriamente a Hiroshi.

Hubo un silencio bastante tenso, y sobre todo mio, sentía que me estaba metiendo y siendo parte de estos chismes que tanto odio, pero como todo buen amigo que soy necesito informarle las cosas como están pasando a Hiroshi.

—¿Tu hablaste con Gina? ¿Y que te dijo?— Preguntaba mientras introducía la pajilla en su boca y me veía interesado.

Muy bien, has tu primera jugada Akihiko. Se inteligente...

—Estaba mal. No entendía que pasaba. Quería que se la tragara la tierra.

—Entiendo... 

—¿Qué vas hacer al respecto?— Pregunté.

—No hay nada que pueda hacer. Si le digo que si, la heriría mas ya que lo hago solo por lastima, realmente no quiero una novia.

—Pobre chica— Me parece perfecto —Bueno... Como se le hace, comprendo tu punto.

El dio paso de forma fugaz, supongo que debió por la poca concentración que tenia. Mi cabeza no paraba de pensar en las lagrimas de aquella chica... El melancólico rostro de Gina me había marcado de alguna forma, sé que dije que no me había afectado en nada, en efecto; sus palabras fueron tan trascendentes para mi como si cuando leo las noticias veo todos los días a una persona asesinada... Somos tan infames como especie, que ni la misma muerte de los prójimos nos causa algún tipo de agobio... De igual manera que sus palabras... Pero creo que lo que realmente me tiene pensando es el hecho de haber vivido aquel acontecimiento. No me refiero a presenciar aquel rebote por parte de Hiroshi hacia Gina, sino de presenciar el sufrimiento, que a su sentencia fue lo peor que le haya pasado hasta ahora... Sus lagrimas... Es como ir a un hospital psiquiátrico y escuchar los gritos que aquellos destemplados que sufren por su propia cabeza...

—Adiós, Akihiko.— Se despide mi amigo desde el otro lado de la vereda.

Alzo mi mano y hago el conocido gesto de despido con mi mano y muñeca. Roto mi cuerpo al lado izquierdo de la vereda para seguir el camino a mi casa. En ello veo a la distancia una figura femenina conocida. Era mi vecina de enfrente, estaba posada sobre una pared al lado de un abasto. Yo no preste la mas mínima atención, pero escucho que me nombra.

—¿Ito... Akihiko, no es así?

Escuche que me llamaba, me hice el que no escucho y seguí con mi camino.

—Eh... Ito Akihiko ¿Tienes un momento?— Consultaba aquella chica.

—No.

Respondí con desgano, no quería herirla, pero no quería tampoco hablar con nadie... Menos con una chica.

—Gina Minami... Ella... Es mi amiga...

Al oír ese nombre me detuve en seco. Algo dentro de mi se revolvió, a mi cabeza llegaban imágenes de aquel dramático episodio de mi compañera de clases... Las lagrimas que brotaban de sus ojos y el dolor que expulsaba por su boca hacia que me compadeciera de ella.

—¿A mi qué?— Respondí bruscamente mientras me volteaba a verla.

—Necesito hacerte unas preguntas.—Se dirigía a mi aquella chica con uniforme estudiantil.




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